EL SUEGRO, EL YERNO Y LA LINTERNA

EL SUEGRO, EL YERNO Y LA LINTERNA
La talentosa y valiente italiana Oriana Fallacci dijo:” No cuento mentiras. Soy demasiado orgullosa para contar mentiras”. Salvando todas las distancias, yo digo lo mismo.

Esto no es broma y ya lo publiqué hace algunos años en uno de mis libros.

Me casé en 1955. Al principio, mi suegro parecía estar muy de acuerdo y mi suegra no tanto. Con el correr del tiempo, las cosas se dieron vuelta. Mi suegro comenzó con una cantilena que llegó a hacerse famosa pues la repetía con frecuencia:
–¡Ah, los candidatos que tuvo mi hija y miren con quién se casó!
Los oyentes – y yo entre ellos– lo tomábamos a broma. Cuando falleció mi suegra en 1981, un día no soporté más y le dije:
–Mire, hasta ahora esto fue una broma que me causaba gracia incluso a mí mismo. Pero no estoy dispuesto a soportarla más.

Y aunque no cae muy bien a cuenta, me vino a la memoria cuando encontré, hace un par de años, a estos dos judíos de Polonia inventores de máquinas de calcular.
Abraham Stern (1760-1842) era matemático e inventor. Judío ortodoxo fue, sin embargo, partidario de los estudios laicos. En 1811 inventó una máquina de calcular, por lo que se le hizo miembro de la Sociedad de los Amigos de la Ciencia de Varsovia y hasta fue presentado al zar Alejandro I.
Otro de sus inventos fue un original carruaje para mediciones topográficas. Y , por fin, también era poeta.
Lo curioso es que una hija suya se casó con Jaim Zelig Slonimsky (1810-1904) que era hebraísta, periodista, astrónomo y matemático y en 1844 inventó también –como su suegro– una máquina de calcular, que obtuvo un importante premio.
Escribió obras de álgebra, astronomía, óptica y en 1856 inventó un dispositivo para barcos de vapor. En 1862 fundó en Varsovia la influyente revista “Hatzefirá”.

Y ahora la linterna.
¿Quién pensaría que Akiva Horowitz y Conrad Hubert eran la misma persona? Estos últimos son nombre y apellido que adoptó Akiva al inmigrar en los Estados Unidos. Había nacido en Minsk (Bielorrusia) en 1860 y en 1898 inventó la linterna de bolsillo.
Llegó a ser presidente de la Compañía Eveready y murió en 1928 dejando casi toda su fortuna a instituciones benéficas. Un buen tipo.

Pablo Schvartzman

Concepción del Uruguay, 27 de marzo de 2010.