Por iniciativa de la embajada del Japón en Argentina y para conmemorar el “Día de la Diversidad Cultural”, se realizó allí una actividad muy especial. En el auditorio de la escuela ORT se juntaron alumnos de ambos lados de la “frontera” de Yatay, para compartir la proyección de una película poco conocida para el público masivo, y cuyo argumento une históricamente a esas dos colectividades.
El film proyectado fue “Persona non grata” (2015), que trata sobre la vida del diplomático y oficial de inteligencia japonés Chiune Sugihara, que arriesgó su trayectoria profesional para salvar a 6.000 personas del Holocausto durante la Segunda Guerra. Estuvieron presentes el ministro consejero de la embajada del Japón Satoshi Hishiyama;el secretario de Derechos Humanos de la Nación Claudio Avruj; la directora de Gestión Privada del Ministerio de Educación Beatriz Jauregui; así como las autoridades de los dos colegios.
Los espectadores, que cursan entre 4° y 6°año de la secundaria,siguieron atentamente y en absoluto silencio las escenas de la película. Asistieron todos los chicos de esa edad de la escuela japonesa y, en el caso de ORT, aquellos que viajaron el año pasado a la “Marcha por la vida”, un recorrido por campos de concentración de la Alemania nazi. Tanto la ORT como el Nichia Gakuin están abiertos a todas las familias que quieran integrarse, por lo cual no solo tienen chicos de origen judío y japonés.
Con un lenguaje moderno, la película “Persona non grata” cuenta la historia de Chiune Sugihara, -“el Schindler japonés”-, que llegó como diplomático a Lituania en 1939, cuando se desataba la Segunda Guerra y comenzaba la persecución y matanza de judíos. A pesar de que el gobierno japonés no lo autorizaba, y apoyado por su esposa, Sugihara igualmente decidió extenderles la visa japonesa a miles de judíos para que pudieran abandonar la Europa nazi a través de la Unión Soviética.
“Me gustó mucho la película porque el cónsul muestra cómo hay personas que priorizan la vida de los demás por sobre la suya. Y también que hizo todo lo que pudo, hasta el último momento”, dijo Juan Botto, que va a la escuela Nichia Gakuin y no tiene origen japonés.
“Como descendiente de nikkei, estoy orgullosa que haya habido gente de nuestra colectividad que haya tenido los gestos de Sugihara. Me gusta saberlo para poder contarlo”, agregó la estudiante Romina Oyakawa, de familia japonesa.
“Me pareció excelente la actividad. Valoro mucho que podamos contactarnos con una escuela que tenemos tan cerca y con la que no teníamos vínculo. Estoy agradecida a ORT por las experiencias que nos permitió vivir a lo largo de estos años”, dijo Joana, que está en 6° año de la ORT.
Tras finalizar la película, y con los ojos aún húmedos por la emoción, la directora pedagógica del Nichia Gakuin Delia Mitsui le dijo a Clarín que para ellos la actividad era muy importante y que van a seguir trabajando en las aulas con esta película que revisa muy críticamente la posición del Japón durante la Segunda Guerra.
“Sugihara no obedeció las órdenes que le daba su gobierno y por eso pudo salvar a miles de personas. Recién hace algunos años Japón reconoció su labor y ahora es un héroe del país”, le dijo Mitsui a Clarín. Previamente, el consejero de la embajada Satoshi Hishiyama había afirmado: “siento un gran orgullo por la determinación y la fortaleza como ser humano de Sugihara que hizo los visados para que los judíos pudieran salir de Europa”.
“Nuestro país es un ejemplo por su diversidad y por la cantidad de comunidades que conviven. Muchos somos nietos o bisnietos de inmigrantes. Y hoy el presidente es hijo de un inmigrante. Esto es importante para que jóvenes que no fueron contemporáneos con la Segunda Guerra puedan conocer más lo que pasó”, dijo Avruj.
También habló Adrián Moscovich, director ejecutivo de ORT Argentino, quien destacó la confluencia con los educadores de la escuela japonesa y afirmó que la película muestra “la cooperación del vicecónsul japonés para salva vidas en el Holocausto”.
Dirigida por el japonés Cellin Gluck y con un lenguaje moderno, “Persona non grata” (2015) cuenta la historia de Chiune Sugihara, conocido como “el Schindler japonés”. Sugihara llegó como diplomático y oficial de inteligencia nipón a Lituania en 1939, cuando arrancaba la matanza de judíos.
A pesar de la presión del gobierno japonés, que se alió con los nazis, Sugihara decidió desobedecer órdenes y salvar la vida de miles de judíos. El plan era salir por la Unión Soviética y llegar a Japón para, desde ahí, buscar otro destino. Impulsado por su mujer, Sugihara trabajó hasta 18 horas por día escribiendo a mano los visados para que los judíos pudieran entrar a Japón. Cuando fue desalojado de la embajada, siguió en un hotel. Y después en la misma estación de tren, el día que tuvo que abandonar Lituania.
Hoy Sugihara es considerado un héroe tanto en Israel como en Japón. Se calcula que hoy viven unos 40.000 descendientes de las personas salvadas por Sugihara.