Esta semana, desearíamos dialogar con nuestros lectores sobre la Política Exterior americana en Oriente Medio desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero. Hace 100 días aún, Obama apoyaba la “Guerra Mundial contra el terrorismo”. En la actualidad, predica “un mundo sin armas nucleares”… Un mensaje soft y happy end destinado a Teherán. Un mensaje que señala una ruptura de la diplomacia americana sobre el Oriente Medio. La posibilidad, prevista por los expertos americanos, de abrir el diálogo con el Hamas demuestra que Obama pretende instaurar una relación de confianza con el mundo árabe, y quizás, esta sea en detrimento de una lucha creíble y legítima contra el terrorismo.
Al declarar “Jerusalén indivisible” durante su campaña electoral, Barack Obama había ido más lejos que su rival McCain en su entusiasmo pro israelí. Barack Obama había hecho esta declaración con motivo de su primer discurso como candidato demócrata, al día siguiente de su investidura. Frente al AIPAC reunido en el Congreso, había afirmado un apoyo incondicional a Israel: “Todo acuerdo con el pueblo palestino debe preservar la identidad de Israel como estado judío, dotado de fronteras seguras, reconocidas y defendibles”.
Los delegados de la potente organización pro israelí se quedaron tranquilos. Hace un año, eran muchos los que demostraban sus serias reservas. Allegado a Jimmy Carter, muy a favor de la creación de un Estado palestino, partidario del diálogo con el Hamas, hasta en 2007, Barack Obama no ocultaba su favoritismo político con los palestinos, “los que más han sufrido”, según sus propios términos. Sus relaciones amistosas con el periodista Ali Abuminah, cofundador de “The Electronic Intifada” y cronista en “Chicago Tribune”, muy severo con la política americana en Oriente Medio, no habían contribuido a definirlo como un incondicional apoyo al estado judío. “Procuraré que Israel pueda defenderse de toda amenaza, de Gaza a Teherán”, había prometido en el Congreso del AIPAC.
Desde su llegada al poder, la Política Exterior americana cambió radicalmente, desde Gaza a Teherán. La voluntad americana de reanudar el diálogo con Irán, que persiste en su carrera nuclear, es bastante inquietante. Algunos dudan de la estrategia.
Otros hablan del nuevo método. Ahmadinejad sigue alimentando cada uno de sus discursos hacia un odio antisemita duplicado de consideraciones graves antisionistas, puesto que pide la desaparición del estado judío. El hombre que cerró la prisión de Guantanamo va a establecer un diálogo con un país que denuncia a la Federación Internacional de los Derechos humanos por uso de la tortura, práctica de la lapidación, y recrudecimiento de las ejecuciones; en Irán, los menores son condenados a la pena capital por los tribunales. Se les ejecuta el día de sus 18 años.
A pesar de la presión israelí, la Casa Blanca se niega a fijar un plazo para sus futuros compromisos con Irán. Jerusalén teme que Teherán gane un tiempo precioso en la realización de sus ambiciones nucleares. Washington respondió que sus esfuerzos en el sentido del diálogo podrían tomar “mucho tiempo”.
Otro ejemplo del cambio cradical: la posible “reconsideración” del Hamas por parte de la Casa Blanca. El “Los Ángeles Times” del pasado 27 de abril anunciaba que la administración Obama había pedido al Congreso enmendar la ley americana con el fin de permitir a la Autoridad palestina recibir una ayuda económica, en el supuesto de que el Hamas se una al Gobierno; hasta ahora, Estados Unidos consideraba al Hamas como una organización terrorista. Obama previó pagar 840 millones de dólares para la Autoridad palestina para la reconstrucción de Gaza. En la perspectiva americana, un Gobierno palestino de Unión nacional compuesto del Fatah y el Hamas es una opción posible, confirmada por un informe publicado por el “International Crisis Group”. Este grupo de reflexión estratégico, destinado a prevenir los conflictos en el mundo, propone un enfoque occidental más flexible respecto al Hamas; sería inútil exigirle al Hamas que reconozca a Israel si no se constituye un estado palestino.
Partidario de una clase de “normalización de Gaza” a través de una supresión del bloqueo, el International Crisis Group y su responsable en Oriente Medio, Robert Malley, un antiguo consejero de Bill Clinton aún muy influyente en la administración americana, considera que el equipo actual encargado del expediente en la Casa Blanca es aún demasiado conservador.
Obama quiere concentrar la parte fundamental de los esfuerzos securitarios americanos en Afganistán y Pakistán, donde prevalecen los talibanes, “el verdadero peligro para América” según Obama. Considera que la paz entre Israelíes y palestinos es la clave principal para una estabilidad regional. Preocupado por cambiar de estilo y método, preocupado por el deseo de distinguirse de su antecesor, un Presidente con acento de vaquero…, “el Eje del Mal” no es el tipo de Barack Obama. ¿Olvidando que el primer enemigo de la paz regional se llama terrorismo? ¿Olvidando que se despliega como una cadena, solidaria de la violencia? En Gaza, Beirut o Islamabad, el terrorismo utiliza los mismos métodos y persigue los mismos objetivos. Atentados, secuestros, uso del Islam para conquistar el poder, o conservarlo. Mejor: el terrorismo palestino es solidario del terrorismo de Al-Qaeda. Y los norteamericanos no deberían olvidar las danzas y los vítores de alegría de la calle palestina tras los atentados del 11 de septiembre.
La búsqueda de la paz es un acto y una actitud, en sí, generosa. Es una vocación declarada del Presidente Obama el luchar hasta el final para llegar a un acuerdo en el conflicto israelopalestino en Oriente Medio. La seguridad sigue siendo una prioridad en la región, una prioridad para Israel sobre todo. La cuestión del peligro iraní es infinitamente más preocupante para la estabilidad de Oriente Medio que el posible rol que Teherán podría jugar en Afganistán… Este es el mensaje principal que el Primer Ministro israelí transmitirá durante su Visita oficial en Washington el próximo 18 de mayo.
Binyamin Netanyahu mencionará también el expediente Guilad Shalit, el soldado de Tzahal, rehén del Hamas en Gaza desde hace 1042 días.
Esta noche, pensamos en los padres de Guilad Shalit.
Esta noche, pensamos también en los padres de Ilan Halimi, un joven judío francés asesinado como judío. El juicio de los asesinos, Youssouf Fofana y sus 26 cómplices de la “Banda de los Bárbaros”, brinda un nuevo espectáculo del odio y la desolación. Se llevará a cabo a puerta cerrada porque dos de los acusados no tenían 18 años en el momento de los hechos, el principal acusado insultó a la familia de Ilan Halimi, amenazó a los jurados, y al tribunal, afirmando que tenía la posibilidad de poner precio a sus cabezas. El Presidente del tribunal se habría negado a publicar las declaraciones del acusado. Los abogados y partes civiles abandonaron la sala de audiencias, como protesta a la fiscalía general del Tribunal de apelación de París.
http://www.guysen.com/articles.php?sid=9762