La ruta del dinero nazi en la Argentina: revelaron la identidad de miles de seguidores de Hitler que giraron dinero a Suiza

Posteado el Mar, 14/04/2020 - 10:15
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infobae

El Centro Simon Wiesenthal difundió un documento con los integrantes de la “Unión Alemana de Gremios”, una de las organizaciones encubiertas que operaba en el país. En la nómina hay titulares de cuentas que depositaron fondos en el actual Banco Credit Suisse

 

Por un golpe de suerte, un investigador argentino descubrió un documento histórico que da cuenta de la ruta del dinero nazi en Argentina. El hallazgo, que fue difundido por el Centro Simon Wiesenthal, se trata de una lista con 12 mil nombres que simpatizaban con el gobierno de Adolf Hitler en Alemania, entre las que figuran personas que triangulaban dinero al exterior en apoyo al régimen totalitario. Según la historiografía sobre el Holocausto, ese tipo de operaciones involucra transferencias bancarias que se habrían realizado a partir del expolio y el robo del patrimonio de la comunidad judía.

 

La nómina con la identidad de los partidarios nazis fue encontrada circunstancialmente por el ingeniero Pedro Filipuzzi, en un antiguo depósito de una sede nazi que funcionaba en Buenos Aires. El texto expone un conjunto de información detallada que se creía perdida, con nombres, datos, números, fechas y transferencias de los miembros de la red germanófila que operaba en el país en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

La hipótesis detrás de este hallazgo apunta a que el dinero alemán que ingresó al país en tiempos de nazismo terminó financiando negocios lícitos de empresarios simpatizantes con el régimen de Hitler. Sin embargo, parte de los fondos invertidos se habrían triangulado a Suiza mediante una cuenta madre que luego, ya en la república helvética, se ocultó en diversos depósitos.

Para entender la historia de esta maniobra nazi en el país hay que remontarse hasta la década de 1930. Por entonces, el gobierno filonazi del presidente José Félix Uriburu -apodado “Von Pepe” por sus ideas afines al Tercer Reich- y de su sucesor Agustín Pedro Justo acogieron con beneplácito la llegada de inmigrantes simpatizantes del totalitarismo alemán.

 
 

Hacia 1938, año en que se produjo en el estadio Luna Park una de las celebraciones más masivas de la historia argentina en apoyo al nacionalsocialismo, el número de adherentes al régimen germánico ya era importante. Según los documentos oficiales, revistaban unos 1400 miembros en la sección exterior del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán/Organización Exterior(NSDAP/AO), unos 12.000 integrantes de apoyo en la encubierta “Unión Alemana de Gremios”, anteriormente denominada “UAG-Frente Alemán del Trabajo” (DAF-Deutsche Arbeitsfront) y otros 8.000 afiliados a otras organizaciones nazis.

Ese relevamiento surge de la "Comisión Especial para la Investigación de Actividades Anti-Argentina”, un organismo creado por el presidente de facto Roberto Ortíz con el objetivo de desnazificar la Argentina. Esa comisión secuestró la documentación en una redada efectuada en la sede de la Unión Alemana de Gremios, y que en las últimas horas fue compartida por Shimon Samuels y Ariel Gelblung, los directores de relaciones internacionales y de América Latina del Centro del Centro Simon Wiesenthal.

Detrás de ese listado, hay pistas concretas sobre el robo de los nazis al pueblo judío. Entre 1941 y 1943, la Cámara de Diputados de la Nación estudió e imprimió un informe que incluía las transferencias bancarias de los partidarios del Tercer Reich a Suiza. En la copia de ese reporte, también descubierta por Filipuzzi, aparecen algunos titulares de cuentas de fondos que fueron enviados a la entonces Schweizerische Kreditanstalt, el actual Banco Credit Suisse.

Estas cuentas incluían desde empresas alemanas tales como IG Farben (el proveedor de gas Zyklon-B, utilizado para exterminar judíos y otras víctimas del nazismo), hasta organismos financieros como el ‘Banco Alemán Transatlántico’ y el ‘Banco Germánico de América del Sur’. Estos dos bancos aparentemente sirvieron para la realización de las transferencias nazis camino a Suiza”, explicó Samuels.

Gelblung agregó: “Muchos de los nombres de la lista estaban relacionados con compañías pro-nazis incluidas en la Lista de Bienes Interdictos por Estados Unidos y el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial”.

Gran parte de la documentación y de los reportes oficiales que investigaron al colaboracionismo nazi en Argentina habían sido eliminados. El golpe de timón volvió a producirse en 1943, cuando el gobierno militar encabezado por el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) asumió el poder político y disolvió la mencionada la Comisión Especial. Su líder, el dictador profascista Pedro Pablo Ramírez, habilitó la quema de los hallazgos e informes junto a las listas impresas por la Cámara de Diputados.

A partir del descubrimiento histórico, el Centro Simon Wiesenthal le envió una carta al vicepresidente del Banco Credit Suisse, Christian Küng: Creemos que es muy probable que estas cuentas inactivas contengan dinero producto de saqueos a víctimas judías bajo las leyes de arianización de Nüremberg de la década de 1930”. Y agregó: "Somos conscientes que ustedes ya tienen como demandantes a presuntos herederos de los nazis de la Lista ".

En su pedido, la entidad internacional reiteró una solicitud de acceso a los archivos del Credit Suisse. Esas cuentas y fondos involucrados en cuestión permanecen congelados desde la Segunda Guerra Mundial.

“Señor Küng, en 1997, organizamos junto con Winterthur Insurance una importante Conferencia en Ginebra sobre “Restitución: una deuda moral con la Historia”. Unas semanas antes de nuestra Conferencia, recibí una llamada telefónica del Credit Suisse solicitando co-patrocinar nuestra reunión. En el espíritu del título de la Conferencia solicité para nuestro investigador experto el acceso a las cuentas producto de los fondos despojados. No hubo respuesta”, señaló Samuels.

Por el buen nombre del Credit Suisse, esperamos que esta historia y los activos que aún existen del listado de 12.000 nazis y que han sido presuntamente saqueados, sean vistos bajo una nueva óptica”, concluyeron Samuels y Gelblung.

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