La imperiosa unidad de la Comunidad Judía Argentina
La simple mención de la palabra unidad (del latín unĭtas) nos lleva inexorablemente a pensar en una integridad en la que no es posible la división o desmembramiento sin modificar su esencia misma. La comunidad judía sin unidad no solo se debilita sino que pierde sus centros de referencia y se aleja inexorablemente de su propia naturaleza.
La unidad requiere incentivar la incorporación y participación activa dentro de los diferentes estamentos comunitarios a amplios sectores de una población judía que vive completamente alejada de la vida judía por carencia de motivaciones o de conocimientos sobre su identidad.
La unidad exige incorporar a todo el amplio y valioso espectro de intelectuales y pensadores judíos que en la actualidad están aportando maravillosamente a la sociedad argentina en todos los campos del quehacer nacional y necesita integrarlos a la participación institucional judía y a la vida comunitaria en general para que fortalezcan las bases donde se asentaría la vida de nuestras próximas generaciones.
La unidad nos advierte sobre el Lashon Hara o hablar mal o despectivamente del prójimo, ya sea cara a cara, en las reuniones, en las redes sociales, en las comunicaciones telefónicas, en los correos electrónicos y en las declaraciones en los medios periodísticos. Y más aun del Hotzaat shem ra que es la difamación hacia otra persona utilizando mentiras y calumnias, considerado mucho más grave aun que el Lashon Hara.
La unidad necesita la participación activa en la vida democrática comunitaria de las diversas corrientes del pensamiento y de todos los sectores con diferentes puntos de vista sobre su tiempo histórico y su realidad social.
La unidad reclama el pluralismo y el pensamiento democrático que asegure la existencia de diferentes posiciones y pensamientos ideológicos que no colisionen y que se complementen armónicamente.
La unidad requiere resolver los conflictos y divergencias de una gran familia comunitaria impidiendo a cualquier costo que las heridas infringidas no cicatricen y permanezcan abiertas aun en las próximas generaciones.
Hoy más que nunca, la comunidad judía debe unirse en torno a su fe ancestral, a sus valores éticos, a sus irrenunciables vínculos con el Estado de Israel para poder realizarse plenamente como judíos pero a su vez ser plenos y orgullosos ciudadanos argentinos y asumir activamente todos los desafíos que nos demande nuestra sociedad argentina en la que somos parte y estamos indisolublemente inmersos.
Nuestra verdadera misión es la de fusionar esos fragmentos rotos que puedan llegar a producirse, a través de una unidad que sea completamente inclusiva. Creo decididamente que la única y natural respuesta posible, ante estos difíciles momentos en los que transcurre nuestra comunidad judía, es hoy más que nunca: La Unidad.
Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar