La amplia decisión, uniéndose a tres peticiones, determina que, asumiendo que el gobierno no pueda encontrar una “buena causa”, las mujeres podrán leer la Torá en el Muro Occidental, y el gobierno ya no podrá argumentar que el área del Arca de Robinson “constituye un acceso al Muro Occidental”. La corte no discutió la decisión del gobierno de enero de 2016 de construir una zona para el culto igualitario en el área del Arca de Robinson, que actualmente es también un parque arqueológico.
Además, contrariamente a la práctica actual, las mujeres ya no serán sometidas a búsquedas corporales de objetos rituales judíos “contrabandeados” por el personal de la Fundación para el Legado del Muro Occidental que administra el Kotel.
La decisión de permitir a las mujeres leer la Torá en el Muro Occidental si el Estado no encuentra una “buena causa” para impedirlo, aún no determina si tendrán acceso a los pergaminos que ahora se encuentran en la sección de hombres en la plaza del Muro Occidental.
“Justo cuando parecía que el poder del rabinato era abrumador, el veredicto de la corte con respecto a nuestra petición de leer la Torá en la sección de mujeres del Muro Occidental refleja coraje y sabiduría”, dijo Anat Hoffman, líder del grupo activista Mujeres del Muro.
Según una reciente encuesta realizada por el grupo Hiddush, que trabaja por la libertad religiosa y la igualdad, el 62 por ciento del público israelí apoya los grupos de oración femeninos en el Muro Occidental. Entre la población religiosa de Israel, sin embargo, el 81 por ciento de los ortodoxos modernos y el 95 por ciento de los ultraortodoxos se oponen a los grupos de oración de las Mujeres del Muro.
La petición para permitir a las mujeres leer la Torá en el Muro Occidental, fue patrocinada por un grupo disidente de las Mujeres del Muro llamado “Mujeres Originarias del Muro”. Hace 14 meses, el grupo pidió a la Corte Suprema anular una directiva presentada por el Rabino Shmuel Rabinovitch de la Fundación para el Legado del Muro Occidental, que prohibía los rollos de Torá en la sección de mujeres.
Según un comunicado de las Mujeres Originarias del Muro, ese reglamento “es una flagrante violación de la ley israelí contra la discriminación sobre el acceso o uso de la propiedad pública”. Además, “el Kotel no es una sinagoga, sino un sitio religioso, es decir, un espacio público. El administrador rabínico no permite el acceso de las mujeres a los pergaminos de la Torá en el Kotel, y esto también supone una violación de la ley israelí contra la discriminación”.
Según ambas organizaciones feministas, hasta este fallo, las mujeres han sido acosadas y sometidas a búsquedas degradantes de objetos rituales judíos.
“El Centro por la Justicia de la Mujer continuará disputando todo intento de las autoridades rabínicas de ampliar su jurisdicción y promulgar reglamentos que trascienden las leyes del Estado,” manifestó la abogada Susan Weiss, que representa a las Mujeres Originarias del Muro.
Fuente: The Times of Israel – Traducción: Enlace Judío México