PROVERBIOS Y REFRANES
Mi padre (1890-1973) y mi madre (1897-1971) vinieron de Ucrania y se conocieron aquí.
Habían nacido en pequeñas aldeas cercanas a importantes ciudades (no hay que olvidar las “zonas de residencia”): Kiev y Dniepropetrovsk, antes Ekaterinoslav, y trajeron en sus semi vacíos equipajes un bagaje de cuentos y leyendas, pero especialmente proverbios y refranes, retruécanos y aforismos en ruso, ucraniano, ídisch y hebreo que –cuando los recuerdo en sus expresiones originales– todavía me impresionan y deleitan. Y los anoto.
DEL RUSO: “Más vale ser gordo que flaco, pues mientras el gordo adelgaza, el flaco se muere”.
“La vida es como una fruta: cuanto más madura, más sabrosa es”.
“El que se enriqueció en un año debió haber sido colgado doce meses antes”.
DEL ÍDISCH: “Hijos pequeños no dejan dormir, hijos grandes no dejan vivir”.
“Todas las novias son hermosas, todos los muertos son virtuosos”.
“Los ricos no están tan locos”.
“¿Qué sabe el cerdo lo que es pimienta?”
DEL HEBREO: “El agua de mi vecina es medicina”.
“Comer menos de lo que se puede, vestirse como se puede, honrar a padre y madre
más de lo que se puede”.
“Al hombre sólo se lo conoce cuando le afloran las tres K: Kaas, Kos, Késef (ira,
copa, dinero)”.
Pero uno de los que más me conmueven todavía es el que mi padre decía lo que yo llamo un retruécano –aunque creo que no lo es– con el alefato hebreo: Alef, Bet, Guimel, Dalet, que trataré de adaptar al alfabeto español: A, B, C, D. Es sobre las uniones en general y el matrimonio en particular: “Si hay Amor verdadero, será Bendita la relación; pero si hay Corrupción, habrá Desventura”.
Aclaro que soy un tremendo aficionado a los refranes y juegos de palabras (Vortschpil en ídisch, Wortspiel en alemán): copio todos los que leo o escucho y tengo cuadernos llenos originados en todos los idiomas y todos los países.
Pablo Schvartzman
Concepción del Uruguay, 17 de marzo de 2010.
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