Un militante antisemita burló la seguridad y mató a un guardia.
WASHINGTON.- Una vez más, esta ciudad -y el país- cayó en estupor ante un nuevo caso de un tirador enajenado. El incidente, que le costó la vida a un guardia de seguridad, ocurrió en el acceso al Museo del Holocausto, uno de los más visitados de la capital, y en plena hora pico de concurrencia.
"Si los guardias no frenaban al tirador, esto podría haber sido una tragedia mucho peor", dijo una mujer, testigo de lo ocurrido, a la cadena de televisión CNN.
El tirador tiene 88 años y, al parecer, es un militante antisemita. Se llama James von Brunn y estaba anoche en grave estado como consecuencia de las heridas que recibió cuando los guardias de seguridad repelieron el ataque que él mismo había comenzado.
Nadie se explica cómo este hombre, residente en el vecino estado de Maryland, pudo hacer el largo camino desde su casa y llegar a cinco cuadras de la Casa Blanca con un arma larga, que usó para abrir fuego en el hall del museo. El edificio, uno de los más concurridos de esta capital, con 1,7 millones de visitantes por año, se dedica a documentar, estudiar e interpretar la historia del Holocausto. Además, sirve como monumento conmemorativo oficial de los millones de personas asesinadas durante el nazismo.
"El agresor es un supremacista blanco", definió el alcalde, Adrian Fenty, que aludió así al mote que se da aquí a quienes creen en la supremacía aria. Según fuente policiales, Von Brunn tiene una página Web racista y antisemita y escribió un libro titulado Kill the Best Gentiles ( Mata a los mejores paganos ).
Nacido en 1920 en el seno de una familia de inmigrantes austríacos, Von Brunn se presentaba como un veterano de la Segunda Guerra Mundial En 1981, intentó secuestrar a varios miembros de la Reserva Federal. Fue condenado a seis años de prisión por lo que él mismo definió como "un jurado de negros y un juez judío".
Poco después del tiroteo, Fenty buscó despejar los temores de un posible atentado terrorista de mayor magnitud. "Creo que fue un incidente extremadamente aislado", dijo.
"Todo empezó cuando el atacante ingresó en el hall del edificio del museo y comenzó a disparar. Fue entonces cuando los guardias de seguridad respondieron con sus armas de fuego y se produjo el tiroteo", relató el sargento David Schlosser, vocero policial.
Hubo escenas de pánico. A esa hora, pleno mediodía, una larga cola de gente esperaba para ingresar. "Todo el mundo corrió, fue un horror", dijo Stephanie Geraghty, de 28 años, que en ese momento visitaba el museo.
El FBI dijo que había enviado a la zona al Escuadrón de Respuesta Nacional de la capital, que se encarga de este tipo de emergencias en el área de Washington. Las imágenes de televisión mostraron una fuerte presencia policial fuera del museo.
Un agente dijo que el automóvil del atacante fue encontrado cerca del museo y examinado para determinar si había explosivos en el interior.
El intercambio cesó cuando Von Brunn cayó herido. Lo habían alcanzado los balazos de los guardias de seguridad. Pero uno de estos hombres también resultó herido. Los dos, el atacante y el defensor, fueron trasladados al hospital, donde el guardia murió antes de caer la noche.
Identificado como Stephen Tyrone Johns, el guardia era un afroamericano que hacía seis años trabajaba en el lugar. Hoy el museo permanecerá cerrado en señal de duelo.
El lugar donde ocurrió el hecho queda situado en la explanada del llamado National Mall, uno de los puntos de atracción turística, rodeado de museos y monumentos y a pocas cuadras de la Casa Blanca.
La zona fue rápidamente rodeada por escuadrones policiales y cercada para impedir el paso de los transeúntes, pero para cuando ellos llegaron todo había terminado. Una tercera persona resultó herida en el tiroteo, por la rotura de algunos cristales.
El episodio de ayer, que reabrió el debate por la tenencia de armas de fuego, puso al movimiento racista blanco de nuevo entre las principales preocupaciones de la policía. La semana pasada, las fuerzas de seguridad habían arrestado al último de una serie de individuos que declararon su intención de matar al presidente Barack Obama.
El ataque de Von Brunn fue el tercero de una reciente ola de tiroteos que estarían motivados por cuestiones étnicas o políticas. Este mes, un soldado de 23 años fue asesinado en Arkansas a manos de un musulmán que justificó el hecho por la presencia militar de Estados Unidos en Medio Oriente. También en mayo un conocido médico abortista fue asesinado en una iglesia.
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