Elecciones AMIA: Frustración o el inicio de una solución

Posteado el Vie, 13/05/2011 - 13:10
Autor
Lic. Eduardo Chernizki
Fuente
Iton Gadol - 13/05/2011

 

Hace un par de horas que debió sesionar la Asamblea Electora de la AMIA, pero por falta de quórum no pudo constituirse. Impactado por lo ocurrido escribo este comentario, pidiendo disculpas por hacerlo en primera persona, pero lo hago de esta manera pues considero que la impersonalidad de la tercera no cuadra en estos momentos, en los cuales quienes estamos compenetrados en el accionar de nuestra comunidad debemos ser muy claros al expresarnos.

Este hecho, que la Asamblea Electora que es la encargada de elegir a los miembros de la Comisión Directiva y a los Revisores de Cuentas de la AMIA no sesionara el día en que estaba convocada, es la primera vez que ocurre en los 54 años de vigencia del actual sistema de elección de autoridades.

Pese a que lo ocurrido era una posibilidad comentada desde hace un par de días, y una certeza desde el mediodía de ayer, el que se concretara fue un golpe para quien esto escribe, como dije más arriba, un par de horas después de las 20hs, según el acta notarial levantada y firmada en el momento, en que el presidente de la AMIA, Guillermo Borger informara a los 31 asambleístas que habían firmado el libro de asistencia, la imposibilidad de sesionar.

Sólo los representantes de de Acción Plural se hicieron presentes mientras que los correspondientes al Bloque Unido Religioso, el Frente Comunitario y Iajad estuvieron ausentes.

Mientras los asambleístas se retiraban consulté a Borger su opinión y estas fueron sus respuestas: “Tengo entendido que lo ocurrido es único, pero real. La verdad que no lo entiendo muy bien, pero básicamente lo que vivimos todo es la falta de quórum a esta asamblea electoral  y entiendo que ahora habrá que ir dando los pasos que sucederán a partir de esta situación: mañana mismo nos estaremos reuniendo el presidium o mini ejecutivo, para fijar la próxima reunión de Comisión Directiva donde se establecerá la próxima convocatoria al Rat (asamblea) que seguirá siendo electoral. Me cuesta evaluar lo que pasó, por ahora no tengo una idea clara de que significa esto, porque creo que no es demasiado positivo este tipo de falencias: el hecho de no dar quórum a la Asamblea. Entiendo que las agrupaciones no se pusieron de acuerdo, no estoy en las tratativas políticas, yo estoy en la gestión del día a día porque entiendo que la AMIA debe seguir funcionando igual o más fuerte cada día, con gestión permanente.”

Luego de estas opiniones escuché que Julio Schlosser, secretario general, consideraba positivo lo ocurrido, y le pedí que me lo explicara. Estás son sus palabras al respecto: “Tal vez si hoy se hubiera armado una comisión directiva habría quedado gente afuera y no había un consenso general que incluya a todas las fuerzas participantes en la elección. Entonces si nos tomamos un plazo, si nos tomamos un momento de tranquilidad para meditar y los dirigentes, de alguna manera, asumen la responsabilidad que tienen como dirigentes de la comunidad judía, esto no es un club de futbol, esto es la comunidad judía, entonces requiere gestos de grandeza, gestos de comprensión, gestos de humildad, para que estos siga adelante”.

Ante esta respuesta le pregunté si el mes transcurrido desde la elección no era tiempo suficiente y Schlosser me respondió: “Debió haber sido tiempo suficiente, pero no lo fue. Hay una cosa, como dicen los chicos, esto es lo que pasó, es lo que hay. Tenemos la oportunidad de darnos una nueva chance. Yo quiero creer que el próximo Rat que fijemos, en la primer reunión, va a tener el quórum y los 54 votos necesarios para que esté la Comisión Directiva al otro día”.

Ambas opiniones no sólo son disímiles sino contradictorias, pues mientras que Borger afirma: “Creo que no son demasiado positivas este tipo de falencias: el hecho de no dar quórum a la Asamblea”, Schlosser considera: “Tenemos la oportunidad de darnos una nueva chance”, debido a que “esto es la comunidad judía, entonces requiere gestos de grandeza, gestos de comprensión, gestos de humildad, para que estos siga adelante”.
Según mi percepción para Borger lo ocurrido es una especie de frustración, mientras que para Schlosser puede ser el inició de una solución.

La realidad es que se llegó a este momento como resultado de un proceso que se inició en la Asamblea Electora del 20 de mayo de 2008, cuando un sector de la dirigencia comunitaria sintió que el acceso a la conducción de la AMIA de dirigentes ortodoxos no representaba el sentir mayoritario de la comunidad y comenzó a prepararse para la siguiente elección a fin de convertirse nuevamente en quienes gobernarían la institución.
A ellos se les sumaron quienes se sintieron traicionados, debidos a que los representantes a quienes votaron decidieron que la presidencia le correspondía a un dirigente de la primera minoría, como había sido lo tradicional en la institución, pese a que este fuera ortodoxo, pues esos votantes se habían volcado por la lista electoral que justamente postulaba eliminar el rabinato ortodoxo de la institución convirtiéndolo en pluralista y que de esa manera la AMIA aceptara las conversiones al judaísmo efectuadas por los rabinos conservadores y reformistas.

Estas postulaciones fueron las que para la elección del pasado 10 de abril sostuvo Acción Plural, que se comprometió por escrito con las instituciones centrales del Movimiento Conservador a instrumentarlas si llegaba al poder, mientras que el Frente Comunitario también las sostenía, aunque de manera más laza, como lo expresó el presidente de Avodá en el discurso que pronunció en el Tercer Seder organizado por ese factor ideológico.

El resultado de la votación le fue esquivo a Acción Plural, que pese a la excelente elección que realizó, fue la segunda minoría, y todo lo dicho durante la campaña electoral y el acuerdo firmado con el Movimiento Conservador lo inhibió a aceptar que un dirigente ortodoxo sea nuevamente el próximo presidente de la AMIA, una postura ética que no puede dejar de destacarse.

Por otra parte la cantidad de rumores, versiones y cadenas de mails que circularon durante los últimos 30 días, al igual que las notas periodísticas publicadas en diversos matutinos, no ayudaron a que se pudiera lograr un acuerdo que permitiera que anoche se hubiera podido designar la Comisión Directiva de la AMIA, pues anunciaban posibles acuerdos y nombres de candidatos a presidentes que no tomaban en cuenta el planteo que sostenía el Bloque Unido Religioso, la ortodoxia, que por ser la primera minoría correspondía que un dirigente de esa corriente presidiera la institución.

Si bien deseo que lo expresado por Julio Schlosser se concrete y lo ocurrido sea el inicio de una solución que permita que la próxima Comisión Directiva de la AMIA esté integrada por representantes de todas las agrupaciones que participaron en la elección del10 de abril, mi actual sensación es de frustración.
 

Sin votos (todavía)