Ante las lamentables expresiones de Daniel Groisman, miembro de la actual conducción de la AMIA, Plural JAI quiere dar a conocer claramente su posición, basada en los principios y objetivos que dieron origen a este espacio PLURAL, DEMOCRÁTICO e INCLUSIVO.
La construcción de un imaginario común, requiere del debate, la confrontación, la apertura, la inclusión de todos y la opción por aquellos que siempre quedan fuera de los discursos y de las acciones. Supone la tarea de integrar ideas en un todo coherente regido por un eje central que definimos como Proyecto de Comunidad, al servicio de todos y de un futuro sustentable.
No podemos aceptar la utilización del término “Holocausto Espiritual”, y la vinculación con el HOLOCAUSTO NAZI (SHOÁ), básicamente por lo que el Holocausto significó para todo el pueblo Judío: opresión, persecución y exterminio de millones de Seres Humanos que, por el solo hecho de sentirse parte de un pueblo, tuvieron que sufrir todo tipo de vejaciones. Un hito nefasto en la Historia Universal. Los nazis no preguntaban si era laico, ortodoxo, conservador, reformista o ateo.
Groisman se arroga (para la ortodoxia) ser los únicos que reconocen la crisis que estamos viviendo y de atender el problema de la asimilación, demostrando su soberbia y falta de respeto por la opinión y la acción de judíos que vemos y operamos con una visión diferente. En este espacio estamos convencidos que el pluralismo, la inclusión y la participación de todos detrás de objetivos comunes serán mucho más efectivos que querer resolver el problema de la asimilación comprando voluntades.
La aseveración de que nadie hace nada sobre la asimilación es falsa, y conocemos argumentos de sobra, basta con recorrer las instituciones que componen nuestra comunidad.
Creemos que la búsqueda de una solución a estos problemas excede ampliamente la discusión estéril de ser laico, ortodoxo, conservador, reformista o ateo. El concepto de COMUNIDAD nos debe incluir a TODOS.
Rechazamos enérgicamente las aseveraciones discriminatorias que rozan la soberbia, al plantear que hay una sola forma de vida Judía. La realidad actual, como la de antaño (Spinoza, Buber, Hertzl y otros), exige tener la suficiente amplitud y capacidad de integración para aceptar y dar contención a todos los seres humanos que se sientan Judíos, ya sea que su judaísmo pase por la lectura de la Torá, por el cariño y cuidado del Estado de Israel u otras formas de sentirse parte de nuestro milenario pueblo.
Cuando se dice que “se destila odio hacia la ortodoxia”, se tergiversa la realidad. Hemos demostrado nuestra intención de generar un ámbito abierto y plural.
En gestiones anteriores de la AMIA, se ha tendido la mesa en infinidad de oportunidades y siempre han dejado los espacios vacíos utilizando argumentos falaces y ofensivos.
En este último intercambio de apreciaciones en los medios, cuando se nos convocó desde la gestión actual de AMIA, hemos asistido con el ánimo de generar un canal de diálogo, y recibimos por respuesta esa nota ofensiva que nada tiene que ver con las expresiones del Sr. Guillermo Borger vertidas en la reunión con integrantes de Plural JAI.
¿Cuál es su pensamiento, Sr. Borger? ¿Las expresiones de Groisman son su sustento ideológico?
Que quede claro: el que discrimina no es el conjunto de distintas expresiones dentro de la vida judía que pueden llegar a establecer objetivos comunes y no se sienten los dueños de la verdad revelada, sino las expresiones como las de Groisman, representativas de la ortodoxia, con repudiables posturas extremas y excluyentes.
Tan excluyentes y ofensivas son las opiniones de Groisman, que se anima a ser profundamente irrespetuoso con una gran cantidad de hombres y mujeres que dieron su vida por el fortalecimiento de nuestra comunidad, antes del feroz atentado terrorista a la AMIA, cómo después del peor atentado en la historia de nuestra Argentina. Hay hombres y mujeres que creyeron y creen aun en una Comunidad Judía pujante, abierta a la toda la sociedad, con programas que son un ejemplo en nuestro país.
¿Cuál es el fracaso de esos dirigentes que, con su incansable accionar, posibilitaron la reconstrucción de la Kehilá y que posicionaron como nunca a la AMIA en la consideración de la sociedad argentina y mundial?
¿O acaso no integraron las últimas conducciones de la AMIA encumbrados representantes de la ortodoxia?
¿Por qué no hay una sola línea en su panfleto que mencione al horror del Atentado a la AMIA cuando habla de Tisha ve Av?
¿Por qué no relacionó la destrucción del atentado con la destrucción del templo? ¿No fue una fecha triste también?
Tan racista es su discurso Sr. Groisman, que para Ud. y la gente que piensa como Ud., que creen que el único problema de los judíos en la Argentina es la asimilación, que se ocupa en resaltar, en una actitud fascista, que “sabemos que en esas instituciones (Hebraica, Hacoaj, Macabi) hay muchos matrimonios mixtos”. Dice “sabemos” como si hicieran “inteligencia” y desprecian a esos matrimonios que eligen todos los días ser judíos.
¿Cuál es la solución para Ud., Sr Groisman? ¿Expulsarlos de la comunidad? ¿Ser la inquisición al revés del Siglo XXI?
Nuevamente, la problemática no pasa por leer la Torá o no, es mucho más compleja y requiere de la participación de todos los sectores de la Comunidad Judía, de una mesa en donde el diálogo sea sincero, en dónde estemos dispuestos a rever muchas cosas y en dónde la autocrítica sea honesta y profunda.
Para Plural JAI, cada judío tiene el libre albedrío de elegir como quiere vivir su judaísmo y es respetuoso de cada una ellas.
La asimilación se enfrenta con INCLUSIÓN, con RESPETO por las ideas del que piensa DISTINTO, AMPLITUD de mente, INNOVACIÓN, TOLERANCIA, con mucho debate de los temas en los que tenemos opiniones distintas y mucho consenso detrás de los objetivos comunes.
Desde Plural JAI | Judaísmo Amplio Innovador estamos construyendo un espacio al que están invitadas todas las personas que comparten la inquietud de generar cambios en las Instituciones Centrales de Nuestra Comunidad, en Abrir Puertas que integren a todos los sectores en una sola Comunidad, en dónde se respeten las diferencias aceptándolas y conviviendo con ellas, en definitiva en dónde haya una VIDA PLURAL.