“No diríamos que Kohn no actuó correctamente”
Plural JAI | Judaísmo Amplio Innovador, convocó a tres sobrevivientes de la Shoá para que expresen sus puntos de vista sobre el polémico video que grabó Adolek Kohn, en donde se lo ve bailando en los campos de exterminio nazis.
Muy pocos hubieran podido creer tiempo atrás que uno de los videos más visitados en internet sería protagonizado por un sobreviviente de la Shoá.
Y es que en efecto, Adolek Kohn -un polaco de 89 años que actualmente reside en Australia-, logró que el clip que subió a la red en enero de este año fuera visto por medio millón de personas, un número que supera incluso a las producciones de muchos artistas y deportistas de renombre mundial.
Pero esta repercusión tuvo sus costos, ya que el video -en el que se lo puede ver bailando en los campos de exterminio de Auschwitz y de Theresienstadt al ritmo del hit de Gloria Gaynor "I will survive" (Sobreviviré), junto a su hija y sus tres nietos-, le valió una gran cantidad de críticas, así como la censura del mismo en Youtube, que no obstante se sigue reproduciendo a través de otros canales de esta red y por diversos sitios.
Ante la polémica que se desató, Kohn respondió que solo les permitiría “a los que también padecieron la crueldad del nazismo en primera persona, que me miren a los ojos y me digan que no he actuado correctamente”. (Ver Blog)
Plural JAI | Judaísmo Amplio Innovador, convocó así a David Galante, de 86 años y oriundo de la Isla de Rodas -de donde fue deportado junto a su familia hacia Auschwitz-, quien perdió a sus padres y tres hermanas; a Moisés Borowicz, nacido en Polonia hace 83 años -quien pasó por ese y otros seis campos de exterminio-, quien perdió a sus padres y dos hermanos; y a Sara Holcman Zelman de 79 años, nacida en ese mismo país, donde perdió a gran parte de su familia con excepción de dos hermanas. Todos ellos observaron el video y expresaron sus sensaciones al respecto.
Según opinó David, el video es tan solo una demostración sobre el hecho de que, después de 60 años, se puede seguir viviendo, y que por lo tanto hay que respetar a su autor “No me parece ni bueno ni malo, son puntos de vista, él quiso hacerlo de esta manera, es decir ir con alegría en vez de llanto, y puede ser criticable o elogiable, pero es algo muy personal, y no sabemos qué es lo que verdaderamente sintió en su interior”. Moisés tampoco fue crítico con el video, al afirmar que “aunque en principio sentí rechazo, después lo analice y me pareció que estuvo bien, que se trata de mostrar que vivimos, que estamos, y que pese a todo lo que hemos pasado, igual tenemos fuerza para seguir adelante”. Sin embargo, señaló que a diferencia de Kohn, de haber podido volver “hubiera hecho un Kadish (nombre habitual de la oración por los difuntos) y hubiera cantado Am Israel Jai en vez de bailar, para que también sepan que tenemos una patria”.
Siendo todavía una niña, Sara fue refugiada por familias católicas, por lo que si bien nunca estuvo en Auschwitz, conoció también el rostro de la muerte, así como lo que fue la vida diaria en este campo, en el cual estuvo preso su difunto esposo, con quien vivió 37 años. Sara coincide con Moisés al afirmar que “Cuando lo vi por primera vez en televisión quedé paralizada, pero después pensé que a lo mejor, años atrás, tal vez mi esposo también hubiera querido demostrar que aún está vivo. Posiblemente haya pensado esto para tranquilizarme, pero igualmente no juzgaría a Kohn, creo que el ímpetu se lo dieron su hijas y nietos, y que cada uno puede demostrar las sensaciones a su manera. A lo mejor dijo un Kadish, no creo que no lo haya dicho, y seguramente dedico algo por Israel”.
Entre las muchas críticas que recibió Kohn, estuvo la del historiador judío Michael Wolffsohn quien afirmó que la grabación es “simplemente una vergonzante autopromoción” y la del director de la Fundación Topografía del Terror de Berlín -donde se exhiben los horrores del nazismo-, y ex presidente de la comunidad judía berlinesa, el rabino y también historiador Andreas Nachama, quien calificó el comportamiento de Kohn como “inapropiado e incorrecto”, agregando que la grabación solo se comprendería si permaneciera en el ámbito familiar, pero que al subirse a internet “recibe una atención que no se merece”. Sin embargo, tal como se señaló, Kohn respondió que solo recibiría críticas por parte de sobrevivientes.
Moisés coincidió con Kohn, citando la célebre frase de Elie Wiesel “Todo aquel que estuvo en Auschwitz, nunca podrá salir de allí. Todo aquel que no estuvo, nunca podrá entrar”, mientras que para David, “tiene razón, ya que su idea no fue ir a hacer una demostración de baile, sino mostrar la satisfacción por poder regresar con sus nietos y por otro lado, no sabemos que hizo además de ir a bailar, tal vez haya hecho el Kadish por sus familiares. Y por otro lado, el video podría ser el punto de partida para que más gente se interesa en el tema y sepa sobre el Holocausto”. En la misma línea opinó Sara, quien también comprendió el testimonio de Kohn afirmando que “no podemos saber si no hubo lágrimas. Es algo muy privado de él y su familia. Y agregaría que para muchos ignorantes y negadores, esta polémica podría servir más que muchos libros -que no llegan a tantas personas-, para que empiecen a entender que fue lo que pasó”.
En efecto, Jane Korman, la hija cineasta de Kohn que ideó y grabó el vídeo, afirmó a los medios que buscaba “una interpretación moderna de la memoria histórica, especialmente para los jóvenes”, ya que, agregó, “es importante que no se olviden las lecciones del Holocausto”.
Sara afirmó al respecto que no conocía el objetivo de la hija, pero que estaba muy de acuerdo con lo planteado por Korman “muchas amigas mías no sabían nada sobre la Shoá, e incluso en la colectividad hay mucha ignorancia. Es como la comedia ‘El tren de la vida’ donde algunos judíos hacen se disfrazan de nazis. Al principio me pareció mal, pero al llegar a mi casa pensé que no interesaba tanto de qué forma se toca el tema, sino que se difunda el mensaje, que se hable y que la gente sepa”.
Para David “Todo lo que se haga para dar a conocer la Shoá es válido, y la misión de los Sobrevivientes es difundir de una manera u de otra lo que pasó”, mientras que Moisés también concordó, al señalar que “es bueno e importante que el tema se sepa y circule por el mundo”.
Por eso, al preguntarles sobre su opinión sobre la afirmación Kohn, los tres coincidieron en afirmar que no le dirían que no actuó correctamente.
Incluso, todos minimizaron la posibilidad de que el mensaje pueda llegar a tergiversarse. David sostuvo que de hecho “el fondo del mensaje es claro, es decir que pese a todo él pudo sobrevivir”. Moisés únicamente reparó en el tiempo verbal que se utiliza. “Solo creo que tendría que decir en algún momento ‘yo sobreviví’, antes que ‘yo sobreviviré’, aunque ese sea el nombre de la canción. Pero pienso que es buenísimo que el mensaje recorra el mundo, incluso con las opiniones a favor y en contra que pueda generar. Lo importantes es que se discuta, pero que se sepa que existió un Auschwitz, porque incluso este nombre ya significa mucho” al tiempo que dio cuenta de la falta de difusión e indiferencia que hoy día genera el tema. "En abril, la DAIA organizó un concierto en la embajada de la República Checa, donde un pianista interpretó las canciones de los chicos en Theresienstadt. Fue emocionante, pero ni la DAIA ni ninguna otra institución comunitaria lo difundió bien, y no éramos más de 8 o 10 personas. Era una vergüenza, no había gente”, mientras que Sara coincidió al señalar que “Nos comíamos el hígado por no ver a la gente, y aunque no nos podíamos comunicar con los músicos hablando, nos comprendimos a través del dolor. Creo que sea a través de la música, la pintura, o de cualquier tipo de arte, lo principal es transmitir el mensaje, y quedará en la capacidad de cada persona poder interpretarlo”.
Según afirmó Kohn en un testimonio que grabó para otro video, el poder regresar a los campos con tres nietos lo puso “muy feliz”, por lo que no puede dejar de consultárseles a los tres sí efectivamente creen que es posible experimentar esta sensación en Auschwitz.
Según afirma Moisés, “personalmente no sé cómo me hubiera sentido, pero uno debe sentirse feliz de tener el destino de sobrevivir y de poder volver, porque es algo que jamás hubiera imaginado”, aunque señala, emocionado, que “yo nunca quise volver a Polonia, odié ese país, me borré el idioma y cuando escuchaba gente hablando en esa lengua me lastimaba. Pero ahora que estoy más viejo pienso que tal vez me hubiera gustado ir a ver el pueblo donde nací y como está hoy día, ya que siento nostalgias por mi pasado”.
Sara cuenta que nunca regresó, “sobre todo porque mi esposo nunca quiso volver. Pero yo creo que no podría ser feliz, porque allí fue derramada la sangre de todos mis queridos y de mi pueblo, y no sé si habría tenido la fuerza para ir”, mientras que David también se muestra cauto con las palabras de Kohn al señalar que “no sabemos si realmente se siente feliz de volver, aunque sí de estar con sus nietos. Particularmente nunca tuve intenciones de regresar, porque aunque me lo ofrecieron, decidí no ir por temor a cómo iba a reaccionar”.
¿Creen que el humor es una herramienta válida para abordar el horror de la Shoa?
DG: Claro que sirve, justamente en el judaísmo es muy común utilizar el humor para abordar un tema trágico, es como una especie de autoflagelación con la risa en la boca.
MB: Kohn cumplió un sueño, que era volver a Auschwitz con su familia y demostrar al mundo que existimos. La forma en que lo hizo, es cosa de él. Pero ya lo decía Scholem Aliejem “lajn iz guezunt”, reír es sano. El humor siempre es bueno, para todo, nos ayuda.
SHZ: Yo asistí en Hacoaj a una lectura de un libro satírico en donde también se hablaba de la guerra. Todos reían pero yo no. Pero no culpo a nadie, como tampoco a Kohn, porque en cualquiera de las formas en que difunda el mensaje, incluso mediante el humor, y más allá de lo que produzca en cada uno, lo importante es que no se olvide lo que sucedió, y que se recuerde a nuestros seis millones de hermanos asesinados. El no le hizo mal a nadie en el mundo, fue su decisión y hay que respetarla, porque además, en el baile, puede haber tantas lágrimas como en el llanto.
Julián Blejmar
Para Plural JAI | Judaísmo Amplio Innovador
Buenos Aires, Agosto de 2010
Memorias del Horror Tanto David Galante como Moisés Borowicz guardaron silencio durante gran parte de su vida sobre el infierno vivido en los campos de exterminio. “Ni siquiera pudimos hablar nunca del tema con mi único hermano, también sobreviviente”, afirma Galante, en tanto que Borowicz señala que tampoco quiso hacer referencia a sus padecimientos ni siquiera con su propia familia. Sin embargo, pocos años atrás, por separado, ambos comenzaron a poder contar sus experiencias, con el objeto de dejar su testimonio para las futuras generaciones. Así, con la ayuda de dos escritores, publicaron Un día más de vida y La profecía del criminal ambos de Editorial Lumiere. |