La poesía, el ensayo, el periodismo, la literatura, la traducción y la docencia, son distintos canales por los que transitó Santiago Kovadloff para expresar sus particulares reflexiones y sensaciones. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Kovadloff es también miembro de la Academia Argentina de Letras y de la de Ciencias Morales y Políticas.

Entre su fecunda labor, se encuentran las obras “Lo irremediable”, “El enigma del sufrimiento”, “Una biografía de la lluvia”, “Sentido y riesgo de la vida cotidiana”, “El miedo a la política”, -sobre sus periódicas columnas en el diario La Nación-, así como un libro de próxima aparición sobre la diáspora judía, el cual condensa muchos de los elementos recurrentes en su producción, tal el propio Kovadloff lo sostiene ante Plural JAI. “Existe en mi un nivel de percepción de lo judío que es evidente, y que manifiesto en mis libros, la enseñanza docente, la poesía, o en mi trabajo literario. Yo me gradué en filosofía con la tesis “El oyente de Dios”, que es sobre Martín Buber, porque él me significó advertir que, como estudiante de esta carrera, tenía la fortuna de ser, sino griego, sí judío. Buber me enseñó que el hombre no puede habitar el encuentro con el otro, pero sí puede vivir para ese encuentro, y de hecho el hombre su humaniza cuando su prójimo lo constituye como alguien. Esta enseñanza fue vertebradora para mi vida, y está íntimamente vinculada al pensamiento talmúdico y a la tradición jasídica, donde se enuncia que el logro del hombre es en el encuentro con su prójimo. Esta percepción de lo judío también se puede ver en “La composición de lo irremediable”, el libro que dediqué a Moisés y al espíritu trágico del judaísmo, pero una tragedia entendida como el conflicto entre el hombre y sus imposibilidades, que se puede ver en el hecho de que Moisés no haya logrado entrar a la Tierra Prometida. Esto permite explorar esta tragedia de la incomprensión, que llevó al pueblo judío a la no-sacralización de la certeza, sino a la sacralización de la interpretación, como una variable de acercamiento. Y eso explica, en el orden filosófico, el desprecio antisemita, ya que la sacralización de la certeza es parte de los regímenes autoritarios y del dogmatismo religioso. También, en “El enigma del sufrimiento”, abordo la figura de Caín y la condición de posibilidad del crimen, como Caín se instaura en el lugar de lo Divino y desencadena el conflicto con el otro. En otros ensayos exploré las figuras de Babel o de Job, y mi poesía está poblada de textos dedicados al judaísmo, por lo que gran parte de mi obra tiene profundas raíces judías”.