Pudo salvarse de morir en un campo de concentración nazi, pero eligió quedarse con sus alumnos hasta el final.

Posteado el Vie, 13/04/2018 - 12:30
En Varsovia miles de jóvenes que participan de Marcha por la Vida
pudieron conocer la heroica historia del maestro y médico Janusz
Korczak, que enseñó en el gueto y murió en Treblinka junto a los 200
huérfanos que cuidaba y que se negó a abandonar cuando los jerarcas
nazis le ofrecieron salvar su vida.
 
 
Janusz Korczak, el médico y reconocido pedagogo, fue asesinado por los
nazis en el campo de concentración y exterminio de Treblinka el 7 de
agosto de 1942
 
*Janusz Korczak* fue maestro, escritor, médico, oficial del ejército y
un referente de la sociedad polaca de su tiempo. Representa a un
personaje arquetípico de la Europa Oriental de principios del siglo
pasado. Hombre con tintes renacentistas, innovador, interesado por todo
lo humano. Y como buena parte de esa Europa sucumbió bajo la barbarie de
la Segunda Guerra Mundial.
 
 
Varsovia. El monumento en honor al heroico médico fue colocado en el
lugar donde en tiempos de la ocupación se hallaba el orfanato
 
Ayer un grupo de jóvenes argentinos de los cientos que participan
de*Marcha por la Vida* visitaron su monumento que se encuentra en una
especie de intersección entre la Varsovia antigua y la moderna.
 

 

 La figura tallada de Korczak rodeado de niños con altos rascacielos o
antiguas edificaciones a sus espaldas sirve como metáfora para entender
lo vivido en Polonia hace casi ocho décadas.
 

 

Korczak (cuyo nombre real era *Henryk Goldszmit*) se recibió muy joven
de médico y se dedicó a la pediatría. Su acercamiento y preocupación por
los niños lo hizo estudiar sobre la infancia. A través de la
comprobación empírica esbozó una serie de observaciones que se fueron
convirtiendo en *teorías pedagógicas* que, lentamente, lograron imponerse.

 

 
 
Varias de sus formulaciones, hechas a través de sus contactos cotidianos
con los niños de Varsovia, cimentaron la pedagogía moderna.
 
Sin embargo,*su gran obra fue Dom Sierot, el hogar de huérfanos que
fundó y dirigió hasta su final.*
 
 
Janusz Korczak rodeado por sus pupilos

 

 
 
Sus métodos fueron revolucionarios para la época. *Instaba a escuchar a
los chicos, a establecer una especie de democracia en la que sus
opiniones estuvieran en la consideración de las autoridades, y,
fundamentalmente, en conseguir que a través del cariño, el cuidado y la
educación los jóvenes pudieran readaptarse y conseguir desarrollar una
vida en sociedad*.

 

Sus esfuerzos se vieron recompensados con el reconocimiento de la
sociedad y con el ejemplo que brindaban la mayoría de los chicos
educados por él y su equipo.
 
*Korczak tuvo un final trágico*. Como tantos otros millones de personas.
Su recuerdo permanece pero no sólo porque su muerte fue paradigmática
sino porque su obra dejó una estela imborrable.
 
*Korczak murió cómo vivió, fiel a sí mismo, sin traicionarse.*
*Esquivando privilegios, cuidando a sus chicos, educando hasta el final.*
 
 
Luego de la invasión, las autoridades nazis trasladaron el orfanato al
*Gueto de Varsovia.*
 
Este médico y pedagogo *era un personaje célebre y respetado* dentro de
la sociedad polaca de entonces. *Ese prestigio posibilitó que le
llegaran varias ofertas y propuestas firmes para que abandonara (se
fugara) del Gueto*. *Él no aceptó. No concebía abandonar a sus chicos.*
 
Durante un tiempo siguió educándolos, cuidándolos, haciéndolos mejores.
Aún en las circunstancias más adversas. Mientras tanto, en un diario
personal dejó asentadas sus vivencias. Cada entrada es un canto a la
dignidad.
 
Hasta que en agosto de 1942, llegó *"la acción final"*.
 
*Los nazis decidieron desalojar el Gueto de Varsovia. Y, naturalmente,
también a Korczak y sus doscientos chicos.*
 

 

La deportación a un campo de exterminio era inevitable. Allí recibió la
última oferta. *Le aseguraron que él podría salvarse. Pero el maestro
permaneció con su chicos.*
 
Camino junto a ellos, en ese último paseo, en *esa especie de desfile
final por las calles de Varsovia. *Algunos dicen que uno de los nenes
encabezaba junto al maestro la comitiva *tocando el violín* mientras
eran escoltados por los feroces guardias ucranianos hasta el tren que
los llevaría a la muerte.
 
*Korczak y sus chicos fueron asesinados en Treblinka pocas horas
después*. Nada más se supo de ellos. Pero el recuerdo del viejo maestro,
de su dignidad y de su amor permanece inalterable.

 

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