Este domingo empieza Jánuca, la simbólica conmemoración del pueblo judío.Una ocasión para pedir por el fin de la violencia contra personas por el simple hecho de profesar su fe.
Desde este domingo y durante ocho días consecutivos, el pueblo judío conmemora la Festividad de Januca, conocida popularmente como la "Fiesta de las Luces". Durante esos días se podrá observar en plazas, parques y demás lugares públicos de todo el mundo unos grandes candelabros con ocho luminarias, que se irán encendiendo progresivamente, una la primera noche, dos la segunda, y así hasta completar las ocho,
El origen de esta festividad se remonta al siglo IV a. C., momento en que se corona como rey de Siria a Antíoco IV Epífanes, y éste decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndoles a los judíos seguir sus tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (dado que su líder era Yehudá Macabi) comenzó a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos contrarios a su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, ya que eran minoría contra el ejército griego; sin embargo, su estrategia, decisión y fe les permitieron liberarse y retornar a Jerusalén.
Según el Talmud -obra que recoge discusiones rabínicas sobre leyes y tradiciones judías-, al terminar la guerra, los Macabeos regresaron a Jerusalén y encontraron el Santo Templo profanado. La menorá (candelabro de siete brazos, símbolo sagrado de los hebreos) que debía estar prendida, se encontraba apagada, y contaba con aceite puro suficiente para mantenerla encendida un solo día. El pueblo salió a buscar más aceite para continuar con su tradición. La búsqueda duró ocho días y estuvo acompañada de fuertes plegarias para pedir que la llama no se apague. Finalmente el milagro ocurrió. El poco aceite que sería para un solo día, alcanzó para ocho.
Hablar de Januca es hablar de la historia de los milagros, de los sueños difíciles de concretar, de los anhelos hechos realidad. Es saber de la esperanza, de la convicción y la fortaleza para enfrentar los desafíos que la realidad nos impone.
Basta con observar a nuestro alrededor para darnos cuenta de los enormes desafíos que enfrenta la humanidad. El terrorismo amenaza a nuestras sociedades y la sangre de personas inocentes está siendo derramada por el simple hecho de profesar su fe.
Estos ocho días en los se nos invita a encender y "observar" el candelabro y las luces de Januca, quizás sean una oportunidad para pedir que un nuevo milagro ocurra y se lleve la maldad que se impone en algunas latitudes. Sin embargo, a diferencia de la historia de Januca, tengo la convicción de que esta vez las personas de bien somos la mayoría.
La fiesta de las luces nos está esperando para iluminarnos...Abramos los ojos y recibámosla.
El Rabino Marcelo Bater es miembro del Congreso Judío Latinoamericano