TEL AVIV - Hasta aquella mañana del viernes 16 de diciembre, en la que esperaba el autobús 451 de la empresa Egged que la trasladaría de Ashdod a Jerusalém, la vida de Tanya Rosenblit, de 28 años, era como la de millones de jóvenes israelíes. Pocas horas más tarde, sería el centro de un...