La conformación de la comunidad negra argentina se desarrolló en tres momentos históricos.
El primero comenzó en el siglo XVI y se consolidó en los siglos XVII y XVIII, caracterizándose por la llegada de africanos traídos para ser utilizados como mano de obra esclava por los colonos europeos residentes en América. En su mayoría, provenientes de las zonas de Angola y Congo, se asentaron en aquellas partes del territorio donde prevalecían los cultivos de caña de azúcar y algodón. Sin embargo, muchos de los africanos y africanas llegados en aquel momento, fueron utilizados por los criollos no sólo para los trabajos agrícolas sino también para los domésticos y artesanales.
El segundo período remonta a fines del siglo XIX y se extiende hasta mediados del siglo XX, con la inmigración proveniente de las islas de Cabo Verde, que llegó en busca de mejores condiciones de vida que aquellas ofrecidas por la colonia portuguesa. En su mayoría pescadores y marineros, se ubicaron en torno a las ciudades portuarias existentes en el país.
Finalmente, el tercer periodo se inició en la década de los noventa y se caracterizó por la llegada al país de africanos provenientes de Senegal, Sierra Leona, Malí, Liberia, Ghana y Congo. Esta corriente migratoria tendió a asentarse en la Ciudad de Buenos Aires, llegó expulsada de sus países de origen como consecuencia de reiteradas persecuciones políticas y crisis económicas. Además, otros afrodescendientes inmigraron en este mismo período desde otros países de América Latina.
Los párrafos precedentes nos permiten afirmar que la presencia de los negros en la Argentina es un continuo y que éste se inicia antes de la conformación del Estado Nacional. Los negros han sido partícipes, y aún lo son, de la construcción de la identidad nacional. Sin embargo, su presencia en el país ha sido históricamente negada.
Esta negación, implícita o explícita es resultado de la construcción de mitos fundantes de la identidad nacional que no han perdido su vigencia y que han sido apenas cuestionados a través del tiempo.
Como consecuencia de la negación histórica del colectivo negro en nuestra identidad, se colocó a este grupo en un lugar de extranjería frente al nosotros constitutivo de la argentinidad.