NO CONVIENE BURLARSE DE CIERTAS COSAS
En su libro “…Y Mussolini creó el fascismo” – publicado por la editorial española Plaza y Janés en el año 1971—Néstor Luján y Luis Bettonica cuentan la sabrosa anécdota de cuando Mussolini discutía con el pastor Tagliatella sobre la existencia de Dios.
“En un momento dado Mussolini se levantó, puso su reloj sobre la mesa y dijo:
--¡Dios no existe! ¿Queréis la prueba? Hela aquí.
Y dirigiéndose a las alturas con voz resonante:
--¡Dios! Si existes, tienes cinco minutos para fulminarme. ¡Dío, io ti insulto, io ti oltraggio!
Pasaron los cinco minutos en un cómico e incómodo silencio. Recogió el reloj con gesto teatral, se lo metió en el bolsillo y concluyó tajante:
--Ya veis que Dios no existe.”
Ya se sabe en qué forma espantosa terminaron tiempo después Mussolini, su amante y varios de sus más íntimos colaboradores.
En su voluminoso Diario, Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, publicado asimismo por Plaza y Janés en 1975, escribe con fecha 18 de diciembre de 1942 : “ Los judíos de Jerusalem han realizado ruidosas manifestaciones de protesta contra nosotros. Tuvieron un día de ayuno. En el Muro de las Lamentaciones invocaron la cólera del Viejo Testamento judío contra Hitler, Goering, Himmler y contra mí. Hasta ahora no he advertido que esto me produjese el menor efecto”.
No hubo que esperar mucho. Unos años después, los cuatro mencionados más la esposa y los seis hijos de Goebbels, además de la amante de Hitler y de otros jerarcas nazis, terminaban horrorosamente.
Parece que no es muy conveniente burlarse de cosas que no están al alcance del conocimiento humano.
Pablo Schvartzman
C. del Uruguay, 3 de febrero de 2015.
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