UN CROAT DE PEDRO EL CEREMONIOSO
Un señor, que quiere permanecer en el anonimato, me trae una cajita con unas pocas pertenencias de su abuelo que acaba de fallecer a edad provecta.
Hay un curioso prismático antiguo, alemán, de cristal y hojalata, muy precario que, sin embargo, funciona bien y tiene incorporados un pequeño espejo y una brújula.
Y, lo más interesante para mí, algo menos de una decena de moneditas antiguas, algunas realmente históricas.
–Estas cositas son parte de algunas que me mostraba mi abuelo cuando yo era un gurí, y me decía que habían sido de su abuelo. Pero pensé en que estarán mejor en sus manos ; por eso se las traigo.
Y claro, estoy como un chiquilín con juguete nuevo.
Primero, por la macuquina de Potosí, de medio real, del año 1779; luego las dos piecitas de un real de 1843, de la provincia de Córdoba.
Y aquí quiero destacar que la abundante amonedación de Córdoba es muy importante desde el punto de vista de los estudios numismáticos, y especialmente de ese año de 1843 porque, pese a su abundancia , las diferencias entre las piecitas de un real es tan grande que, por ejemplo, en el estudio de Jorge N. Ferrari y Román F. Pardo del año 1951 (“Amonedación de Córdoba”, libro que perteneció nada menos que a Ludovico Freude) se detallan sesenta y ocho anversos y veinte reversos diferentes, lo que indica la curiosidad de las emisiones de ese año, que para muchos estudiosos es más interesante que la amonedación total de algún país. En este medio siglo se habrán encontrado más curiosidades, pero eso ya es otro tema.
Ahora sí, lo que interesa para los lectores de PLURAL JAI: la piecita de un croat (la palabreja ya ni figura en las enciclopedias) de Pedro el Ceremonioso, rey de Aragón.
Menudo trabajo me costó identificarla. Tuve que desempolvar numerosas obras de mi biblioteca de numismática (de seguro la más nutrida de la provincia) hasta que di con la piecita en unos viejos catálogos de subastas de la Asociación Numismática Española.
Inmediatamente se encendió la lucecita que iluminaba alguna lectura sobre este Pedro el Ceremonioso en relación con los judíos.
Y bueno, hurgué hasta que encontré y refresqué algunos datos. “Fue – dice una vieja publicación– más justo y benévolo para con los judíos que ninguno de sus predecesores y abolió varios abusos perpetrados contra ellos por funcionarios de la Corte”.
Pedro el Ceremonioso conquistó Mallorca, el Rosellón y parte de Cerdeña, otorgando a los judíos allí residentes varios privilegios. En Mallorca anuló las multas impuestas por su antecesor y prohibió que se los torturara, excepto por mandato especial del Rey.
Amante de las letras, fue historiador y trovador, conceptuándosele como uno de los mejores de su siglo. Reinó de 1336 a 1387 y a mediados de 1396, casi diez años después de su muerte, el Gran Rabino de la Sinagoga de Barcelona donó a la Biblioteca de Cataluña un importantísimo fragmento, en texto hebreo, de las tablas astronómicas de Pedro el Ceremonioso, de fines del siglo XIV.
Hay cosas curiosas y desconocidas en la historia y esta monedita de hace más de seis siglos, que contemplo admirado, es mudo testigo de una época apasionante.
Pablo Schvartzman
Concepción del Uruguay, 17 de abril de 2010.
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