El Estado Islámico (ISIS) ha perdido casi todo el dominio territorial conquistado en 2014 en Irak y Siria pero sigue sosteniendo su accionar terrorista sobre el mundo global con grupúsculos organizados o con individuos solitarios a quienes les han inoculado una tergiversación ideológica, fanática y criminal de una religión, el Islam, ya sea en forma de entrenamiento directo o por intermedio de las redes sociales.
En Riad acaba de constituirse la Alianza Islámica Antiterrorista, integrada por cuarenta países musulmanes, cuyo objetivo es cooperar con la lucha interdependiente de todos ellos contra el extremismo. El comunicado final dice “el terrorismo representa un desafío para la seguridad y la paz internacional que sobrepasa las fronteras de los países y es ahora más fuerte que nunca”. Para ello se ha aprobado “establecer un mecanismo completo para hacer frente al terrorismo a nivel ideológico, mediático, financiero y militar”.
Mohamed Bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita, inauguró la Asamblea con las siguientes palabras: “El terrorismo ha distorsionado la reputación de nuestra religión. Perseguiremos el terrorismo hasta que sea erradicado completamente”. Esta nueva Alianza musulmana intentará emular a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que, además de referirse al ISIS y similares, abarcaría también al intento de hegemonía regional de la República Islámica de Irán y sus aliados. Al Hezbollah del Líbano lo han definido como “una organización terrorista dependiente de Irán que quiere erosionar a la sociedad libanesa multiconfesional y liberal para entregarla a los teócratas iraníes”.
Uno de los países donde los Yihadistas están desarrollando sus nefastas actividades contra las minorías religiosas es en Egipto y en especial en la Península del Sinaí donde no solo consideran infieles a los cristianos coptos sino también a musulmanes que no sigan estrictamente lo que ellos consideran es la pureza del verdadero mandato establecido en el Corán y la Sharia. La última manifestación del odio visceral que sienten hacia todo lo diferente fue el ataque descerebrado y sangriento realizado contra los fieles de una Mezquita Sufí donde dejaron más de 300 muertos y cientos de heridos.
El Sufismo es una rama del Islam que privilegia la relación espiritual directa del creyente con Dios a la estructura ritual, encarnando una religiosidad tolerante y de convivencia, aunque respetando las leyes coránicas. La creencia Sufí enseña que lo fundamental para el ser humano es llevar una vida de amor y generosidad, ideas que colisionan con los Salafistas para los cuales la pureza cultica es lo primordial y los que la incumplen son heréticos.
Es interesante como en el Judaísmo también ha surgido una corriente similar a la de los sufíes, el Jasidismo, para quienes el cumplimiento árido y maquinal de los preceptos religiosos no satisfacía a las personas de hondo sentimiento espiritual. Esta rama fue igualmente rechazada por los estrictos Mitnagdim, aunque sin la violencia que los Yihadistas lo hacen con sus “hermanos” sufíes.