Hoy se puede ver un resúmen de las actividades de muerte y terror en el mundo:
Associated Press: ataque en Somalia: 20 muertos luego de un ataque al "Beachfront Restaurant".
The National: la coalición Saudita capturó un puerto en Yemen que era controlado por Al Qaeda, decenas de muertos.
Ara News: ISIS reporta triunfos militares en la ciudad Siria de Aleppo luego de choques con rebeldes sirios, matando e hiriendo a varios rebeldes.
Washington Post: temibles milicias shiitas están detrás de la desaparición de tres ciudadanos norteamericanos en Iraq.
The Guardian: Saudi Arabia e ISIS: Riyadh trata de mostrar que está contra de la amenaza terrorista.
Times Of India: el Estado Islámico llega a India: planeaban ataques en shoppings de Delhi.
Wall Street Journal: Pakistán dice que el ataque al campus universitario que causó 21 muertos fue planeado por militantes en Afganistán.
International Business Times: Islamistas extremistas están comprando tierras en Bosnia Herzegovina.
The Guardian: seis muertos en un ataque con bomba en Egipto, cerca de la Pirámide de Giza.
Podría seguir con un centenar de hechos de terror y muerte que hoy son noticia en distintos lugares del mundo.
Sin embargo, en la Universidad Autónoma de Cataluña se ocupan de otra cosa.
Se aprobó por parte del claustro de la Universidad Autónoma de Cataluña el boicot a las universidades israelíes, lo que le otorgó el patético honor de ser la “primera” universidad peninsular en declararlo. Es decir, en aprobar una declaración racista, que estigmatiza a las personas por su origen y que llega al delirio de pedir el boicot a la ciencia. Por supuesto, detrás está una entidad que practica un antisemitismo primario y que ya enseñó su patita racista cuando intentó el boicot al cantante norteamericano Matisyahu por ser judío y no pronunciarse contra Israel.
Eso no es otra cosa que falso progresismo, es racismo sin disfraz.
Leonardo H. Feiguin