HOLOCAUSTO: QUE NO SE REPITA LA TRAGEDIA NI MUERA LA MEMORIA

Posteado el Jue, 23/01/2025 - 07:08
Autor
Mario E. Cohen

El 27 de enero recordaremos el 80 aniversario del fin de Auschwitz y nos abre perturbadores interrogantes de cómo y por qué el ser humano dejó de serlo. Nos preguntamos: ¿estamos seguros que no habrá nuevos Auschwitz? El pensador español Manuel Reyes Mate nos señala: “El holocausto judío perpetrado por los nazis no fue la obra de un loco sino el final de un proceso que compromete a lo mejor de la civilización occidental (…):¿podemos pensar ya de espaldas a Auschwitz como si nada hubiera ocurrido?.Y Paul Valèry advierte: “la inhumanidad tiene un grandioso futuro”.

El paso previo al Holocausto fue tergiversar el lenguaje para metaforizar el crimen. Los nazis llamaban “insectos” a las supuestas “razas inferiores”, “solución final” al genocidio, etc. Esto nos debe alertar sobre el uso del lenguaje que realizan los dictadores, lo que Rabinbach llama “la catástrofe de la palabra”.

Una ideología nefasta, fanática y “eficiente” llevó a la humanidad al abismo. Los nazis eligieron para realizar el mayor campo de la muerte de la historia humana un escondido lugar del sur de Polonia por ser una zona aislada, escasamente poblada, de fácil acceso ferroviario y que se podía camuflar. Le germanizaron su nombre, llamándolo Auschwitz. Allí y en los campos adyacentes se levantó también un complejo fabril con trabajo esclavo y un laboratorio de experimentación médica con seres humanos vivos.

En Auschwitz-Birkenau fueron masacradas por lo menos 1.100.000 personas de toda edad, en su mayoría judíos; patriotas, homosexuales, y otras minorías. Los nazis intentaron borrar las pruebas del crimen: destruyeron los hornos crematorios, quemaron archivos, ejecutaron a los “sonderkomandos” pero no pudieron borrar el testimonio de los sobrevivientes.

El investigador Raúl Hilberg llama la atención sobre la precisión industrial de la matanza, describe que “los centros de exterminio funcionaban rápido...El recién llegado descendía del tren a la mañana, por la tarde el cadáver ya estaba quemado y sus ropas empaquetadas, almacenas y expedidas a Alemania”. Y mientras esto ocurría el mundo miraba para un costado (desde 1941 los aliados tenían noticia del genocidio y no hicieron prácticamente nada).

Lamentablemente hubo muchas matanzas en la historia. Ninguna había utilizado los cuerpos de las víctimas en forma industrial para obtener objetos de uso cotidiano: Jabón, tejidos, fertilizante para las planteas.

¿Cuál es nuestra función luego del Holocausto?, el filósofo Edgar Morín nos señala: “Debemos resistir a las formidables fuerzas de regresión y de muerte…. Debemos prepararnos para nuevas opresiones... Resistir, resistir y resistir”.

El papa Francisco en su visita al Yad Vashem (Museo del Holocausto) de Jerusalén escribió lo siguiente: “Con la esperanza de que esta tragedia no se repita, que la humanidad pueda aprender de sus errores y construir un futuro de paz y fraternidad”. Antes, siendo arzobispo, había señalado que “cada judío que se mataba era bofetada al Dios vivo en nombre de los ídolos”.
Hoy recordamos el final de Auschwitz y vemos que ha resurgido el antisemitismo y el racismo. Parece que no hubiesen pasado ocho décadas.

El 7 de octubre del 2023, el grupo terrorista Hamas, inspirado por una ideología nazi, generó una matanza pocas veces vista en la historia. La misma nos recuerda, salvando las distancias, también al Holocausto.
Si no queremos que haya nuevos Auschwitz no debemos permitir la Muerte de la Memoria

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