El martes 12 de febrero, en medio de la semana de duelo (la “shivá”) por la muerte de Ori Asenbach de 19 años-asesinada por el palestino Arafat Irfaíe-la familia, en medio de su enorme dolor, recibió en su casa en Tekoa a un grupo singular que quiso visitarla para expresar sus condolencias. Diez palestinos de diferentes sitios de Cisjordania pidieron incorporarse a una delegación de la organización israelí “Tag Meir”, que propone constantemente un diálogo de paz y condena de la violencia, que había tenido la iniciativa de la visita a Tekoa y la publicó en las redes sociales.
“Tag Meir”, tal como su nombre lo indica, tiene como propuesta permanente la propagación de la luz, como respuesta a la oscuridad de la violencia. Van a visitar y acompañar a familias judías víctimas de atentados y también lo han hecho cuando la afectada es una familia árabe. Así lo hicieron por ejemplo el mes pasado, cuando organizaron una visita de duelo a la casa de Yaaqub a-Rabi en la aldea Bidia para expresar su pesar por la muerte de su esposa Aisha, que había resultado gravemente herida cuando el coche en el que ambos viajaban, junto a una de sus hijas, fue apedreado, al parecer por jóvenes judíos de un asentamiento cercano. El sospechoso de haberla matado con la pedreada, está preso.
Esta vez, como tantas otras, “Tag Meir”-bajo el firme y al mismo tiempo tolerante liderazgo de Gadi Gvariahu, un israelí observante, con kipá en la cabeza- organizó una visita a Tekoa, a la familia Ansbacher. Con ellos fueron los 10 palestinos que quisieron sumarse para expresar su repudio al asesinato. Entrevistamos a uno de ellos, que jugó un rol especialmente fuerte y fue de los pocos que aceptó exponerse, que se publique su nombre y su rostro: Rajji Sabatin, de 56 años, de la aldea Husan.
Rajji, que enviudó recientemente, es padre de 7 hijos y abuelo de 13 nietos. Trabaja como contratista de construcción y además enseña hebreo a judíos de los asentamientos aledaños a su aldea, como forma de tender puentes. En 1988 pasó, en dos períodos, 10 meses en total en detención administrativa en Israel, por ser miembro de Al Fatah y sospechoso de haber lanzado piedras a israelíes. Tenía 24 años en ese momento. Cabe recordar que en aquel entonces, en la primera intifada, Fatah era formalmente el enemigo con el que no se hablaba. El proceso de diálogo comenzó varios años después.
Rajji niega haber participado en incidentes violentos, pero sí confirma que era –y sigue siendo-miembro de Al Fatah. Parte del tiempo de su detención se debió a entrada ilegal a Israel y empleo de obreros sin permiso de trabajo en Israel.
Este es su singular testimonio, que recabamos a Rajji en su muy buen hebreo.
P: Rajji, le agradezco que acepte concederme esta entrevista. ¿Cómo lo presento?
R: Como una persona que quiere luchar por la paz y la coexistencia judeo-árabe.
P: ¿Y cómo llegó a eso después de haber estado en detención administrativa?
R: Mi proceso hacia la paz comenzó cuando vi la actitud de mis carceleros, respetuosa, digna. Me trataban bien. Había entre ellos también soldados de izquierda, pero en general, gente que quería ayudar, con trato humano. Y ahí entendí que del lado israelí hay de todo.
P: Una sociedad normal, no la imagen que deriva en general de la demonización que se hace.
R: Así es.
P: ¿Pero antes pensaba diferente?
R: No, en realidad no porque yo ya conocía judíos que me trataban como a un igual y no estaba dispuesto por nada a perjudicarlos ya que veía cómo actuaban conmigo y con mi familia y a otros árabes, veía gente que quería vivir en paz.. Pero confirmarlo en prisión es otra cosa.
P: ¿Y qué hace para expresar en el terreno su visión?
R: Empecé a participar en organizaciones que trabajan por la paz, en encuentros judeo-árabes, a traer gente a nuestra aldea a paseos para conocer, a hacer comidas en mi casa para árabes y judíos juntos. Hoy somos un grupo relativamente grande y confío en que en poco tiempo seremos muchos más.
P: ¿Quiénes son?
R: Israelíes y palestinos, de diversas edades, también jóvenes, que creen en la coexistencia, que consideran que todos somos seres humanos y debemos tratarnos como tales. Creo que somos miles.
P: Es una gran cosa oir eso. Rajji ¿qué sintió cuando se enteró del asesinato de la jovencita israelí Ori?
R: Sentí lo mismo que sentiría si muere una joven árabe. Imaginé el dolor de sus padres ya antes de llegar a su casa, porque sé lo que es perder a alguien de tu familia. Y alguien tan joven , peor aún. Esto es algo terrible que debe terminar. Se acabó. Hay que buscar otro camino, de paz, que no nos cueste nada.De ese otro camino, saldríamos ganando todos.
P: ¿Sintió algún temor de ir a lo de la familia de la chica a expresar sus condolencias?
R: La verdad que sí, tuve temor, porque fue un caso terrible, sin precedentes.
P: Bueno, no podemos decir lamentablemente “sin precedentes”. Ha habido muchos asesinatos, múltiples atentados. ¿O usted se refiere a las informaciones según las cuales antes de asesinarla, su asesino la violó?
R: Exactamente. Entendemos que hubo violación y eso me produjo mucho enojo, me hizo sentir vergüenza.
P: Rajji, el trasfondo es complejo. El mensaje que circula en los medios de comunicación palestinos, en las redes sociales, de boca también de figuras públicas, es de demonización de Israel y de glorificación de los asesinos. Es un serio problema que deriva en más asesinatos.
R: No, quien controla esos medios son pocos que imponen su opinión como si hablaran en nombre de todos. Yo estoy seguro que si uno va a preguntar a cada casa de familia palestina, donde hay padres con sus hijos, las reacciones y las opiniones serían serias, profundas. La gente está cansada, quiere vivir, por sus familias, para poder mantenerse con dignidad, para vivir bien.
P: Yo siempre pensé que la mayor parte del pueblo palestino quiere lo que yo quiero para mis hijos, una buena vida, en paz y felicidad. Pero el tema es que lo que circula en el espacio público, también de boca de los líderes, es un mensaje de odio. Y eso conduce al asesinato y más violencia.
R: Yo creo que lo que pasa es que hoy las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina no son buenas y puede ser que la AP trata de que si llega a pasar algo, la gente no les reproche. Pero si la situación va a mejorar, todo va a cambiar. Hace 10 años, recordemos, hablábamos sólo de Hamas como traidores, no de Fatah. Pero como después de Oslo no pasó nada, la gente tiene miedo. Intentan cuidar la opción de hablar y al mismo tiempo de no renunciar a las armas. Por eso se ve lo que se ve en las redes sociales.
P: Es un equilibro peligroso. Rajji, volvamos al atentado. ¿Qué incidencia tuvo aquí el hecho que se habla de violación, no sólo de asesinato?
R: Quizás si no hubiera habido violación, sería otra cosa. Se vería el caso como un acto contra la ocupación, porque hay que liberarse y se hace lo que se puede, pero violación es distinto. Claro que algunos intentan cambiar las cosas y recuerdan que la chica era una soldada.
P: No es cierto. Era civil.
R: En los medios palestinos se dijo que era soldada.
P: Muchas cosas se deforman tendenciosamente.De todos modos ¿acaso si era soldada está bien hacer lo que se hizo?
R: No, en absoluto. También un soldado es hijo de alguien, tiene familia. Yo quisiera que todos los palestinos crezcan siendo doctores e ingenieros…no soldados. No quiero que haya muertos tampoco del lado palestino sino que todos estudien y vivan con normalidad. Le cuento lo que yo mismo oí de parte de unas mujeres de mi aldea, mujeres sencillas, diciendo cosas como “pobre la madre de la chica” o “que Dios ayude a su familia” y “qué terrible dolor”.
P: Todo esto, por la violación ¿verdad?
R: Es algo que se rechaza enteramente en el Islam. Es una mancha.
P : ¿Y acaso el atentado mismo no es un crimen? La Autoridad Palestina paga sueldos a terroristas que mataron judíos. ¿No cree que eso es un mensaje que alienta a cometer más atentados?
R: No. Hay más de 7 mil palestinos presos y cada uno tiene familia, lo cual en total es mucha gente, más de medio millón de personas. Es por respeto a las familias. Si se condena lo que ellos hicieron se está causando serios problemas en la sociedad. Por eso se da buen trato a los presos. Aún hay conflicto, recordemos. Hay gente que eligió ese camino. Yo considero que la guerra no es el camino a seguir.
P: El sueldo a los presos que cometieron atentados es un mal mensaje.
R: No comparto esa idea porque veo el sueldo al preso palestino como a un soldado del ejército israelí. No es algo que ocurre en un vacío.Estamos en guerra hace 70 años. Yo digo que quien comete un ataque luego de llegarse a la paz, no debe ser reconocido, pero mientras el conflicto esté abierto, es otra cosa.
P: Tendría mucho para responder al respecto, pero esta entrevista es sobre otra cosa.
R: Si se quita el sueldo de los presos, la Autoridad Palestina no durará ni siquiera un día más. La política israelí ante la Autoridad Palestina no ayuda a que Abu Mazen tenga un control efectivo.
P: ¿Cree que Hamas puede derribar a la Autoridad Palestina tal cual lo hizo en Gaza?
R: No, Hamas no la puede derribar. Abu Mazen controla la situación y la gente lo apoya.