Declaración sobre la soberanía de las Islas Malvinas
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Para el judaísmo ortodoxo, ¿las mujeres tenemos derechos? Es una pregunta que me he preguntado frecuentemente en los últimos meses. O por decirlo en forma diferente, ¿donde terminan los derechos de los hombres y donde empiezan los míos?
Ante lo que estamos viendo últimamente o tal vez no tan últimamente, sino que ahora se conoce más que antes, uno se cuestiona porque si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, hombres y mujeres, la discriminación contra la mujer en ciertos círculos religiosos y ultra religiosos sigue aumentando.
Las noticias son cada vez más preocupantes. Comenzó hace unos años con la agresión a mujeres religiosas que rezaban y cantaban en el Kotel. Ahora aparecen carteles no solo en Mea Sharim, en Beit Shemesh, y otros lugares de Israel, sino también en la diáspora, por ejemplo en Brooklyn, Nueva York (escritos en yidish), prohibiendo a las mujeres judías caminar por la calle principal, o indicándoles que si ven a un hombre religioso caminando hacia ellas deben hacerse a un lado y dejarlo pasar.
Tal como se expresa tanto en su documento fundacional, la Declaración de Independencia, y a través de la voluntad de la mayoría de sus habitantes, es un hecho que Israel debe ser un estado judío. Por judío quedan implícitos dos elementos centrales: el primero, de naturaleza práctica, que la mayoría de sus ciudadanos son miembros del pueblo judío; el segundo elemento es la legitimidad de integrar las tradiciones, cultura, valores, y hasta en algunos casos, legislación judía, en las estructuras públicas, políticas, y legales de la sociedad.
En tanto los derechos de las minorías no judías de Israel estén protegidos y el inalienable derecho de los individuos a la libertad religiosa esté preservado, estos principios de un estado judío pueden coincidir con otra aspiración constitutiva: ser un estado democrático.
Constituyen algo menos del 10% de la ciudadanía de Israel, aunque son más de la quinta parte de la capital, Jerusalén. Se consideran los preservadores del pueblo, por su dedicación durante siglos al estudio de las Sagradas Escrituras. Pero no pocos de sus conciudadanos los ven como un serio problema social.
Los «haredim», palabra del hebreo que significa "temerosos" (en relación a Dios), son los ultraortodoxos de Israel, un sector heterogéneo con variados matices, pero claramente diferenciado de la población secular, que es mayoría, y por cierto también de los religiosos, considerados menos estrictos, por más que sean plenamente observantes de los preceptos judaicos.
¿Por qué ha despertado una indignación unánime la caricatura firmada por Gustavo Sala, sobre los campos de concentración nazis? Probablemente quien la firmó no debe entender por qué ha concitado tanto repudio público.
Jorge Semprún es un héroe del género humano. A los 20 años formó parte de la resistencia antinazi en París, fue deportado a Buchenwald, sobrevivió, luchó contra el franquismo, ganó innúmeros premios literarios, fue el ministro de Cultura de la democracia española.
En su obra postrera, La escritura o la vida, narra su desesperada lucha interior después de haber estado en el campo de concentración. Dice que él “no escapó a la muerte sino que pasó a través de ella”. Relata que haber estado allí, en el lugar que ahuyentaba a las aves porque olían a carne humana quemada, marca para siempre. Se debatió durante 40 años entre escribir sobre lo que vio, y morir al hacerlo, o no escribir y vivir.
Somos muchos los que en las pasadas Fiestas sentimos que recrudece el dolor por la pérdida de los seres queridos: fue el primer año que mamá no está con nosotros y la extrañamos.
Al morir en 2011, quisimos enterrarla junto a papá, en el cementerio judío de Tablada.
Mamá se había asociado a AMIA hace muchos años, y hace otros tantos se convirtió al judaísmo siguiendo todos los pasos del Rabinato. Lamentablemente, la conducción de AMIA no permitió que descansara junto a mi padre, su último deseo. Y este dolor me carcome, como a tantos otros que hemos pasado por situaciones similares.
Mi deseo es que en 2012 termine esta intolerancia, se acaben las discriminaciones denominadas “sector de conversos”, que nunca más una familia tenga que sufrir el manoseo de su dolor, y dejen, ¡por favor!, descansar a nuestros seres queridos en paz.
Georges Loinger, el ‘pasador de niños’, evacuó a 350 pequeños a Suiza y los salvó del nazismo. A sus 101 años, da charlas para que no se olvide el Holocausto.
A sus 101 años, Georges Loinger sigue aceptando todas las invitaciones para dar testimonio de los horrores causados por Adolf Hitler y su régimen de terror. Acaba de llegar en avión desde París a Madrid para participar en un seminario organizado por Sefarad-Israel coincidiendo con el Día de la Memoria del Holocausto, que ayer se conmemoró en Madrid. Loinger tiene energía suficiente para dar una conferencia en la Residencia de Estudiantes y atender a los periodistas. A la hora de la cena se le nota cansado. Inicialmente, no tiene demasiadas ganas de comer. Pero más tarde se animará a dar cuenta de la crema de calabaza y de la pechuga de pavo del menú. Solo bebe agua.
"Cada vez hay menos judios en el mundo y son más viejos" dice, Sergio Della Pergola, Profesor de Demografía Judía de la Universidad de Jerusalén
Tengo 65 años, pero camino mucho. Nací en Italia y emigré a Israel a los 42 años. Tengo 4 hijos y 6 nietos: predico demografía con el ejemplo. Soy un judío moderno y tradicional. Soy de izquierdas a lo israelí, algo muy complejo. Colaboro con la Fundación Spinoza de Barcelona.
¿Quién es judío hoy? Quien se reconoce judío.
La historieta que publicó Página 12 todavía levanta polvareda. Hoy, 27 de enero, el día que la ONU designó como fecha para conmemorar el Holocausto, puede ser una oportunidad para arrimar un par de reflexiones más.
El humor es transgresor; me cuesta encontrarle la gracia a un David Guetto que estimula a los judíos a bailar con la aprobación de un Hitler ansioso por lograr que el judeo-jabón resulte más suave, pero puede que algún lector de Página 12 lo haya logrado. En cualquier caso, no soy de los que creen que el autor de la historieta sea un antisemita ni me parece relevante determinarlo. Sí, en cambio, me pregunto –y me inquieta- qué llevó al diario a publicarlo. ¿Será puro desenfado?
Rabinos y psicoterapeutas escuchan los mismos síntomas.
Frente a las dificultades generadas por los males epocales, desde el ámbito de la psicología, la autora propone el trabajo conjunto entre rabinos y analistas como alternativa para poder ofertar en el seno de la colectividad modalidades más amplias de resolución de los conflictos.
Nadie podría decir que en esta época no es difícil vivir. No se trata de la nostalgia del pasado que alega que siempre fue y será mejor que el presente, sino de hacernos responsables de las dificultades y complejidades de nuestro tiempo cultural.
Para entender nuestra época y no resistirnos a enfrentar los problemas cotidianos de las personas y las familias, en primer lugar debemos acercarnos a las angustias que padecemos y tomar contacto con nuestros sentimientos.