El Rabino Marcelo Polakoff (*) participó de un encuentro sobre solidaridad, desde la visión del islam, el cristianismo y el judaísmo.
DOHA (CJL) - No suenan como dos términos fácilmente asociables. Es más, "rabino" y "Qatar" parecieran ser más antónimos que otra cosa.
Sin embargo, he aquí que la cuestión no es tan así como parece.
Me tocó en suerte representar una vez más al Congreso Judío Latinoamericano en un encuentro interreligioso. Y la sede del mismo fue Qatar, más precisamente su capital, Doha. El 20 y el 21 de octubre, este pequeñísimo y riquísimo emirato de la península arábiga rodeado por las aguas del Gofo Pérsico y con no más de un millón de habitantes recibió la visita de 200 participantes de 58 países.
El encuentro, organizado por el Centro Internacional de Doha para el Dialogo Interreligioso (DICID, su sigla en inglés) fue la séptima Conferencia Anual de Diálogo Interreligioso, y tuvo como eje el tema de la solidaridad desde el punto de vista del islam, el cristianismo y el judaísmo.
Tuve oportunidad de ser orador de la sesión titulada "Solidaridad en la defensa de los sitios sagrados", en conjunto con el Sheik Dr. Tayseer Rajab Tamimi, el responsable del Consejo Supremo de la Jurisdicción de la Sharia (la ley musulmana) en Palestina, y con el Archimandrita Makarios, representante de los ortodoxos cristianos en Qatar. El presidente de mesa era el Dr. Khaled Mathkour Al-Mathkour, de Kuwait.
Participé además como presidente del panel "Respuestas en la defensa de los derechos de religión y libertad", que tenía como oradores al Dr. Baker Zaki, decano de la facultad de Ley Islámica de la Universidad Al Azar de Egipto (la más grande de las universidades musulmanas en el mundo), al rabino Chaim Seidler-Feller de Los Angeles, y María González de la Alianza de las Civilizaciones, de España.
Este foro tiene muchísima importancia dentro del mundo islámico, y a lo largo de siete años ha cobrado cada vez mayor interés en todo el arco religioso mundial. Había sido iniciado en 2002 como parte de una campaña internacional para mejorar la imagen del Islam en la opinión pública internacional luego de los sucesos del 11 de septiembre de 2001.
En síntesis, aún cuando la atmósfera antisionista estaba presente, se debe recalcar el lugar otorgado a la voz judía, que aunque indudablemente en términos numéricos es incomparable con las mayorías musulmanas y cristianas, tuvo su tercio de importancia en el encuentro. De igual manera aquellos judíos que tuvimos el privilegio de ser oradores también dejamos clara la postura no solamente judía, sino también sionista en todos los temas que debatimos.
(*) Rabino de la Kehila (Comunidad) de Córdoba, Argentina. Miembro del CJL