Este Shabbat pasado hablé en mi sinagoga acerca de la lectura de Zajor, que nos advierte que nunca debemos olvidar a Amaleq.
Les dije que les iba a explicar la complejidad de Amaleq y les ofrecí jugar un juego: ¿Cuál es la diferencia entre la "S" y la "N"? Advertí que esto solo funcionaba...