Yihadismo - No es sólo una cultura diferente

Posteado el Vie, 24/04/2009 - 20:28
Autor
George Chaya
Fuente
Diario de América / America's Daily

 
Las causas intrínsecas del racismo antisemita, el terrorismo y el totalitarismo en Irán son fenómenos que hunden sus raíces mas profundas en la ideología islamista. Por ello, no hay de que sorprenderse ante el discurso pronunciado por el presidente Iraní en Ginebra.

Lo que Ahmadinejad conduce desde lo más alto de su gobierno es el (bien conocido) apoyo a los movimientos islamistas por un sistema político totalitario que persigue la implementación de la ley islámica como ley fundamental del Estado. Lo realmente sorprendente es lo que Naciones Unidas ignora, o no aprendió, me refiero en esto último, a que la tolerancia no debe llegar hasta el intolerante, ya que si lo hace, termina negándose a sí misma como posibilidad real de existencia.
No hay que asombrarse por los dichos del presidente de Irán en Ginebra, el islamismo y antisemitismo que Ahmadinejad representa es inseparable de la discriminación de las mujeres, los homosexuales, la promoción del terrorismo y la fobia judeocristiana. La ideología del régimen es la representación del anti-modernismo. Baste recordar que a finales de 1983, el régimen prohibió todos los partidos políticos, las organizaciones y agrupaciones sociales y culturales, forzando al exilio a muchos intelectuales de oposición al régimen de Khomeini. La teocracia iraní paralizo en ese momento todas las actividades “no islamistas” y la sociedad fue sometida a un proceso de adoctrinamiento que continua en la actualidad. El gobierno de Irán ha controlado la esfera pública de manera férrea reduciendo a la sociedad civil a la autodenominada Umma, la comunidad islámica, por los últimos 30 años. Cada intento de libertad “que cruza la línea roja” del régimen es sistemáticamente erradicado hasta por medios violentos si es necesario. El régimen iraní es un sistema político que se basa conceptualmente en el anti-modernismo, se entiende a si mismo (y se describe) como un paradigma alternativo a la modernidad y a la democracia occidental. Pero es también un régimen que ha traído represión interna, terrorismo regional, guerras, y lo mas complejo, el peligro de una Tercera Guerra Mundial. 
¿Por qué Ahmadineyad habló como lo hizo en Ginebra? Se preguntaba entre ingenuo y abatido Ban Ki Moon. Sencillamente porque el antisemitismo islamista es la consecuencia de la enemistad y hostilidad contra la modernidad. Los israelíes y los judíos son vistos como los principales representantes de la modernidad por el islamismo militante y por el régimen instaurado por Khomeini. Del mismo modo, Occidente es percibido como enemigo porque es portador de cambio social y cultural.
Aunque el judaísmo ocupa su propia posición en el Islam, los judíos iraníes fueron forzados a distanciarse de Israel. Y ello, no debido a que éste tenga algún interés en Irán, sino por lo que representa en cuanto a país democrático que supone todo lo contrario a la re-islamizacion del Mundo Árabe y la creación de nuevas teocracias. 
Durban II vino a ratificar que la mayor parte de los viejos arquetipos se reciclan. El virus antisemita muta pero subyacen los tópicos contra la modernidad y el occidentalismo, los mitos sobre la conspiración y la conjura se retroalimentan y se trasladan a Israel. El rechazo a lo judío se transforma en rechazo a lo israelí. El antisemitismo trueca en antisionismo, pero con los mismos arquetipos: el complot, el control del dinero, la propaganda del odio y el rechazo de los valores occidentales.
Todo lo que se aprecia por estos días es de muy sencilla interpretación, salvo, claro está, para naciones unidas y una parte de la comunidad internacional. Explicarlo es simple, “el sionismo, entendido como la voluntad política de la creación de un estado democrático moderno, es la representación del mal desde la perspectiva del islamismo radical, junto con Europa y Estados Unidos supone el mundo de la degeneración y la ignorancia en la cosmovisión islamista. El antisionismo y el antijudaísmo son la lógica consecuencia del fundamentalismo islamista y su anti-modernidad. De allí que la lucha contra el sionismo es una declaración de guerra contra la democracia y los valores de la modernidad”. Esta es la norma básica en la cosmovisión y el pensamiento islamista. Pero “el bueno” de Ban Ki Moon parece ignorarlo.
La ideología islamista esta incluida en la doctrina nacional de la Republica Islámica de Irán como algo absoluto. Es por eso que Ahmadineyad reivindicó y renovó su antisemitismo y la islamizacion de todo el planeta, “para que la paz, el amor y la justicia prevalezcan”. Por supuesto desde la lógica de su ideología. 
Esta Cumbre mostró algunos funcionarios de la UE que prefirieron alinear con la cordura y retirarse de la sala, pareciera que con su actitud estos funcionarios europeos y los países que no asistieron han desahuciado y sepultado para siempre “el Dossier Moratinos” y su Alianza de (Anti) Civilización. ¿No será tiempo que Moratinos explique por qué mantiene soldados españoles en Líbano “controlando” a Hezbolá en el cumplimiento de la Resolución CSONU 1701, o en Afganistán, combatiendo contra el taliban, que son, ni más ni menos que organizaciones terroristas del mismo corte y características que las que financia el régimen iraní?
¿Que esperaban los funcionarios de la ONU que dijera Ahmadineyad en su discurso?
En realidad, en la Republica Islámica de Irán el terrorismo se considera desde hace 30 años “un ideal revolucionario”. El año pasado en su visita a los EE.UU. el propio Ahmadineyad afirmó que “el mensaje de la Revolución Islámica es global y no esta limitado a un tiempo o zona específicos sino que es un mensaje para toda la humanidad que será extendido porque es la voluntad de Dios conquistar las mas altas cimas del mundo”, a lo que añadió alabanzas a los ataques suicidas aseverando que “no existe forma de testimonio mas hermosa que la del martirio”. Es más que claro que quien sostiene estas ideas socava los principios básicos de la vida humana. Con estos antecedentes de apoyo activo al terrorismo en nombre de la resistencia y la protección del Islam, quien puede extrañarse que jóvenes iraníes estén involucrados en atentados terroristas. 
El apoyo al terrorismo de Hezbolá, Hamas y la Yihad Islámica no se cuestiona en Irán, Khomeini estimulo desde el comienzo de su mandato la “liberación de Al-Quds” y la destrucción de Israel. Hezbolá fue creada con el apoyo de Siria e Irán y sobrevive en Líbano con el soporte actual del régimen Iraní, al tiempo que expande entre los libaneses la teoría contemporánea de la conspiración internacional sionista, que sirve “de pato de la boda externo”. “El antisionismo es una parte del totalitarismo que caracteriza la política nacional de Irán y de los movimientos islamistas radicales financiados por el régimen. Su estrategia es, desde siempre, la “demonizacion del enemigo”. Pero, al parecer y por los últimos 30 años, la ONU no ha tomado nota de ello. 
Con estos antecedentes, ¿Cuál era la cándida expectativa del señor Ban Ki Moon o de la señora Louise Arbour, la Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones (quien parece no recordar las circunstancias en que sucedió a su antecesor, Sergio Vieira de Mello, asesinado por yihadistas en Irak el 19 de agosto de 2003) respecto del señor Ahmadineyad y su discurso? Nada nuevo o distinto habría de decir, más que repetir que la Shoa no existió y que el verdadero Holocausto esta ocurriendo en Palestina, o que pida a los israelíes que se muden a Canadá o Alaska. 
Lo cierto es, que si algo ha dejado Durban II como elemento a considerar muy seriamente, es la palabra de Abdelrahman Al-Rashid director del canal satelital de noticias Al-Arabiya, respetado columnista saudita (no pro-occidental precisamente) quien señalo: "La posibilidad de un conflicto es muy alta", "¿Quién se enfrentará mañana a los iraníes? ¿Los israelíes solos? Tal vez, pero no creo que eso sea posible". 
Este temor profundizado en el Mundo Árabe ante el avance del proyecto nuclear iraní es más fuerte que el generado jamás por la posesión de la bomba nuclear israelí nunca reconocida oficialmente. 
Las cancillerías árabes hablan (con fundada preocupación) del problema que surgirá si Irán consiguiera potencial para construir la bomba nuclear, hipótesis mas que probable (según Egipto, Arabia Saudita y Jordania) y que seguramente dará lugar a una escalada armamentista con consecuencias que socavarían los tratados de proliferación firmados en el siglo XX e incrementarían peligrosamente las probabilidades de una gran guerra en el siglo XXI.
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