La dolorosa renuncia a la identidad
- Lee más sobre La dolorosa renuncia a la identidad
- Inicie sesión o registrese para enviar comentarios
Mi viejo nació en Lituania, en un pueblo cercano a la ciudad de Kaunas. Como muchos judíos de principios de siglo XX, sólo podían acceder a la educación religiosa ya que la escuela pública y la universidad estaban vedadas para ellos. Fue de los primeros de su familia, allá por 1928, en llegar a la Argentina.
Trabajó duro junto a sus hermanos en Once y formó una empresa considerable. Recuerdo con emoción algunas tardes de sábados cuando lo acompañaba a la sinagoga de sus paisanos lituanos de la calle Uriburu que él ayudaba a mantener. En el templo había una larga mesa en un lugar opuesto al púlpito. Allí reposaban gruesos libros en hebreo entreverados con vasos de té y, a veces, pedazos de bizcochuelo. Sentados a su alrededor una decena de ancianos y hombres maduros leyendo y discutiendo alguna frase y mezclando el hebreo de la cita original con explicaciones e interpretaciones en idish. Así era todos los sábados. Se leía y discutía alguna parte de la Torá, se debatían las distintas interpretaciones del Talmud. Nada era aceptado sin discutir salvo los Diez Mandamientos.


Politólogo, ex diputado y canciller emblemático del alfonsinismo, Dante Caputo regresó a la Argentina luego de siete años de trabajo como secretario político y consultor de la OEA. Alejado definitivamente de la UCR, dedica sus horas a la escritura y el análisis internacional. En diálogo con El Cronista, se sumó a quienes piden la renuncia de Héctor Timerman y aseguró que Irán no va a entregar a nadie ante la Justicia argentina.
