Sinopsis
En Moisés Ville, un pequeño pueblo rural de la Provincia de Santa Fe, los últimos descendientes de los míticos gauchos judíos han emprendido la lucha contra el olvido: atesoran las reliquias de los pioneros en un impresionante museo, acompañan a los turistas por las sinagogas vacías y rememoran los sabores judaicos comprando leicaj en la panadería. Mientras tanto, todos esperan ansiosos la llegada de la Fiesta de Integración Cultural, el evento que define a este exótico rincón del mundo.
Sobre Moisés Ville
En agosto de 1889, más de ochocientos inmigrantes judíos oriundos de la Ucrania dominada por el imperio zarista arribaron al puerto de Buenos Aires a bordo de un vapor alemán. Se trataba de un grupo auto-organizado, compuesto por ciento treinta y seis familias que deseaban instalarse en el campo para dedicarse a la agricultura y, de ese modo, revertir los prejuicios acerca de la presunta improductividad de los judíos.
Una vez en tierra firme, un camino plagado de incertidumbres los llevó desde el Hotel de Inmigrantes porteño hasta el centro geográfico de la provincia de Santa Fe, donde fundaron la colonia Moisés Ville, es decir, la Villa de Moisés. Ese nombre no era casual: establecía un paralelismo entre el Egipto bíblico y el Imperio zarista, donde los judíos también eran perseguidos.
Con el paso del tiempo, este episodio fue considerado el hecho fundacional de la vida judía en la Argentina, ya que el caso Moisés Ville inspiró la creación de la Jewish Colonization Association, la empresa financiada por el barón de Hirsch que trajo al país a 30.000 colonos judíos.
Hoy, en Moisés Ville, viven apenas ciento cincuenta descendientes de aquéllos míticos pioneros. Se trata de una comunidad reducida y envejecida, pero muy activa, que ha emprendido la lucha contra el olvido a fin de honrar a quienes lograron establecerse en el país como auténticos argentinos, sin por ello abandonar sus raíces judías.