El primer ministro, Biniamín Netanyahu, calificó de populista el movimiento de protesta social en el país y defendió un aumento de la libre competencia en los mercados como solución a los problemas de carestía.
Netanyahu aseguró en el pleno del Parlamento que "una ola populista se está extendiendo por el país" porque frente a una "seria" muestra de apuros económicos se proponen "soluciones no tan serias".
"No puedes cortar un árbol si quieres disfrutar de sus frutos. Creo que deben encontrarse soluciones manteniendo el árbol, que es nuestra economía libre y dinamismo", defendió.
Netanyahu reconoció la disparidad entre el puesto número 40 que ocupa el país en renta per cápita y el número 20 en coste de la vida, que atribuyó a una falta de competencia en los mercados.
La líder de Kadima, el principal partido de oposición,Tzipi Livni, acusó a Netanyahu de insensibilidad ante las demandas de los "indignados", que sacaron el pasado sábado a la calle a 150.000 personas en la mayor manifestación de la historia de Israel no vinculada al conflicto de Oriente Medio.
"Este no es el grito de los pobres, es el grito de lo justo (...) Deja de usar a algunos anarquistas e insumisos para manchar a la mayoría de protesta: los que hacen el servicio militar, contribuyen, trabajan duro, están dispuestos a morir por su país y están luchando ahora por su identidad", dijo Livni.
El encendido debate tuvo lugar tras la aprobación de la ley de los Comités Nacionales de Vivienda, un intento fallido de apagar las protestas iniciadas el pasado día 14 con una acampada en Tel Aviv por los precios de la vivienda y que han ido ganando seguimiento y sectores de población.
Los "indignados" han respondido a la ley con una convocatoria de marcha, que también esperan masiva, para este sábado en Tel Aviv.
También la poderosa federación de sindicatos "Histadrut" ha convocado para hoy una manifestación de trabajadores en apoyo a las demandas para que bajen los precios de la vivienda, los impuestos y el coste de la vida.
Asesorados por economistas y otros expertos, los representantes de los indignados están elaborando un documento con sus demandas que pretenden presentar a Netanyahu.
Entre sus reivindicaciones figuran una enmienda a la ley de edificación que obligue a los contratistas a construir "viviendas asequibles", una reducción gradual de los impuestos indirectos, la revaluación de los procesos de privatización en proceso y un aumento del salario mínimo interprofesional a la mitad del salario promedio, actualmente 8.698 shekels (1.766 euros o 2,542 dólares).
Incrementar los inspectores de trabajo, bomberos, policías, profesores y trabajadores sociales y reducir el número de alumnos por aula son otras de sus demandas.
El movimiento ha creado asimismo un "cuartel general" en el que están representados los cuarenta campamentos levantados a lo largo y ancho del país, los dos últimos en las localidades de Tiberíades y Taibe. EFE