PROFECÍAS Y PROFETAS
Quiero decir algo sobre profecías. Y no voy a referirme a las del Antiguo Testamento, ni a las del Nuevo Testamento ni a las de San Malaquías, Nostradamus o la Madre Shipton.
Me concretaré a un par de las más cercanas en el tiempo y de personas que no pueden ser tachadas de soñadores, utopistas o quiméricos y tienen que ver con lo que está pasando en nuestro país, en nuestro continente y en el planeta. Muchas veces oímos hablar del fin del mundo y a diario vemos y escuchamos a muchos charlatanes que se apoyan en los astros y en señales inventadas o interpretadas por ellos.
En el libro “El Magistrado Vidaurre y su Plan del Perú”, publicado por la editorial española Araluce en el año 1928, Bernardo González Arrili dice que, decepcionado el Libertador Simón Bolívar, escribía el 9 de noviembre de 1830—un mes antes de su prematura muerte—las siguientes palabras: “ La América es ingobernable; los que han servido a la Revolución han arado en el mar. La única cosa útil que se puede hacer en América es emigrar. Estos países caerán indefectiblemente en manos de la multitud desenfrenada, para pasar después a las de tiranuelos casi imperceptibles, de todos los colores y razas, devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad…”
González Arrili se preguntaba: “¿Se equivocó Bolívar?” Y eso casi dos siglos antes de la Venezuela chavista y madurista.
Más cerca en el tiempo, el héroe francés Jacques Bergier, nacido en Rusia en 1912 de padres judíos y a quien un cronista llamó “el genio secreto y misterioso” y muchos miles o millones habrán leído en dos difundidísimos libros que escribió en colaboración con Louis Pauwels: “El retorno de los brujos” y “La rebelión de los brujos”, escribió una treintena de libros propios que son seguramente mucho menos conocidos y hay alguno inquietante, como “Ha empezado la tercera guerra mundial”, de 1976.
En la página 23 dice Bergier : ”…En el presente libro no me propongo distribuir elogios o censuras. Trato sencillamente de demostrar cómo el terrorismo, de nacional se ha convertido en internacional, y cómo en este año de 1976 el terrorismo internacional se presenta como una guerra contra la civilización occidental, una guerra que, jamás me cansaré de repetirlo, el Occidente corre gran peligro de perder”.
Como en el caso de Bolívar hay que preguntarse: ¿se equivoca Jacques Bergier?
Pablo Schvartzman
C. del Uruguay, 6 de febrero de 2015.
- Inicie sesión o registrese para enviar comentarios