Los diplomáticos europeos que se levantaron decididamente el lunes en Ginebra y salieron de la sala en la que el Presidente de Irán Mahmud Ahmadinejad lanzó otro de sus discursos llenos de odio contra Israel, dieron un ejemplo de dignidad. Ni los aplausos y vítores de representantes árabes y musulmanes , a las palabras del orador, pudieron opacar esa decidida reacción europea.
Europa, en cuyo suelo fue perpetrado el Holocausto contra el pueblo judío, salvó esta semana parte de su conciencia. Aún tiene mucho por hacer para frenar los designios genocidas de Ahmadinejad, pero al menos, esta semana, fue principista.
Cabe lamentar que América Latina no haya actuado igual. En bloque, permaneció sentada, sin reaccionar. No nos apresuraríamos a asegurar que ello fue un deseo de apoyar a Irán, salvo de parte de países como la Venezuela de Hugo Chávez y sus aliados cercanos. Pero tampoco fue una expresión de gran valentía.
Argentina, Chile y Brasil, publicaron luego sendos comunicados condenando las palabras de Ahmadinejad.
Hace unos días, en otro foro internacional, el Presidente venezolano entregó al de Estados Unidos Barack Obama, un ejemplar de “Las venas abiertas de América Latina” , considerado una referencia para la izquierda latinoamericana. El mensaje , cabe suponer, era explicarle el sentir de los pueblos de América , su sufrimiento por la colonización europea primero y la influencia estadounidense después, tal cual lo plantea el autor de dicho libro, el uruguayo Eduardo Galeano.
Lamentablemente, el mundo tiene lugar para todos los sufrimientos.
Lo que falta, al parecer-lo que le faltó a los representantes latinoamericanos en la sala de la ONU en Ginebra que se quedaron sentados escuchando a Ahmadinejad lanzando fuego -es la conciencia de que hay quienes desean repetir la historia. Y depende de los hombres impedirlo.
¿Quizás falte la conciencia de que el Irán actual es un peligro no sólo para Israel, al que amenaza, sino para el mundo libre y demócrata todo?
Un colega español nos dijo hace unos años : “Los judíos, hasta cuando hablan de naranjas, llegan al Holocausto”. No era una frase suya, porque conocía Israel y temas judíos y por ende, era sensible al respecto. Con esas palabras nos contaba cómo otros , con menos conocimientos sobre la historia judía y probablemente menos interés en la realidad actual, veían a menudo ,con ojo crítico, el enfoque judío.
Es que.....claro...algunos dirán que aburre. Otros agregarán que “ya pasó, no hay lo que hacer” y unos terceros comentarán que “fue hace más de 60 años....basta ya”.
Pero para los judíos, es diferente. El recuerdo del Holocausto no es mera historia....y no sólo por el hecho que aún viven sobrevivientes entre nosotros. No es simple historia del pasado, porque tocó a la tercera parte del pueblo judío. Porque el Holocausto fue un intento de borrar al pueblo judío todo de la faz de la Tierra.
Por eso, recordamos los campos también los que no los conocimos.
Los llevamos adentro, pero en un rincón, para que no nos paralicen. Van adentro nuestro porque es imperativo recordar, pero no porque les dejemos neutralizarnos. No debe haber otro pueblo que sea tan consciente de su pasado y mire al mismo tiempo tanto al futuro, yendo al frente del desarrollo científico, intelectual y tecnológico .
Es como dijo la sicóloga norteamericana de origen sirio, Dra. Waffa Sultan, en un debate público en Al Jazeera con un fundamentalista islámico egipcio ,sobre el terrorismo islámico suicida-: “No he visto a ningún judío perpetrar atentados contra alemanes en venganza por el Holocausto”. Y destacó la creación, el trabajo, la puja por progresar.
Pero en estos momentos, lo central es advertir, porque Ahmadinejad no oculta nada y no hay siquiera que interpretarlo, sino sólo escucharlo.
Por eso, tenemos que recordar.....con las venas abiertas del pueblo judío.
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