"Con la denominación de judío llamo a quien se ve a sí mismo como tal, así como a quien se ve forzado a serlo. Judío es una persona que reconoce serlo. Quien lo reconoce en público, por lo general es un judío por elección. Quien lo reconoce únicamente ante sí mismo, lo es por fuerza del destino. Quien no reconoce ninguna relación con el pueblo judío, ni en público ni en su oculto pesar, no es judío, aunque la Halajá lo vea como tal porque nació de madre judía. Un judío, en mi opinión no halájica, es toda persona que elige compartir el destino con otros judíos o que está condenado a compartirlo. Además, ser judío, significa casi siempre mantener una relación espiritual con el pasado de los judíos. Sea una relación de orgullo o de angustia, o de orgullo junto con angustia, sea vergüenza, rebeldía, honra o nostalgia. Y más: ser judío significa casi siempre mantener una relación con el presente judío; sea temor o seguridad, sea orgullo por los logros de los judíos, o vergüenza por sus actos, o un fuerte deseo de desviarlos de su rumbo, o una necesidad espiritual de unirse a su camino. Y por último: ser judío, significa sentir que en un lugar donde se persigue a un judío por el hecho de serlo – se refieren a ti."
Amos Oz (1939-2018)