El presidente del Bundestag, cámara baja del Parlamento alemán, Wolfgang Schäuble, recordó la dignidad profanada de las millones de víctimas del nazismo, al tiempo que arremetió contra todos aquellos que se resisten a conservar la memoria histórica.
En su discurso con motivo del 74 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, Schäuble se refirió a "los padres y madres de la Ley Fundamental" alemana que hace setenta años "pusieron la dignidad del hombre por encima de todo" y declararon que el respeto y la protección de la misma es "obligación de todo poder estatal".
El artículo 1 de la Ley Fundamental es "una respuesta a la experiencia de que la dignidad del hombre fue violada y profanada millones de veces" por los nazis, dijo.
Subrayó que de la culpa alemana nace la responsabilidad de no querer olvidar, "para homenajear a las personas que perdieron sus vidas, para devolverles su dignidad".
Agregó que la cultura de la memoria no es sólo una cuestión de la sociedad civil, sino que forma parte de las tareas del Estado y advirtió de que quien lo pone en duda "está poniendo sus manos encima de los fundamentos de esta república".
Schäuble recordó en especial a los 1,5 millones de niños que fueron víctimas del nazismo y cuyo sufrimiento permaneció "oculto" después de la guerra, en sus propios recuerdos.
Advirtió asimismo en contra de los "peligrosos estereotipos y prejuicios" todavía presentes en la sociedad actual, en contra de la exclusión y la discriminación y de "un antisemitismo con otra fachada".
"Nos avergüenza que los judíos vuelvan a barajar la idea de emigrar" por no sentirse seguros en Alemania, "pero la vergüenza solo no basta", dijo, y agregó que se requiere, además de la dureza de las leyes, el rechazo del antisemitismo, el racismo y la discriminación por parte de todos.
En la misma línea se expresó el invitado de este año a pronunciar un discurso ante el Parlamento, el historiador israelí y sobreviviente del Holocausto Saul Friedländer, quien dijo que "el antisemitismo es sólo una de las lacras que están azotando gradualmente una nación detrás de otra".
"El racismo, la tentación de gobiernos con prácticas autoritarias y sobre todo un nacionalismo que se agudiza cada vez más están tomando la delantera de manera preocupante en todo el mundo", advirtió.
Freiländer, nacido en Praga y cuyos padres fueron asesinados en Auschwitz, resaltó asimismo su "deber moral fundamental" de defender el derecho a la existencia del Estado de Israel, cuya fundación en 1948 era para los judíos una "necesidad vital".
Supuso para su generación, o lo que quedó de ella, "una patria, un sentimiento de pertenencia" que le acompaña hasta hoy, dijo independientemente de las críticas que pueda hacer al Gobierno de su país.
"Naturalmente es legítimo criticar al Gobierno israelí, pero la mera ferocidad y dimensión de los ataques son sencillamente absurdos y llevan el regusto de un antisemitismo pobremente oculto", dijo al referirse a los que atacan la política israelí "de manera obsesiva" y ponen paralelamente en duda el derecho a la existencia de Israel. EFE