¡El Señor está contigo, hombre de valor! (Jueces 6:12)
El rabino Haim Amsalem ha sido expulsado del partido político Shas, (organización compuesta y apoyada principalmente por ortodoxos sefarditas), cuyo jefe le exige que renuncie a su puesto de parlamentario. Es posible que esté en peligro de ser considerado hereje y ser excomulgado por su líder religioso. El semanario de Shas lo ha comparado con Amalek, el archí enemigo eterno del pueblo judío, con quien, expresa la Torah, habrá guerra en toda generación y su memoria será borrada.
La cólera contra Amsalem ha llegado a tal punto que los funcionarios de la Knesset han ordenado a un guardaespaldas que lo acompañe constantemente.
¿Qué es lo que ha hecho el rabino Amsalem para escandalizar a sus ex–compañeros, y provocar su ira y su condena?
¿Ha negado los 10 Mandamientos?
¿Ha declarado que el universo no fue creado por Dios hace cerca de seis milenios sino que es el resultado de una explosión ocurrida hace 13,000 millones de años?
¿Tal vez cometió un desfalco y merece terminar en la cárcel como ocurrió anteriormente con otros seis parlamentarios de Shas?
¡Peor! ¡Peor! ¡Peor!
Amsalem ha expresado las siguientes opiniones que, según sus ex–compañeros de Shas, tal vez merezcan perdón de Dios, pero ¡nunca de ellos!
- Sólo una minoría de estudiantes sobresalientes debe dedicar su vida, 24 horas al día, 7 días a la semana, al estudio de la Torah y del Talmud. Los otros miles de estudiantes deben combinar el estudio de la Torah con el trabajo, como lo hacían los rabinos mencionados en el Talmud.
- Se debe encontrar una forma fácil y rápida para convertir a los cientos de miles de inmigrantes rusos que descienden de judíos pero que, de acuerdo a la Halajá, no son judíos.
- Todos los estudiantes religiosos deben aprender las bases de matemáticas y un idioma extranjero al igual como lo demanda el Ministerio de Educación de los colegios laicos.
Ojalá hubiesen en Israel, y en el mundo, más hombres como el rabino Amsalem, un hombre de coraje, entereza y claridad de visión, que defiende sus principios aún al costo de ser insultado, odiado y vilipendiado.