JACQUES BERGIER, EL GENIO SECRETO Y MISTERIOSO
Dentro de poco se cumplirá un siglo del nacimiento del héroe francés Jacques Bergier, nacido en Rusia de padres judíos a quien un cronista llamó el “genio secreto y misterioso”.
Muchos miles –o millones– lo habrán leído en dos difundidísimos libros que escribió en colaboración con Louis Pauwels: “El retorno de los brujos” y “La rebelión de los brujos”. Su treintena de libros propios es seguramente mucho menos conocida y hay alguno inquietante, como “La tercera guerra mundial ya ha comenzado”, de 1976, donde ya en la primera página dice: “ La tercera guerra mundial ya ha empezado y Occidente está en trance de perderla”.
Y se habrá ganado también la feroz antipatía de muchos porque al hablar del Che Guevara opina: “Algunos patéticos infelices como “el Che Guevara” , a quien yo no hubiese confiado un maquis de quince combatientes…” Y por ahí también escribió: “La naturaleza no es demócrata: yo tampoco”.
Sin la guerra de 1939, quizás se hubiera convertido en uno de los mayores investigadores del siglo XX. Apasionado de la física nuclear, antes del comienzo de la guerra, efectuó con otros investigadores sensacionales descubrimientos como el cañón sonoro, pequeñísimos generadores nucleares, la eliminación del agua pesada de nuestro organismo, automatización de todas las industrias; y habló quizás jocosamente de robots civiles, militares y eclesiásticos…
Cautivo de los nazis, estuvo en varios campos de concentración, entre ellos el de triste memoria de Mauthausen donde padeció indescriptibles sufrimientos que dieron motivo a algunas experiencias de paranormalidad sumamente interesantes.
El día de la liberación mató con sus propias manos al jefe nazi del campo en que se hallaba. Por sus aportes a la Resistencia le fue concedido uno de los primeros reconocimientos que hacía el general De Gaulle como presidente del gobierno provisional de Francia, el 2 de noviembre de 1945.
Tengo a la vista la fotocopia del “precario” decreto donde se le otorga la Orden de la Legión de Honor en el grado de Caballero y se le concede la Cruz de Guerra con Palma.
En los considerandos se dice: “Bergier Jacques– Capitán de la Francia combatiente. Resistente desde los primeros momentos. Creador y activador de redes, fabricante clandestino de explosivos. Organizador de atentados contra las fuerzas alemanas. Dio nueva vida a la Red “Marco Polo”. Detenido, supo por su dignidad, imponerse a los miembros de la Gestapo. Deportado a Alemania”.
Jean- Louis Degaudenzi dijo que nadie le conocía realmente. La mayoría de quienes trataban con él, amigos o colaboradores, ignoraban incluso dónde vivía. No figuraba en la guía telefónica o, si así era, sería bajo un nombre desconocido. Durante su asombrosa existencia había usado tantos seudónimos y vocablos de espía, que algún día –sigue Degaudenzi– habrá que descifrarlos para encontrar en ellos, quizás, el verdadero itinerario de este extraño personaje.
Se habla de actividades de espía en los servicios secretos de la posguerra. Solía hablar de esto, pero muy poco. Y lo mismo en lo que concierne a lo que él llamaba “El Gran Juego”, ese gobierno del mundo por parte de influencias ocultas, y el “Colegio de los Grandes Desconocidos” .
“El rechazo de las evidencias mediocres, la curiosidad por los misterios que rigen nuestro destino, ese gusto por ir más allá de las apariencias que caracterizan a nuestro tiempo– dice Degaudenzi– a menudo se lo debemos a Jacques Bergier”.
Debido a su fama de "sabio despistado" fue incluido por el dibujante belga Hergé (Georges Rémi) en una de las aventuras de Tintín, concretamente la titulada "Vuelo 714 a Sidney".
Había nacido en Odessa el 8 de agosto de 1912 y murió en París el 23 de noviembre de 1978.
Pablo Schvartzman
Concepción del Uruguay, 1º de abril de 2010-
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