Con una extensa trayectoria como dirigente comunitario, -que en la actualidad lo encuentra como vocal de la Escuela Scholem Aleijem, Secretario de Actas de la DAIA y miembro fundador de Plural JAI-, el Escribano Leonardo Feiguin se encuentra postulado para el cargo de Prosecretario 1º de esta última entidad, por la lista Nuevo Modelo Comunitario (NMC) para las elecciones generales que se realizarán el próximo lunes 5 de noviembre.
Feiguin fue entrevistado por Plural JAI en su estudio, donde comenzó haciendo referencia a los cambios que planean realizar en la DAIA en caso de que su lista sea la elegida. “A la DAIA le falta profundizar dos cuestiones importantes hacia dentro de la comunidad, como lo son la transparencia de gestión y la representatividad. La mejora de estos dos puntos permitirá que la DAIA obtenga la legitimidad que siempre reclama tanto a sus entidades asociadas como con la AMIA, donde la superposición de incumbencias y el no respeto a las funciones de cada institución ha estado muy presente. Pero estos son lugares que no se declaman, sino que se ganan en la práctica, y una cuestión pendiente de esta gestión, de la que yo también soy parte, es la transparencia de gestión, lo cual implica que la comisión directiva de DAIA no es la dueña de esta institución, sino que eso corresponde a las instituciones miembros, que en todo caso delegan las funciones en quienes circunstancialmente ejercen la Comisión Directiva. De hecho, pensamos que los directivos tenemos la obligación de rendir cuentas e informar permanentemente, y de consultar sobre algunas decisiones para el caso de que la situación lo requiera”.
¿La Daia volverá a tener un rol protagónico en el diálogo con las diferentes instancias gubernamentales?
Es lo que deseamos, pero mediante un acuerdo con AMIA. La visión será algo distinta de la histórica, ya que siempre existió una disputa de la DAIA con otras organizaciones, como la B'nai B'rith, pero fundamentalmente con la AMIA, por ciertas funciones que a veces se superponían. Esta situación se profundizó después del atentado, cuando la AMIA pasó a tener una presencia muchos más relevante en la sociedad argentina, que excedió largamente su función de mutual. Por lo tanto, necesitamos tener una visión de la comunidad en su conjunto, y creemos que es posible y necesario un nuevo acuerdo comunitario donde la DAIA sea la representación política de la comunidad judía, pero ese espacio debe ganarse en los hecho y junto con AMIA debemos hacer un acuerdo estratégico para ayudarnos mutuamente y no ofrecer esa división hacia el afuera, la cual permite que actores de la sociedad argentina que no encuentran eco en una institución intenten hacerlo en la otra. Pero esto solo puede darse a través de trabajo conjunto, como comunidad judía.
¿Harán también modificaciones en el plano económico?
Esa es la idea, porque actualmente las cuotas que abonan las entidades que componen la DAIA solo aportan el 8 por ciento del presupuesto de la institución. Esto es así porque ellas no se sienten representadas y no se sienten en la obligación de aportar para su mantenimiento, lo cual se transforma en un círculo vicioso. Lo que queremos es pasar a un circulo virtuoso, en el que la DAIA informe lo que hace y consulte las decisiones que se puedan consultar, todo lo cual le va a conferir una mayor representatividad, va a fortalecer su legitimidad, y por ende ampliar la base de financiamiento, ya que también queremos una DAIA independiente, y esto no es posible si los judíos no la financian.
¿Quiénes están financiando la DAIA hoy?
La mitad del presupuesto la cubre el Estado en sus diferentes instancias, esto es el poder ejecutivo y legislativo nacional, y el ejecutivo de la Ciudad y de algunas jurisdicciones provinciales. Esto genera una complicación, ya que nuestra función es la representación política de la comunidad judía argentina ante los poderes del Estado, y a veces trae consecuencias negativas que esos mismos poderes que proveen de financiamiento tengan que ser también cuestionados por sus conductas. La otra mitad se financia con las cuotas de las entidades y con una serie de vetas muy interesantes porque tienden al cumplimiento de la función institucional y a la vez permiten la generación de fondos. Las mismas tienen que ver con el tema de la promoción de la diversidad, que es una certificación y especie de sello Iram que le provee la DAIA a muchas organizaciones públicas, privadas y del tercer sector que cumplen con un protocolo. El mismo implica capacitación al personal, verificación del cumplimiento de pautas de no discriminación, no solo del antisemitismo, y acciones que no tienen que ver con tolerar al otro sino con algo más proactivo como lo es propender a la diversidad.
¿Qué otros aspectos positivos de la actual gestión planean sostener y profundizar?
DAIA fue fundada en 1935 como una defensa corporativa de la comunidad judía frente a actos de antisemitismo, lo cual era muy razonable y lógico para esa época y realidad de la comunidad. Hoy se ha avanzado muchísimo en la promoción de la diversidad, y esta gestión de la DAIA ha hecho específicamente un avance muy importante al sumar y acompañar a socios estratégicos en la sociedad argentina, que son los colectivos minoritarios que también sufren de discriminación y problemas. Esta DAIA ha trabajado junto a ellos, impulsado acciones conjuntas que permitieron fortalecer los reclamos no solo a través del Inadi, que es el ente estatal destinado a este tema, sino a través de otras instancias. Todo ello permitió un gran avance para un montón de colectivos de minorías de la Argentina. En este sentido, el matrimonio igualitario para los homosexuales o la denuncia de discriminación de género para las mujeres estuvieron en la agenda de la DAIA, así como también otros colectivos étnicos y religiosos. Inclusive, se ha dado la particularidad de que muchas personas discriminadas de colectivos no judíos han recurrido a la DAIA para solicitar que se los defienda, represente, o guíe frente a los organismos públicos. Y la DAIA siempre ha dado respuesta.
¿En qué cuestiones se diferencian del proyecto de la lista opositora encabezada por el director ejecutivo durante la gestión de Rubén Beraja, Claudio Avruj?
Claudio Avruj ni siquiera tiene una lista conjunta y con nombre definido, solo ha presentado un cuarteto y algunos cargos sueltos. Creo que la diferencia más que en la propuesta está en que NMC es un conjunto de voluntarios realmente representativos de las instituciones de la comunidad judía, quienes quieren acceder a la DAIA para efectuar su representación. No existe ese equivalente en la propuesta opositora, pueden ser todos ellos judíos de bien, pero salvo algunas raras excepciones no son representativos de sus instituciones. De hecho han tenido que buscar ser presentados en su candidatura por instituciones ajenas a su vida comunitarias, para cumplir con una cuestión estatutaria.
¿Tiene conocimiento de otras instituciones o personas que acompañen su postulación?
Nosotros preferimos profundizar en nuestra propuesta, no en las otras, aunque las instituciones deben saber que allí está el grueso de las instituciones ortodoxas, aunque no todas, y la Fundación Judaica de Sergio Bergman. En nuestro grupo de trabajo existe un conjunto muy plural y diverso de instituciones. Está la FEDECC, que es la federación que nuclea a la abrumadora mayoría de las instituciones conservadoras de la Argentina y Faccma, que es la que nuclea a la gran mayoría de las entidades sociodeportivas. Están absolutamente todos los factores sionistas, los partidos políticos judíos argentinos, con excepción de Judaica, y el 90 por ciento de los shules e instituciones educativas de la comunidad judía, salvo Arlene Fern y las otras instituciones que responden a Bergman.
¿Que pueden decir sobre las versiones que indican que NMC es una lista vinculada al gobierno?
Esa es una falacia que quieren instalar terceros, pero no queremos entrar en eso porque sería muy perjudicial para la comunidad. En este grupo de trabajo que piensa asumir la conducción de DAIA existe una total pluralidad de pensamiento, y hay gente proveniente de las más diversas ideologías desde el punto de vista del contexto nacional. Lo que realmente es relevante, es que somos judíos y somos conscientes que aspiramos a conducir la representación política de la comunidad judía, de forma absolutamente independiente de las ideologías que se puedan tener. Algunos de nosotros tenemos militancia partidaria nacional e inserción en la política nacional, pero tenemos bien claro que la prioridad es la representación. De hecho, yo pertenezco a la conducción de un partido de la oposición como lo es el Partido Socialista, y hay gente de la UCR y también simpatizantes del kirchnerismo. Pero por sobre todo, la lista está conformada por un grupo de persona que no tiene participación activa en la política nacional, cuyo trabajo estuvo siempre ligado a la dirección comunitaria.
En relación a la Causa, la titular de Memoria Activa expresó críticas a Julio Schlosser por no plantear como dirigente un quiebre en relación al berajismo ¿Su futura actuación podría ser diferente?
Nosotros lo que vamos a hacer es garantizar que la DAIA siga presente en la querella, no solo en la causa principal sino también en la causa por encubrimiento. Garantizamos también ampliar la participación de los familiares en las decisiones, más allá de que la DAIA tiene una querella independiente de ellos. Y esto que señalo ha sido impulsado y firmado por todos los sectores que integramos esta lista, que son diversos pero con los que no obstante hemos llegado a acuerdos como este, y a plantear una lista de unidad.