Circular 11
- Su existencia se mantuvo en secreto 67 años.
- Muchos judíos perecieron en la Europa nazi por su causa.
- El nieto de uno de los diplomáticos que la aplicaba batalló hasta lograr que el estado argentino reconociera su existencia.
UKI GOÑI
Firmada por el Canciller José María Cantilo el 12 de julio de 1938, la “Circular 11” restringió la entrada de judíos que huían del régimen nazi. En su primer párrafo, refiere a la Conferencia de Evian, que sesionó del 6 al 13 del mismo mes en Francia, donde más de 30 países, incluyendo Estados Unidos y la Argentina, firmaron un acuerdo que buscaba un destino seguro para los refugiados judíos que huían de Alemania y Austria. O sea, mientras participa públicamente de una conferencia para salvar estos refugiados, Argentina dicta una norma secreta prohibiendo su ingreso.
Así, la circular neutraliza los “compromisos … que puedan derivar de nuestra participación en las Conferencias y organizaciones internacionales que estudian en estos momentos una solución general al respecto”. La “organización internacional” referida es la Liga de las Naciones, que en 1938 trató también el tema de los judíos que huían de Alemania. La circular luego cita “los convenios bilaterales últimamente celebrados para la admisión de agricultores extranjeros”, una clara alusión a los acuerdos de colonización firmados para la admisión de agricultores judíos alemanes.
Para detener el influjo que pudiera resultar de estos acuerdos, ordena a los cónsules argentinos “negar la visación … a toda persona que fundadamente se considere que abandona o que ha abandonado su país de orígen como indeseable o expulsado”. La referencia “indeseable” como sinónimo de judío era de uso corriente en documentos de Cancillería de la época. El archivo de Cancillería guarda cartas en las que sus cónsules invocan la “Circular 11” como justificativo para la negación de visas a judíos. Así, sin emplear explicitamente la palabra “judíos”, la circular deja bien en claro su objetivo.