Integrantes de PLURAL JAI declaramos nuestro apoyo al proyecto de ley que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados y está siendo tratado en la de Senadores para eliminar la discriminación que impone el Código Civil para el casamiento entre personas del mismo sexo.
La democracia es un sistema de normas, conductas y valores que hasta el momento ha demostrado ser el mejor que los seres humanos hemos podido construir. Dentro de ella sobreviven resabios de anteriores costumbres, sistemas y formas de organización que responden a otros criterios colectivos, en los que la discriminación y la segregación eran lo habitual y parecían razonables: la esclavitud, la servidumbre de la gleba, etc. necesitaban de la inquisición, de la prohibición a los judíos y muchas otras minorías de ejercer libremente sus cultos e ideas y, también, la estigmatización de la unión familiar entre “diferentes”. Así, en muchos lugares del mundo estaba expresamente prohibido casarse con judíos y aún sigue siendo un mandato implícito para algunas sociedades fundamentalistas.
Desde el punto de vista religioso hay posiciones que se oponen y otras que apoyan la idea, y no nos compete evaluar el tema desde esa óptica. No fomentamos ni promovemos los matrimonios interconfesionales o los matrimonios entre personas del mismo sexo, pero nos expresamos en relación al derecho que tienen quienes lo deciden a hacerlo.
Por todo esto es que, nosotros aún más que otros grupos sociales, debemos apoyar la eliminación de trabas discriminatorias que impiden la igualdad de derechos y obligaciones a personas por su elección u opción sexual e invitamos a los legisladores nacionales que hoy tienen la responsabilidad de su decisión a votar a favor de esa iniciativa.
Sobre el matrimonio igualitario
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matrimonio del mismo sexo
estoy totalmente de acuerdo, además como judíos frente a casos de antisemitismo queremos que otras minorías nos apoyen, si no nos solidarizamos con quienes son discriminados no tendremos derecho a exigir lo mismo. No tenemos que discutirlo desde el punto de vista religioso, hay rabinos a favor y en contra, eso no tiene nada que ver con el matrimonio civil que es una ley del Estado. Tambien decian que el divorcio iba a destruir la familia.
Gabriela Palais.
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No ser ambiguos
Este tema genera en muchos de nosotros ambigüedad por la sensación de ser igualitarios y los años de educación tradicional recibidos. Si reflexionamos y usamos el sentido común encontraremos que es momento de no ser ambiguos, de aceptar las nuevas formas de familia como naturales, normales, y sanas para la sociedad. Ser judios no nos quita tener sentido común, los paradigmas , los preceptos, las prohibiciones, deben respetarse, siempre que no atenten contra el mismo. Hagamos gala de la inteligencia de nuestro pueblo, de la diversidad que siempre nos enriqueció y apoyemos sin vergüenza el matrimonio entre seres del mismo sexo. Exijamos a nuestros legisladores que utilicen su sentido comun, que contemplen todas las opciones y posibilidades necesarias para dar marco a la ley y que nos permitan como sociedad ser equitativos con todos los que habitamos este país.
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Lamentables expresiones del Rabino Levin
Ver artículo en Iton Gadol,
Matrimonio gay: polémica y división entre los rabinos argentinos
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Diferenciar las cosas
La ley es sobre matrimonio civil, por lo que la comunidad judía no tiene porque hacer objeción alguna; respecto de lo religioso estoy de acuerdo con la postura de unos rabinos ortodoxos de Estados Unidos; no se debe discriminar en absoluto, se le debe permitir disfruar a pleno del judaísmo; sin embargo al igual que ellos no veo bien una jupá y tampoco creo que sea necesaria.
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Adhiero al comentario de Leonardo Feiguin.
Debemos luchar en forma permamente por cualquier forma de discriminación, ya sea esta por de raza, religión, sexo o cualquier otra condición.
Todos debemos ser iguales ante la ley y permitir el matrimonio a personas del mismo sexo va en ese sentido.
Esto no quiere decir, como dicen algunos, que se impulse este tipo de matrimonios y mucho menos, que es la destrucción de la familia y judaísmo, como se animó a expresar un rabino ortodoxo que se cree el dueño de la verdad y del judaísmo.