Estamos junto a tres mujeres dedicadas en los últimos años a diseñar el sueño de una Acción Comunitaria Democrática. Las tres son integrantes de Plural JAI desde sus inicios y hoy participan del Frente Acción Plural, Lista 1 para las elecciones de AMIA.
¿Cómo se sienten con su participación en Plural JAI, como comenzaron a pensar en la política comunitaria?
-Dra. Mirta Goldstein: no puedo negar que hace algunos años atrás tuve un sueño: poder participar activamente en la política comunitaria. Provengo primero de una familia tradicional y he recibido educación judía y llegué a dirigir el Majon Itzjak Ben Tzvi. Segundo provengo de la “academia”, o sea, en los últimos cuarenta años, tras dejar atrás la docencia hebrea, me dediqué a pensar y escribir sobre las sociedades totalitarias y el antisemitismo, además de ejercer mi profesión de psicoanalista y estar en contacto con los dilemas de las familias judías y argentinas.
Esto no me fue suficiente y decidí primero investigar que ocurría dentro de las instituciones comunitarias centrales y, segundo, descubrir quienes aceptarían que una mujer tuviera deseos y aspiraciones políticas. En ese momento mis aspiraciones tenían que ver más con generar debates y reflexiones sobre los problemas reales de la gente, es decir, de los judíos en su vida cotidiana.
No me fue fácil encontrar ese grupo y a esa gente. En la mayoría de los casos me topaba con dirigentes aislados en sí mismos, llenos de prejuicios, que seguían conduciendo a las instituciones centrales como lo hacían nuestros padres 50 años antes.
Me encontré con gestores y no con pensadores, me encontré con burócratas y no con líderes. Por eso cuando se constituyó Plural JAI y leí sus fundamentos y bases programáticas, inmediatamente me conecté con ellos. Ahora me siento plenamente integrante de un movimiento serio, que elabora proyectos para desarrollarlos si ganamos las elecciones de AMIA, o para ofertarlos a todo el conjunto societario y con ello colaborar en una mejor distribución de los recursos, en alcanzar un diálogo abierto respecto de quienes somos judíos, para establecer canales fluidos de comunicación entre ortodoxos, conservadores y laicos y para fortalecer nuestras raíces, las cuales fueron y serán plurales.
El pueblo judío nace de tribus, o sea, de diferentes etnias, por lo tanto la diversidad está en nuestras raíces; alejarnos de la diversidad y de la pluralidad es perder nuestras raíces históricas y contradecir el camino por el cual nuestros antepasados se constituyeron y conformaron en un solo “pueblo”.
Solo me resta decir que “plural” quiere decir que reconocemos a todos los sectores que se dicen a sí mismos “judíos”, a todas las identidades de género en igualdad de posibilidades y de derechos y a todas las formas de constitución familiar judías ya que lo más importante no es excluir buscando la “pureza” sino “transmitir” buscando la continuidad.
Como intelectual, profesional y mujer con una familia judía “ensamblada” (con hijos de matrimonios distintos), formo parte de uno de esos tantos grupos que en su momento fueron censurados. Hoy “los míos, los tuyos, los nuestros” es algo habitual, en mi época no lo era y había que romper prejuicios.
Por ello debo decir que encontré en Plural JAI a aquellos que pueden escucharme y apoyarme, aún siendo algunos mucho más jóvenes.
Para terminar quisiera agregar que Plural JAI es un grupo con diferencias generacionales, es decir, hay jóvenes, hay gente de mediana edad y hay adultos mayores. Esta es otra característica importante porque garantiza continuidad para el movimiento que formamos y que ya es una Asociación Civil.
También conforman el movimiento dirigentes con experiencia y que fueron líderes en otras instituciones y otros que recién se acercan a “lo judío”. En este sentido nos alegramos de ser también un semillero de judíos activos y participativos. De este modo rompemos con el prejuicio de que los “jóvenes son indiferentes”; los jóvenes son indiferentes cuando no los convoca una idea seria y valiosa.
-Gabriela Palais: Tengo 48 años y si bien siempre me sentí parte de la comunidad, (viví en Israel, estudié acá en la Mijlalá, fui morá, me casé por templo, mandé a mis hijos al shule) nunca había participado activamente, hasta que hace unos 4 años comencé a ir a las reuniones de Avodá, pero no fue la mejor experiencia, ya que veía que no había un trabajo real, se discutían cargos dentro del partido, se trabajaba enormemente para realizar "la cena anual de Pesaj" y para hacer algún discurso en honor a algún miembro del partido que fallecía.
No era mi lugar, entonces me sumé a un pequeño grupo de gente que sentía la misma insatisfacción que yo. De inmediato supe que eso era lo que buscaba.
Tenían experiencia en la participación política comunitaria que a mi me faltaba y muchas ganas de hacer, de cambiar, de avanzar, (de cambiar políticas que ellos mismos pudieron haber estado de acuerdo o llevado a cabo en el pasado).
Vi que eran personas como yo, que no tenían problemas en decir: "me equivoqué", que podían hacer una autocrítica y no quedarse estancados, darse cuenta que el mundo está en un constante cambio, y que hay que subirse al tren que pasa.
De a poco se fue sumando mucha gente valiosa, algunos con experiencia previa, otros no, y muchas veces, el ser "primerizos" y pensar que podes cambiar todo, mezclado con la experiencia de los demás y la idoneidad de la gente que consultamos en cada tema, formamos una "formula explosiva" jaja.
Es tanto el laburo que hacemos, que anda circulando por ahí que "alguien" nos banca. Si lo vieran a Jorge, nuestro tesorero, persiguiéndonos en cada reunión, llamándonos por teléfono, pidiendo cada vez un esfuerzo mayor, (por poco le tenemos que mostrar nuestra declaración jurada), se darían cuenta que todo es fruto del esfuerzo y de las ganas que tenemos de mejorar la calidad de servicio de nuestra comunidad, para lo cual estuvimos capacitándonos con los mejores en diferentes temas, primordialmente educación, acción social, que son los puntos claves para trabajar en una Mutual como Amia.
Pero aún con toda la voluntad que ponemos, no lo hubiésemos logrado, sin el aporte de muchos judíos que no se interesaban antes y que hoy donan sus saberes y muchas veces sus posibilidades (carteleras, contactos, radios, y hasta afiches) porque la propuesta les despertó las ganas de involucrarse. Eso se consigue cuando la propuesta es real y creíble.
-Lic. Nora Tage Muller: Integrarme Profesionalmente a Plural JAI, me abrió todo un escenario desconocido y fascinante.
A modo de reseña, cuando comenzó a reunirse un grupo pequeño de azkanim, allí por mayo de 2008, el objetivo era reflexionar sobre el “aquí y ahora”, comunitario.
No había apetencias de cargos institucionales, sino en cambio, nos proponíamos reflexionar acerca de que era factible generar para tener una comunidad que venza la implacable apatía reinante.
Provengo de una generación de profesionales comunitarios, que inspirados en uno de nuestros maestros, Janan Nudel, proclamábamos que no había dicotomía entre ser “voluntario” y ser “profesional”.
Decíamos: Todos “Somos Dirigentes”. Por primera vez, en Plural JAI, pude ver como esa expresión, podía ser concreta, en la práctica. Los azkanim, despliegan toda su sabiduría profesional al servicio de la tarea, y los profesionales, damos todo de lo nuestro, en tiempo, dedicación.
Creo haberme acercado más a mis convicciones sobre la Comunidad que quiero para mis hijos. Siempre aporté mi trabajo para construir proyectos inclusivos, armar equipos interdisciplinarios, heterogéneos, plurales.
Las mujeres judías en Argentina no llegamos a puestos de Instancias Centrales, un poco, como espejo de la Sociedad en la que fuimos educadas, y un poco, por que la comunidad no se quitó aún el velo sobre que “puede una mujer”; la Política comunitaria es aún hoy tema del género masculino.
En espacios de alta presencia femenina, ese fantasma no existe.
En la docencia, se ejerce la Política, en los programas sociales se ejerce la Política, desde la educación en nuestros hogares, se ejerce la Política.
Necesitábamos un tiempo, natural, para comenzar a cubrir espacios, que también, la comunidad requería de nosotras. La mirada femenina es indispensable a la hora de la toma de decisiones por eso también estamos construyendo una Red de Mujeres Judías por la Participación y la Inclusión en la cual ya somos unas 100.
La experiencia de las mujeres, obtenida en los últimos años, tanto en militancia, en desarrollo personal y profesional, en la asunción de responsabilidades plenas en puestos visibles y de jerarquía, amerita que la Comunidad incluya este efecto en su devenir cotidiano.
Invitamos a votar el 10 de abril y a sumarse a nuestro compromiso: necesitamos del apoyo de todos los sectores que componen nuestra comunidad; invitamos a todos a estar presentes en este cambio, asumiendo cada uno sus responsabilidades y especialmente a las mujeres les decimos que la vida comunitaria es una extensión de nuestros hogares.
¿Dra. Goldstein, Ud. escribió en la página web de Plural JAI sobre la diferencia entre “personalismo” y “liderazgo”, podría decirnos algo al respecto?
-En principio quiero decirle que los liderazgos son siempre conflictivos por eso de “quien hace, quien piensa, quien trabaja, o se equivoca o genera envidias”. Aún así hay diferencias cruciales entre aquellos líderes dispuestos a escuchar, a compartir y a consensuar, de aquellos que sólo buscan protagonismo exhibiéndose públicamente y descuidando sus funciones de liderazgo interno.
Pienso que el trabajo en grupo y la división de tareas favorece que se consensúen los proyectos y que todos se sientan incluidos. En Plural JAI ha sido así en estos tres años de trabajo y espero que continuemos esta experiencia.
¿Qué pienso sobre la diferencia entre un personalista y un líder abierto y atento? Aquí le repito lo que escribí, sin falsas ilusiones de que una persona puede ser siempre de una misma manera; en general prefiero, recomiendo y resulta más beneficioso evaluar las complejidades de la política, de las instituciones y de las situaciones, antes que mirar lo que hace una sola persona. Nosotros no estamos por el personalismo sino por la construcción de liderazgo, que no es lo mismo. Por eso escribí:
- el personalista piensa y actúa en función de sí mismo en cambio el líder piensa y actúa en función del conjunto
- el personalista solo conoce su nombre propio en cambio el líder reconoce el papel y el valor de cada miembro
- el personalista busca satisfacer sus propios intereses en cambio el líder busca actuar en función de los intereses de una mayoría
- el personalista se privilegia a sí mismo en cambio el líder privilegia una idea, una causa, un modo de actuar en consenso con su grupo de pertenencia
- el personalista es individualista en cambio el líder se nutre de la comunidad en la cual actúa y para la cual trabaja.
Nora Tage Muler: ¿qué está ocurriendo con la Red escolar judía, cuales son las dificultades más importantes, qué es lo primero que hay que encarar y resolver?
-En cuanto a la calidad educativa, sostengo que la enseñanza en la red, es de alto nivel.
Habría que volver a la transmisión del idioma hebreo, que en los últimos años, se reemplazó por carga horaria de informática e inglés. No digo desmerecer estos contenidos sino no perder lo que nos une a Israel: la lengua hebrea.
Lo que me preocupa es el elevado costo de los aranceles lo que hace que las familias jóvenes, no puedan sostener en el tiempo la escolaridad judía de sus hijos.
Debería incrementarse la ayuda a las familias para que no queden marginadas de la educación, tanto formal como informal.
Hay que acercar a los valores judíos a los chicos de familias asimiladas y de familias mixtas, pues el judaísmo contempla la importancia de cada individuo dentro de la grey; uno por uno y cada uno son importantes.
Dra. Goldstein ¿cuál es el papel de la religión en la construcción de identidad judía?
-En primer lugar tenemos que diferenciar la religión de la fe y la creencia. El judaísmo “liga” y en ese sentido puede considerarse una religión, pero a la vez no es una religión y se apoya en quienes sienten fe y creen en Hazme, y en quienes creen tener un pasado y un destino común. La fe conduce a la religiosidad y al cumplimiento de la Halajá, las creencias, en cambio, tienen múltiples destinos. Por esta razón los judíos tenemos diferencias entre nosotros mismos. Algunos se ligan por la fe, otros por las tradiciones, otros por la historia y otros ni creen ni sienten fe pero igual se sienten judíos.
La comunidad judía debe dar cabida a todos. Por eso es importante que incluyamos a todos los movimientos y estamos muy contentos que el Movimiento Conservador se haya unido a nosotros.
A diferencia de otros movimientos, durante tres años estuvimos trabajando para estas elecciones, sumando día a día a nuevos integrantes y debatiendo con distintos sectores. Hemos hablado con todos y hemos llegado a un acuerdo general: la historia, la Halajá, la tradición, el acervo cultural sobre todo literario y musical, el sionismo, las comidas ashkenazi y sefaradí, son todos aspectos que conforman la identidad judía; ningún eslabón puede faltar sin que se rompa la cadena, por eso queremos una AMIA en la cual tengan voz todos las personas pensantes y tolerantes.
Creo que si la gente se compromete y va a votar el 10 de abril por ACCION PLURAL, (que es la suma de PLURAL JAI con casi todos los sectores de la colectividad judía de capital y gran Buenos Aires: el Movimiento Conservador y los partidos sionistas de centro y centro izquierda) nos estarán permitiendo llevar a cabo todo lo que fuimos capaces de aprender y proyectar para tener una AMIA más inclusiva, con lugar para todos los colores de judíos existentes e insertarnos en la realidad actual del siglo XXI.
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