Autor
Leonardo H.Feiguin
Al tratarse de una efeméride tan común, es inevitable que cualquier conmemoración la podamos hacer desde dos aspectos posibles: el histórico, rememorando fechas, hechos y personajes alusivos o el autoreferencial, con vivencias o anécdotas personales del que escribe.
En este caso, como en las páginas de Plural Jai abundan las referencias históricas, y para ésta oportunidad se publica una opinión del Rab. Daniel Goldman desde otro punto de vista, voy a hacerlo como recuerdo de vivencias personales.
Para los que cursamos nuestra educación primara en establecimientos de enseñanza pública, y más aún en el interior del país, es inolvidable cada 25 de mayo con los actos alusivos disfrazados de personajes de época, el chocolate caliente, pastelitos, los guardapolvos blancos, y las maestras desesperadas para que recordemos nuestra parte del remanido guión escolar.
Lo anecdótico es "nota de color" pero no disminuye la importancia histórica de la fecha, lo relevante que significó para toda América del Sur la gesta iniciada en mayo de 1810 y que esparció como reguero de pólvora la esperanza de una vida más libre, con plenos derechos ciudadanos para las élites intelectuales que abandonaron su "zona de confort" jugándose sus posiciones económicas y políticas y muchas veces sus vidas, y con pequeños pero significativos avances para las minorías sometidas o segregadas.
Como parte de lo anecdótico surge la pregunta que alguna vez se me planteó un 25 de mayo por parte de algún chico del grado, totalmente inocente pero cargada de mensajes subliminales tal vez escuchados en sus hogares: "vos festejás hoy y también la independencia de Israel?" ó "ustedes a quien quieren más, a Israel o a Argentina?" a veces disfrazada de "vos por quien hincharías en un partido de fútbol entre los dos países?" o más profundo "si entran en guerra vos por quien lucharías?
Esas mismas cuestiones no suelen plantearse a descendientes de italianos, españoles o de otros orígenes, lo que desnuda el trasfondo de las preguntas.
En nuestro caso, tal como lo refiere la nota que menciona a los Veteranos Judíos de la Guerra de Malvinas, los judíos argentinos podemos ser tan argentinos como el más pintado, y tan defensores del derecho a existir con seguridad al Estado de Israel como podamos. Una cosa no es detrimento de la otra. Los que nos ofrecimos como voluntarios o participaron como conscriptos para defender Argentina en el conflicto del Atlántico Sur sin dudar, también podemos luchar por el derecho inalienable del pueblo judío a vivir en su tierra ancestral.
No pretende esta pequeña reseña agotar el tema de una festividad tan importante como el 25 de mayo, solo ser un aporte más a su consideración desde diferentes puntos de vista.
Leonardo H.Feiguin