Durante muchos años, toda alocución pública de un representante oficial del Estado de Israel en un foro internacional, se topaba con una abierta y evidente manifestación del boicot árabe: los representantes de los países miembros de la Liga Árabe, así como la mayoría de los delegados de países islámicos, se levantaban y salían de la sala, cada vez que un israelí hacía uso de la palabra.
Esta semana, quedó en claro que algo ha cambiado. No ha llegado aún la esperada paz a Oriente Medio, los prejuicios árabes contra Israel no han desaparecido y la hostilidad halla aún numerosas vetas de expresión. Pero algo se ha movido...en la dirección correcta. Ahora, al que dejan solo hablando-o mejor dicho saliendo cuando Israel habla- es a Irán.
“Hubo tiempos en los que Israel quedaba solo en salas de conferencias”-recordó Shimon Peres. “ Esta vez, Irán quedó solo mientras que todas las figuras religiosas y los líderes musulmanes, se quedaron con Israel”.
El representante oficial de Irán en el Encuentro Interreligioso llevado a cabo en la república de Kazajstán, Mahdi Mustafa´oi, asesor del presidente Mahmud Ahmadinejad, fue el único que abandonó su asiento cuando el Presidente de Israel Shimon Peres comenzó a hablar. Pero todos sus correligionarios permanecieron en la sala y escucharon atentamente al primer Mandatario israelí. Lo escucharon cerca de 150 líderes religiosos del mundo, entre ellos grandes delegaciones de Imanes musulmanes , encabezados por el Secretario General de la Liga Islámica Mundial de Arabia Saudita, el Sheikh Abd el Machsan de Turquía, el Imam Jefe de Egipto Sheikh Tantawi, los Rabinos jefes de Israel e importantes representantes de la Iglesia católica.
El único que se levantó, fue el delegado de Irán. Mientras él se iba de la sala para no escuchar a Peres, su Presidente, en Teherán, cancelaba un planeado viaje al exterior, sin duda debido a la tensión en el país por el fraude electoral.
En realidad, un mismo hilo une las dos cosas....Son distintas expresiones del mismo fenómeno :la intransigencia. Evitar escuchar lo que otro dice,no es ejercer el libre derecho a la discrepancia, sino ser incapaz de oir algo diferente, ser totalmente inepto para el diálogo y la mente abierta. Y de dolencia extremista, puede padecer un individuo y evidentemente, también un país.
Pero lo bueno de todo ésto es que el iraní fue el único que boycotéo el discurso de Peres. Por más discusiones que haya aún que resolver con los países árabes, por más injustas que parezcan a menudo a Israel sus acusaciones y por más desequilibrada que nos parezca la así llamada “iniciativa de paz árabe” (dado que exige a Israel retirarse primero de todos los territorios en disputa, para recibir luego el reconocimiento del mundo árabe), sería un error no percibir el cambio paulatino.
Hay que aferrarse de ese cambio, aunque gradual y aún parcial, para aislar a los extremistas, para garantizar que el común denominador en favor del diálogo, abarque tanto a Israel como a países árabes.
El camino por recorrer es aún muy largo y cabe suponer que se topará con no pocas crisis. Pero lo central es que se transmita con firmeza el mensaje opuesto al que pretende destacar el Irán de los Ayatollas: que las cosas pueden ser diferentes-para bien-, que no es imposible conciliar entre el Estado judío y el Islam sino sólo entre demócratas-sea cual sea su religión- y los extremistas y que la existencia de Israel no debe ser vista como enemiga del Islam sino como posible socia de sus expresiones moderadas.
Contrariamente a lo que quizás muchos creen, Israel tiene hoy relaciones diplomáticas con varios países musulmanes: Azerbaijan y Kazajstán-en los que Peres estuvo esta semana cuatro días de visita oficial - , Uzbekistan, y próximamente tendrá embajada también en Turkmenistán. Las relaciones diplomáticas con Turquía-aunque en los últimos meses han sufrido una crisis- no son nada nuevas y son consideradas firmes. También hay vínculos diplomáticos plenos , con embajadas incluidas, con algunos países musulmanes de África, siendo Nigeria el ejemplo más claro.
Asimismo, hay relaciones diplomáticas con Bosnia y Albania, de mayoría musulmana, aunque los embajadores de esos países no son residentes.
Especial significado tuvo durante mucho tiempo la apertura de algunos países árabes a Israel a raíz del comienzo del proceso de paz con los palestinos, aunque en ello ha habido altibajos de acuerdo a la situación en el terreno.
Aparte de las relaciones diplomáticas establecidas con Egipto y Jordania (por sus acuerdos de paz con Israel, el 26 de marzo de 1979 y el 26 de octubre de 1994 respectivamente), Israel llegó a tener embajada en Mauritania y diferentes grados de vínculos diplomáticos con Túnez , Marruecos, Katar y Túnez.
Mauritania y Katar retiraron a sus representantes en Israel a raíz de la guerra contra Hamas en Gaza a comienzos de año, expulsando a los diplomáticos israelíes en su territorio. Los demás países, los retiraron ya al comienzo de la segunda intifada, fines del año 2000, y aún no los han devuelto. Sin duda, en esto, el retroceso ha sido claro y doloroso.
El serio problema al respecto es que la retórica política es tal, que resulta difícil concebir que esos representantes árabes sean devueltos a sus puestos , mientras el gobierno israelí esté encabezado por el jefe del Likud Benjamin Netanyahu. En un representante de la derecha, es más fácil concentrar las acusaciones y críticas cuando hay problemas en el proceso de paz.
Mientras se intenta dialogar para llegar a entendimientos en el área política, hay que esforzarse por hallar puntos comunes que puedan acercar.
Y está claro que dar lugar a líderes religiosos para aportar mediante el acercamiento de la fe, es un paso en una buena dirección.
A eso se refirió el Presidente de Israel Shimon Peres al elogiar a su par de Kazajstán, el anfitrión del Encuentro interreligioso , por la iniciativa de organizarse. “Esto puede servir de ejemplo al resto del mundo, partes del cual parecen haber olvidado que todos compartimos el mismos Dos, el que creó al hombre a su imagen, exhortándole a santificar la vida, respetar el pacto de paz y a ir por una senda buena y derecha”.
Peres llamó a separar enTre “Religión y terrorismo”, afirmando que miles o millones de musulmanes han perdido la vida a manos de “los extremistas a los que llaman en nombre de Alá”.
“Debemos mantenernos firmes y rechazar a los fanáticos, y oponernos a quienes promueven el odio y los conflictos...Su así llamado Dios, no es nuestro Dios”.
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