La Meguilá o libro de Ester ¿Historia o ficción?

Posteado el Dom, 12/03/2017 - 15:31
Autor
Rabino Secular Dr. Efraim Zadoff
Fuente
Mensuario Identidad

 

 

Meguilat Ester, el libro de la Biblia hebrea (tercera sección – Ktuvim) que se lee en la festividad de Purim, es uno de los cinco libros denominados Meguilot o rollos, junto con: Shir Hashirim (Cantar de los cantares) – se lee en Pésaj, Rut – se lee en Shavuot, Eijá (Lamentaciones) – se lee en Tishá BeAv, y Kohélet (Ecleciastés) – se lee en el shabat de Sukot.
En este libro se narra la historia de un intento de exterminar a los judíos del reino de Persia en la época del rey Ajashverosh (Asuero) y su salvación. De acuerdo a este libro, este evento es la razón para la celebración de la festividad de Purim. En el centro de esta historia está la planificación alevosa por parte de Hamán, ministro principal en el reino, de exterminar a todos los judíos. A él se enfrentan Mordejái el judío y su prima Ester, que fue elegida al comienzo de la narración para ser reina, es decir la mujer preferida en el harem del rey Ajashverosh. Gracias a su posición y a su astucia, Ester logra frustrar la manipulación de Hamán, los judíos se salvan y este evento se celebra en Purim.
La tradición judía indica que el libro de Ester se lee en las sinagogas en la víspera de Purim al anochecer y al día siguiente, de un manuscrito en pergamino de cuero. Rollos de Ester fueron en la historia del arte judío objeto de ornamentaciones y creaciones artísticas sofisticadas.

Las interpretaciones de esta historia son diversas. Hay quienes dicen que es una crónica de hechos verídicos, y los ubican en el reinado de Xerxes (485-465 a.e.c.), biznieto del rey Ciro quien fundó el reino persa, que se extendía desde la India hasta África (Kush), luchó contra Egipto y sofocó una rebelión de los babilonios. Hay quienes identifican a Ajashverosh con el rey persa Artaxerxes que gobernó en la época helénica.

Otros estudiosos plantean que ésta es una historia imaginaria y que Ajashverosh es un personaje literario que representa, en forma estereotipada, a un rey persa. En esta narración se utilizan muchos conceptos que se adecuan a la tradición lingüística persa como ser ajshadarpanim, partemim, gnazim, dat, pitgam. Asimismo hay una información detallada de muchas de las costumbres de la corte real persa. Sin embargo los investigadores encuentran muchas inexactitudes tanto en el comportamiento de los personajes actuantes, como en los procedimientos administrativos allí detallados.

Se estima que este libro fue redactado entre fines de la época persa y comienzos de la helénica (400-200 a.e.c.).

Un aspecto interesante es que en la traducción de la obra al griego, realizada en el siglo III a.e.c., llamada Septuaginta o Traducción de los Setenta, hay agregados al texto tradicional. Uno de los agregados es la presencia de Dios, que no se menciona en el texto original, y una plegaria de Ester a Dios. Se supone que estos agregados fueron hechos por los traductores para proporcionar a la narración una perspectiva religiosa.

Esta ausencia de Dios fue motivo de amplias discusiones y hasta se llegó a plantear, en debates entre los sabios en el Talmud, que esta Meguilá es un libro que transgrede las normas religiosas, no fue escrito de acuerdo a un espíritu piadoso, por lo que no se lo puede aceptar en el canon bíblico. Frente a esta posición, se desarrolló un corpus amplio de interpretaciones de las narraciones del libro, como una forma metafórica de transmitir mensajes de fe, de las que participaron eruditos como rabi Akiva, rabi Meir y posteriormente Maimónides. Entre otros modos de atribuirle santidad, se interpretaron los diferentes ayunos como expresiones de angustia y pedido de ayuda a Dios de acuerdo a las normas rituales.

El ámbito de las interpretaciones es sumamente amplio y no pretendo presentar los diferentes análisis y explicaciones que justifican la redacción de este libro y su inclusión en el canon bíblico. Sin embargo quiero mencionar la interesante y original interpretación que ofrece a este libro y sus características, el rabino Oren Yehishalom.

Las raíces de esta festividad se remontan en la cultura persa a la festividad de año nuevo Norooz, que cae en el primer día de la primavera, el 21 de marzo. Esta festividad dura al menos dos días y se la celebra con ceremonias de fuego, máscaras, celebraciones en las calles y regalos a los menesterosos. Al conquistar los musulmanes (s. VII e.c.) los territorios persas, intentaron desarraigar esta festividad – sin lograrlo.

En muchas de las colectividades judías en la época del Segundo Templo, la festividad de Purim no existía. Por ejemplo no es mencionada en los escritos hallados en las cuevas de Kumrán y tampoco en los escritos de Filón de Alejandría que datan de las postrimerías de esa época (primera mitad del siglo I e.c.). Tampoco existía en la tradición de los judíos de Etiopía cuyas tradiciones son anteriores a los finales del Segundo Templo.

Se puede suponer que la función de este libro fue la de crear una tradición que brindara raíces judías y justificara la existencia de una festividad que se había arraigado en el calendario de sólo algunos de los sectores de la población judía. Ésta puede ser una explicación convincente de los siguientes versículos del libro de Ester (26-28) "Por lo tanto llamaron esos días Purim. En consecuencia, … los judíos decidieron que ellos, sus descendientes y todos los que se les unieran, continuarán observando esos dos días conforme a lo establecido … cada año, y esos días son recordados y observados por cada generación, cada familia, cada provincia y cada ciudad." Está claro que estas palabras vienen a explicar, a posteriori, la existencia de esta festividad.

El rabino Yehishalom continúa su planteo señalando diversos aspectos de su narración, que son inverosímiles en la vida diaspórica de comunidades judías, como minorías en el seno de sociedades no judías. Por ejemplo la matanza de 75.000 personas de sus enemigos en todo el ámbito del imperio persa. Aun si hay una exageración del 90 porciento en este número, es sumamente difícil de creer.
Es por ello que él propone leer la Meguilá como un escrito humorístico cuyo objetivo es divertir a sus lectores y audiencia. Ya desde un comienzo nos presentan personajes con nombres ilógicos, hasta grotescos, para judíos. Ester es una deformación del nombre Ishtar, diosa de la fertilidad y el sexo en la Mesopotamia. Mordejái es una variación del nombre Murduj, jefe del panteón de Babilonia.
En su análisis, Yehishalom realiza una comparación con escritos en pasajes de otros libros de la Biblia como ser el libro de Melajim (Reyes), o de la historia de Iosef (José) en el libro de Bereshit (Génesis) en los que halla una clara similitud en las metáforas y los modismos lingüísticos.
En su visión, la Meguilá está llena de imágenes humorísticas –"chistes"– con el claro propósito de divertir al público.

El rabino Yehishalom encuentra en este género literario la respuesta a la ausencia de la mención de Dios. No hay aquí referencias solapadas de la presencia de Dios (ayunos y pedidos), y tampoco es el redactor un "laico" cuidadoso de hacer mención a ritos religiosos. El autor, simplemente, consideró que mencionar a Dios en este tipo de creación literaria humorísitica, era una irreverencia.

Nos deseo que gocemos la festividad de Purim que nos invita a tomar las cosas que nos ocurren y a nosotros mismos, menos en serio. Ver la vida con un poco de humor y que nos riamos, ya que esto nos ayuda a mantener una buena salud. ¡Purim alegre y divertido!


Rabino Secular Dr. Efraim Zadoff

http://www.judaismolaico.com

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