Itongadol.- El presidente de la AMIA en uso de licencia por motivos de salud, Leonardo Jmelnitzky (foto) reapareció en público ayer, jueves, en la cena anual de la Ieshivá Jafetz Jaim y la Escuela Heijal Hatorá, con las cuales está identificado, y pronunció un duro discurso que sorprendió a propios y extraños.
Tras recordar a Manuel Davidovich z”l, un dirigente que estuvo muchos años al frente de Agudath Israel de Argentina, y ponderar la tarea del rabino Shmuel Levin al frente de ambas entidades, aseguró que “las luchas políticas por la Toire y el Idishkait se remontan a muchos años atrás y forman parte de una tradición” en esas instituciones.
La referencia no fue inocente, ya que en la actualidad y por primera vez en la historia la Kehilá tiene oficialismo y oposición y ambas partes no escatiman esfuerzos para deslegitimar a la otra, tal como pudo verse en el comunicado de AMIA es de Todos y Plural JAI emitido horas antes y que nombra a Jmelnitzky para criticar a la conducción, que en la práctica no integra.
“En la década del ’50, el Vaad Hajinuj de AMIA decidió suspender el subsidio a nuestra escuela porque la misma no se adecuaba a sus imperativos ideológicos”, pero “rav Iser (por Isidro Massel), lejos de amilanarse por esta situación y por ir a buscar shalom -hoy todos buscan shalom aun transigiendo los valores que deberían defender, y eso está mal-, decidió ir a la guerra y construir un cementerio en Berazategui; consiguió los permisos, que eran difíciles de obtener, se endeudó para pagar las obras y puso de pie el cementerio”, relató el presidente de la AMIA en uso de licencia.
“Mientras los ideólogos de la AMIA que le negaban los subsidios a Heijal Hatorá se asustaban por perder clientes y tener que bajar los precios, a rav Iser se le acababa el dinero y se cuenta que había delatores en su entorno que le avisaban a la AMIA que si esperaba, compraría barato” el camposanto, prosiguió.
“La historia terminó con que efectivamente rav Iser tuvo que venderle barato el cementerio a la AMIA, pero el convenio que firmó en 1957 es una verdadera obra de arte político”, proclamó Jmelnitzky antes de leerlo:
“AMIA reconoce que las Escuelas Religiosas Israelitas Argentinas con sede en Ecuador 928, asimismo la ieshivá Jafetz Jaim, con derecho a las subvenciones y prerrogativas de las que gozan las escuelas incorporadas al Vaad Hajinuj dependiente de AMIA, tales derecho se les reconocen a las escuelas nombradas con efecto retroactivo. En ningún caso y por ninguna circunstancia, las escuelas mencionadas podrán en el futuro ser excluidas de los derechos citados, sino por el contrario, siempre se las considerará como las escuelas más favorecidas, y no solo las escuelas sitas en Ecuador 928, sino también las que funcionan en otros lugares bajo su dirección, como ser la ieshivá Jafetz Jaim. Se entiende también que tales subvenciones no implican obligación de someter programas de estudio ni nombramiento de personal directivo docente a la aprobación de AMIA, ni el Vaad Hajinuj, ni otra entidad, y solamente el cargo de suministrar todos los informes del tipo estadístico para los cálculos de tales subvenciones.”
“Esto fue lo que consiguió rav Iser: incorporar a nuestra comunidad la condición de la libertad de enseñanza, y resulta que hoy hay jutzpanim (impertinentes) que pretenden enseñarnos lo que es el pluralismo, el mismo que negaron durante 60 años de historia de la comunidad”, denunció el presidente de la AMIA en licencia.
Esa “tradición de lucha y esfuerzo encontró su digno continuador en la figura de nuestro rosh ieshivá, rav Shmuel Ariel Levin Shlita; ellos perfeccionaron la obra y llegaron a hacer de nuestra institución una escuela de escuelas: de ella surgieron rabanim, morim, morot, askanim que han expandido la Toire por todo el mundo e instalaron el concepto que después de la Segunda Guerra Mundial permitió el resurgimiento de la tradición y fijó sólidas bases para la continuidad de nuestro pueblo judío”, destacó.
“El impulso de rav Iser y la lucha y el esfuerzo de rav Levin fructificaron y la misma AMIA que en 1956 se negara a ayudar a Heijal Hatora terminó siendo gobernada por el partido que lo representa”, subrayó Jmelnitzky.
Sin embargo, “no hay que pensar que se trata de una guerra ganada: el mismo espíritu que antaño quiso expulsar al Heijal de AMIA sigue vivo, encarnado en otras personas y partidos; el discurso puede cambiar, pero las intenciones son las mismas: buscan un judaísmo sin Toire, aun sabiendo que sin Toire no hay judaísmo posible”, proclamó.
“Ya no les interesa combatir la asimilación: buscan disimularla llamando ‘judío’ a quien no lo es y ven en aquellos que son shomréi Torá (observantes) a aquellos ante quienes no pueden disimular su farsa pseudopluralista”, continuó el dirigente.
“En este mismo momento, aquellos sonéi dat (antirreligiosos) de quienes estamos hablando han pedido siete Asambleas Extraordinarias con la intención evidente de paralizar y obstaculizar la actual gestión”, pero ellas “han devenido ordinarias porque buscan hacer fracasar esta gestión entorpeciéndola, y si van a preguntar por qué buscan nuestro fracaso, la respuesta es simple: porque nuestro fracaso les abre la oportunidad de expulsar a la Toire de la AMIA”, acusó.
“Ellos saben muy bien que somos nosotros quienes la representamos, y no lo van a conseguir”; no obstante lo cual, “honestamente creo que nadie tiene derecho a mantenerse al margen”, advirtió Jmelnitzky, quien también criticó a sus compañeros: “He escuchado a mucha gente nuestra que despotrica contra la política comunitaria con excusas varias; tal vez con ello ocultan sus afanes de permanecer cómodos sin involucrarse, sin comprometerse”.
“Piensan equivocadamente que se trata de una situación que a ellos no les compete; ‘que me dejen tranquilo’, dicen, como si el devenir del Klal Israel les fuera indiferente, como si no fueran responsables”, prosiguió.
“¡Qué equivocados que están! Heijal Hatora representa una historia de lucha por el ídishkait (judaísmo); no hay excusas para que personas que se dicen shomréi Torá umitzvot no vayan a votar una vez cada tres años, o que aquellos que han sido honrados como miembros del Rat no asistan a las Asambleas, o que aquellos que asumieron la responsabilidad de ser miembros de Comisión Directiva no participen de las reuniones”, puntualizó el presidente de la AMIA en licencia.
“No hay excusas: la historia del Heijal Hatorá, la lucha de rav Iser y el enorme trabajo de rav Levin nos señalan un camino del cual no podemos excusarnos porque -como está escrito- ‘col Israel arevim ze laze’; se trata ni más ni menos que del concepto de Klal Isroel, de sostenerlo, de ayudarlo, de protegerlo, de evitar que se extravíe porque como ya dijimos: este pueblo y la Torá son uno”, finalizó.
Previamente, el rabino Levin, líder espiritual del Bloque Unido Religioso que gobierna la AMIA desde hace seis años, celebró los 71 años de la ieshivá y los 63 de la escuela, rescató el esfuerzo que en su fundación y mantenimiento realizara Massel hasta su fallecimiento, y recordó que fue uno de los pocos alumnos de la escuela cuando se fundó en 1951, a comparación del casi millar actual porque “cuando se siembra Torá con kedushá (santidad), se expande la Torá con kedushá”.
También sostuvo que la comunidad judeoargentina necesita centros espirituales donde se difunda y enseñe la Torá porque el Creador los envió a estas tierras para recrear lo que se perdió en Europa por la Shoá, por lo cual instó a toda la dirigencia a seguir haciendo obras porque otra ieshivá, otro kolel y otra escuela “salvarán a Am Israel”.
Por último, el director de la ieshivá anfitriona resaltó que en la AMIA hay unión en el trabajo y por eso hay bendición, y consideró que el del 120° aniversario debe ser un año en el que se fortalezca la educación y la ayuda social.
La cena contó con la presencia del gran rabino Meir Bergman shlita, yerno de quien fuera una autoridad del judaísmo mundial, Marán Eliézer z”l, y los presidentes de Agudath Israel en Estados Unidos y Miami, respectivamente, rabinos Jaim Dovid Zwiebel shlita y Moshé Matz shlita, quien también es promotor del Keren Hashviit en Sudamérica.
También asistieron el titular de la DAIA, Julio Schlosser; el vicepresidente 1° a cargo de la AMIA, Tommy Saieg, junto con el secretario general, Mario Sobol, el tesorero, Ariel Cohen Sabban, y prosecretario, Flavio Goldvaser; el titular de la OSA, Danny Lew, acompañado por su vice, Gabriel Gutesman, y el presidente honorario, Manuel Junowicz; su par de COSLA y protesorero de la AMIA, Carlos Frauman; y el ex presidente de la AMIA Guillermo Borger, entre otros.