El jefe político de Hamás, Khaled Mashal, se espera que responda, lo antes posible, a la fórmula de compromiso que tiene la intención de consolidar el acuerdo de intercambio de prisioneros por la liberación del soldado secuestrado, Guilad Shalit.
En el lado palestino, Mashal es la clave. Ahora él está en su posición favorita, los dirigentes de Gaza están acudiendo a él como peregrinos y su oficina debe emitir la respuesta de Hamás.
El jefe del grupo terrorista presentó una línea dura en la cuestión de Shalit. Todavía no está claro cuál es la posición de Siria e Irán están en la materia.
Mucho depende de la posición de Mashal y él todavía tiene que adoptar una postura pública sobre el asunto pero, si no hay obstáculos imprevistos, existe la sensación que el acuerdo estará listo para su aplicación en unos días.
Los miembros de la delegación de Hamás en la Franja de Gaza viajaron a Damasco después de concluir las conversaciones con el mediador alemán en El Cairo.
El mediador, cuya identidad permanece en secreto, es el que dicta el calendario para ambas partes. La conclusión es que si no hay voluntad real por parte de los líderes de Hamás no habrá acuerdo.
Si hay una respuesta positiva de Damasco, el proceso puede ir a un ritmo acelerado. En principio, puede ser aprobado por el gabinete y durante 48 horas se pueden considerar las peticiones que se presenten ante la Suprema Corte de Justicia, tras lo cual podría ser aplicado.
Una fuente política destacó que, a pesar de los avances, el acuerdo Shalit aún no está a punto de ser finalizado. "Existe la posibilidad que las cosas se muevan rápido pero también existe la preocupación que todo va a explotar y el asunto se retrasará por un tiempo. Mucho depende de las conversaciones que Hamás celebre en los próximos días."
Netanyahu todavía está trabajando para garantizar que la mayor parte del gabinete lo respalde. El hecho que el asunto será sometido a votación, cuando un acuerdo esté listo, revela que el primer ministro apoya el acuerdo y cree que tiene una mayoría.
Mientras tanto, el canciller alemán, Guido Westerwelle, de visita en Israel, se negó comentar sobre el acuerdo Shalit durante una conferencia de prensa conjunta en Jerusalén con su anfitrión, el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman.
"Esperamos que habrá un final feliz y que podamos llegar a un humano resultado, pero no debemos correr el riesgo de hablar en público del asunto", dijo Westerwelle.
Medios árabes afirman que los desacuerdos sobre el destino de los presos árabes-israelíes, incluidos los del este de Jerusalén, han sido resueltos y la cuestión pendiente es que pasará con los presos de Hamás de los territorios.
