Pienso que este título inicia y resume la charla brindada por la periodista israelí Ilana Dayan, en el marco de la actividad organizada por Plural Jai y AMIA es de Todos el día martes 14 de julio en la Escuela Arlene Fern.
La complejidad de la vida israelí, la complejidad de la política y la seguridad israelíes, fueron planteadas de un modo realista por esta pujante mujer nacida en Argentina y emigrada a Israel en 1970.
Proveniente de una familia sionista, Ilana constituyó una familia fuertemente arraigada a Israel.
Dedicada a la defensa de la democracia liberal planteó lo que considera el “ethos” judío: problematizar los temas, nunca simplificarlos.
Con videos de sus entrevistas en el programa del canal 2 de Israel: Uvdá, mostró el rasgo humanista que prioriza los derechos humanos, arraigado en el seno del ejército a pesar de las acciones bélicas. Sin idealizaciones mostró las contradicciones de querer construir y sostener un hogar judío democrático, y la necesidad permanente de defensa del territorio.
Sin concesiones, mostró un país en el cual las diferencias revelan que no hay soluciones únicas, sino un permanente ir y venir en los pensamientos y en las acciones.
Asistieron muchos jóvenes, a quienes agradecemos su presencia y participación.
Invitada por la Organización Sionista Mundial y la Agencia Judía, Ilana dijo: el sionismo es una revolución, pero ninguna revolución sabe cuál es la segunda etapa.
Todo el tiempo se refirió a un país en movimiento, en contradicción consigo mismo pero avanzando hacia un futuro; no dio certezas sobre ese futuro pero no pierde las esperanzas ni el optimismo. También mostró a un movimiento sionista que brinda refugio a los judíos amenazados, pero que no tiene todas las herramientas a su disposición para acabar con el antisemitismo.
Más bien, pienso, se refirió a la necesidad de una construcción colectiva y permanente del Estado de Israel.