UN SACERDOTE Y UN RABINO TRANSITAN EL CAMINO DE LA COEXISTENCIA

Posteado el Mar, 28/09/2010 - 23:20
Autor
Guillermo Lipis
Fuente
TELAM - 28/09/2010

 

El religioso católico Rafael Velasco y su par judío Marcelo Polakoff construyen en su libro "En el nombre del padre y del rabino" un diálogo dedicado "a quienes tengan la valentía de comprender que los caminos múltiples son buenos para llegar a lo Uno llamado Dios".

Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba, y Polakoff, rabino del Centro Unión Israelita de Córdoba y presidente de la Asamblea Rabínica Latinoamericana abordan `juntos pero separados` veinte temas comunes al catolicismo y al judaísmo desde sus enfoques religiosos con "una pretensión pedagógica".

El libro, editado por Sudamericana, dispone de un doble ingreso a su lectura: de izquierda a derecha, como en el mundo occidental, para las reflexiones de Velasco; y de derecha a izquierda, como en la cultura hebraica, para las definiciones de Polakoff.

Y en el medio exacto se produce un epílogo común donde destacan "esta jugada a favor del encuentro, tan necesario en nuestra sociedad".

Entre los temas más destacados sujetos a análisis ambos desarrollan sus miradas sobre Dios, el matrimonio, el mal, la pobreza, la injusticia, la libertad de prensa y la responsabilidad.

"Hay muchas coincidencias en el libro que más que de religiones son de este sacerdote y este rabino", afirma Velasco en diálogo con Télam, y advierte que "no pretenden ser la voz de la iglesia y del judaísmo".

Polakoff, por su parte, apunta, que "por debajo de esta búsqueda, lo importante es que dos personas pueden caminar juntas. Mientras que en lo que diferimos no elimine ni anule al otro, esa diferencia sigue siendo secundaria".

Y agrega que "para la tradición judía hay múltiples caminos hacia lo divino. Por eso elegimos el nuestro y reconocemos que hay otros que son válidos".

El padre hace hincapié en algo que evalúa como "una coincidencia fundamental: Dios cree en nosotros, y por eso tenemos que construir una sociedad más justa".

Ambos religiosos coinciden en que éste es uno de los motivos nodales de su reciente obra.

A pesar de estos comentarios, el libro no se visualiza como un diálogo sino como un espacio en el que ambos religiosos pueden expresar sus miradas sobre los temas abordados con independencia de criterio.

El diálogo fue previo, "fueron conversaciones informales y amistosas que venimos teniendo desde hace tiempo", dice Polakoff.

Velasco explica que no querían repetir "modelos conocidos porque hay otras experiencias escritas en formato de conversación".

"El diálogo serio implica diferencias -continúa-, y no hace falta acomodar un discurso al otro sino tener la valentía de presentar las ideas con su identidad propia pero abiertas a tener al lado a quien trae lo novedoso de lo ajeno y entender que en lo múltiple se constituye la mejor unidad".

Juntos pero separados, esa es la idea que destierra el proyecto del crisol de razas propuesto por la llamada Generación del Ochenta. Mantener las diferencias y aprender habitarlas en el respeto y el derecho a la identidad, religiosa en este caso, de cada uno, en una sana y productiva coexistencia.

"El verdadero intercambio es el que no disuelve ninguna parte, el que te permite construir un nuevo texto desde el sostenimiento de la obra que cada uno aporta", acuerdan.

"Ser docente radica en ayudar a desatar miedos y a explicar cómo construir puentes para atravesarlos", remarca Polakoff.

Para Velasco, "educar en el pluralismo es formar la capacidad de apertura a la diversidad, pero también es motivar a la construcción de una sociedad mejor, más justa y respetuosa".

Carlos Schickendantz, en el prólogo, destaca que lo más importante del título del libro (`En el nombre del padre y del rabino`) "es la importancia del `y` porque la historia de Occidente está atravesada por múltiples formas de incomprensión".

Y elogia al libro porque "es la expresión de un nuevo clima y de una madurez que beneficia a todos". En un mundo en el que el `o` hace la diferencia muchas veces
entre la vida o la muerte, la educación o el analfabetismo, la paz o la guerra; que el "padre y el rabino" puedan caminar juntos y ligados a sus miradas sobre el mundo que proponen construir, resulta aleccionador y estimulante para quienes acepten al otro diferente como compañero de "un camino más plural y beneficioso" concluyen. (Télam).-

 
gel-mc-mag
28/09/2010

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