Reprimen a manifestantes en una protesta contra Ahmadinejad, persiguen a la mujer Premio Nobel de la Paz iraní, encarcelan a quienes “osaron” protestar contra el fraude electoral…
Las notas distribuidas por agencias de noticias no son novedosas, ni han tenido repercusión en medios audiovisuales mundiales, sólo alguna pequeña mención en algún medio gráfico, que es de donde las hemos tomado: miles de personas salieron a las calles para repudiar al presidente iraní, electo en junio pasado en medio de un escándalo por denuncias de fraude. Integrantes de la Guardia Revolucionaria los dispersaron con gases y detuvieron a varios, reprimiendo a los manifestantes que se habían congregado en las afueras de la Universidad de Teherán para, aprovechando el "Día de los estudiantes", protestar contra el presidente Mahmud Ahmadinejad.
Los manifestantes protestaban contra el mandatario y lanzaban consignas de apoyo para el ex candidato presidencia y ex primer ministro iraní Mir Hussein Mussavi, quien denunció fraude en los comicios celebrados el 12 de junio, donde resultó electo Ahmadinejad.
La policía reprimió a manifestantes en la Plaza Enghelab, en cercanías de la universidad central de la capital y bloqueó el acceso a las casa de estudios, mientras grupos de estudiantes se movilizaron al grito de Allah Akbar (Dios es grande) y frases contra el gobierno de Ahmadinejad.
Testigos dijeron que la policía recurrió a gases lacrimógenos, golpes con bastones y disparos al aire para dispersar manifestantes, muchos de ellos heridos, vistos ensangrentados en las calles, y varios fueron detenidos.
Para quienes adherimos a políticas progresistas, en particular de centro izquierda, la represión a expresiones de descontento por la realización de fraude debiera ser motivo de nuestro apoyo y preocupación. Sin embargo, en Argentina no hemos oído ningún llamamiento a parar la represión y a revisar el fraude en las últimas elecciones en Irán. Mi opinión es que, si hubiera algún judío a quien culpar, las calles se hubieran colmado de D’Elías y Quebrachos realizando llamamientos por la democracia y la paz, que en realidad no defienden ni desean. Reclamamos justicia para el pueblo iraní y respeto por sus derechos humanos, ya que sin ese derecho, no habrá interlocutores válidos con quien lograr vivir en un mundo de paz.
El gran escritor Arturo Koestler, fallecido hace más de un cuarto de siglo, dijo unas frases que siguen siendo increíblemente actuales: “ Se suponía que la izquierda debía combatir las tiranías: ahora respalda a cualquier dictadura que se escuda en la verborragia revolucionaria”. Y también dijo: “ Yo no cambié, ellos lo hicieron…”
No sé si es una virtud o no, pero yo tampoco cambié: otros lo hicieron.
Leonardo Feiguin.
Integrante de Plural JAI | Judaísmo Amplio Innovador