El pasado martes 19 de Junio se llevó a cabo el segundo encuentro del Ciclo de Cine-Debate de Plural JAI del año 2012, que se desarrolla con el apoyo del Festival Internacional de Cine Judío de Argentina, en las instalaciones de Sherit Hapleitá y Generaciones de la Shoá.
Con una nutrida asistencia de más de 60 personas, se proyectó el documental The Inner Tour.
Una experiencia de viaje por el Estado de Israel de palestinos y refugiados palestinos que antes de la Intifada del año 2000, eran programadas desde el gobierno israelí, a fin de aunar a los pueblos y posibilitar el contacto directo de ambas culturas.
La proyección se desarrolló con un clima de mucha concentración, atención y respeto, dada la intimidad planteada en el film.
Las personas hablan desde sus subjetividades. Sus perspectivas. Sus sufrimientos. Sus sueños y expectativas.
El debate posterior, con la presencia del Lic. Julián Blejmar, permitió exteriorizar dudas, sentimientos encontrados, reflexiones y contradicciones, y a la vez ser partícipes activos de una realidad distante mas no ajena.
Al pie de este artículo, acercamos algunas reflexiones de Julián Blejmar sobre el documental.
Quedan todos invitados a concurrir a las próximas proyecciones.
- 24/7 El Tango de Rashevski
- 21/8 Los Ashkenazim
- 16/10 Pies de Acero
- Noviembre en el marco del FICJA, Plural JAI realizará su función especial.
Los esperamos!!!
Plural JAI
THE INNER TOUR
Lo primero interesante para resaltar, es la fuerte autocrítica que existe no solo en este documental sino en el cine israelí en general, lo cual da cuenta también de las libertades civiles que existen en este país. Un país desarrollado, es también aquel que les confiere libertad a sus artistas e intelectuales para expresar sus ideas y obras.
Lo segundo que me pareció destacable, fue observar la historia contada desde la propia subjetividad de las personas. Este documental es político, pero no sobre políticos. Porque exhibe el rostro humano del conflicto, y quienes allí se expresan, no emiten declaraciones, sino que expresan sentimientos, propios y profundos, a los que no se puede refutar, porque son lo que son, y no un producto de estrategias. Así, podemos ver al guía judío del museo del kibutz hablando de sus mártires en la lucha con los árabes, pero estos últimos le preguntan, con justa razón, si hubieron también muertos árabes, es decir si se trató de un enfrentamiento entre ambas partes. Y el guía árabe, al hablar en el micro de todas las ciudades árabes que fueron transformadas en judías, omite señalar que desde muchas de esas localidades se atacaban poblados judíos, con lo que la conquista era a veces la única forma de neutralizarlas.
También, aquello que plantea uno de los personajes en el micro, es que más importante que la cuestión política, es la de poder sentirse el bienestar. En mis contactos con el mundo de Medio Oriente, observé que el anhelo mayoritario de quienes allí viven, tanto árabes como judíos, es un fuerte deseo de paz, el cual muchas veces se ve trunco por la conducta de las dirigencias. ¿Qué más puede desear un hombre común, árabe o judío, que ver crecer a sus hijos en paz?
La cuestión política
Ahora, la paz no puede ser alcanzada sin la política, y ahí entramos en el terreno más complejo del conflicto. Tradicionalmente la izquierda israelí propuso la solución dos naciones para dos pueblos, frente a la derecha que planteaba un Israel sin división con los territorios. Pero en los últimos años, la derecha adoptó este postulado, por una razón pragmática: El crecimiento demográfico de los palestinos es mucho mayor al de los israelíes, y existe el temor de que los palestinos no busquen ya su propio estado, sino que pidan ser reconocidos como ciudadanos israelíes con derecho a voto, y accedan así, en poco tiempo, al gobierno israelí.
Por eso, ahora, desde el lado de Israel, la solución de dos Estados pareciera ser la fórmula más apropiada tanto para la derecha como para la izquierda. El problema sucede al confrontar esta idea con la realidad.
En 2005 el gobierno de Ariel Sharon, un emblema de la derecha, realiza la llamada desconexión de Gaza, es decir la retirada israelí de Gaza, lo que se transformó en la ilusión de que el retiro de colonos podría ser el comienzo de la solución. ¿Qué sucedió desde entonces? Ganó las elecciones locales la agrupación terrorista Hamas y decenas de miles de proyectiles fueron arrojados hacia el sur israelí.
Por lo tanto, ahora también un importante sector, afirma que la solución inmediata de dos Estados pondría en peligro la seguridad interna de Israel.
Una cosa es segura: el actual estado de situación no beneficia a nadie. Los palestinos de Cisjordania siguen sufriendo de la ocupación y de los colonos israelíes, mientras que Israel se encuentra en Estado de guerra permanente por las agresiones desde Gaza, (detenidas temporalmente por la primavera árabe).
Por Lic. Julián Blejmar