Miles de jóvenes se sumaron a la lucha terrorista de ISIS

Posteado el Mié, 02/03/2016 - 15:20
Fuente
www.counterextremism.com

 

Según analiza una pormenorizada nota (Ver nota aquí) del CEP (Counter Extremism Project) a diciembre de 2015 más de 31.000 individuos fueron "arriados" al territorio controlado por ISIS con la intención de vivir, luchar y morir por el autoproclamado califato.
Mientras los gobiernos luchan por frenar el flujo de combatientes hacia la región en guerra, las mentiras propagandizadas por ISIS y sus simpatizantes continúan creando nuevos reclutas.

Por un lado hay una serie de ficciones y falsedades que el grupo terrorista proclama como verdades, que luego se revelan como espeluznantes conductas cuando ya es muy tarde.
Por otro lado, esos miles de jóvenes guiados por el "canto de sirenas" de una utopía van directo a la muerte no sin antes provocar la muerte a otros jóvenes que viven en la zona y se oponen a ISIS porque saben la vida que realmente les espera bajo su dominación.
Como otras veces nos preguntamos las causales de conductas similares, siempre entra en el análisis qué pasó de "este lado" para que esos jóvenes fueran engañados de esa manera.
Frente a los fundamentalismos que "dan la respuesta" a todos los problemas, resuelven todas las interrogantes y disipan todas las dudas (aunque sea con falacias, como se basan en la fé no es posible demostrar su falsedad hasta que es demasiado tarde), nuestra responsabilidad es hacer entender que el mundo y la vida son más complejos, están llenos de interrogantes sin resupuestas y que no todo se resuelve en "verdades reveladas", que no hay "sabios" que puedan pensar y decidir por nosotros, sino que debemos impulsar nuevas utopías que despierten el entusiasmo y la alegría militante, que impulsen a los jóvenes a luchar por la paz, por la inclusión, por la democracia como ideales de un mundo mejor que merezca la pena ser vivido.
Nuestra obligación es difundir y enseñar las bondades del disenso y el debate, el respeto por los que piensan diferente, la necesidad de estudiar y analizar para fundamentar nuestras opiniones y, en última instancia, las formas civilizadas y democráticas de resolución de conflictos y de aceptar las acciones que las mayorías decidan.

 

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