Por ahora los judíos seguimos siendo centro de una escena funesta.
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Si Francia no es segura para los judíos, entonces el futuro mismo de Europa —y del mundo civilizado— está en verdadero peligro.
Con profundo malestar he leído recientemente dos artículos del Lic. Jorge Elbaum, ex Director Ejecutivo de la DAIA durante 7 años, y quien fuera uno de los profesionales contratados para apoyar en la campaña de Acción Plural Comunitaria en las últimas elecciones de AMIA.
En uno de ellos, el ex funcionario de la DAIA en un artículo publicado en Pagina 12, intentando una defensa del ex miembro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, escribió “(la DAIA) quien se autoinstituye como “representante político de la comunidad judía argentina””.
Buenos Aires, 25 de Enero de 2015
Ayer en p12 aparece un artículo de Elbaum bajo el título "La cooptación de las instituciones judías". Firma con su nombre y la aclaración dice "Sociólogo. Ex director ejecutivo de la DAIA" pero no menciona su trabajo rentado en la cancillería de Timerman (o ya renunció?).
Los invito a leerlo, sin perder de vista cuándo y dónde se publica: en medio del escándalo Nisman-Irán, en el diario oficialista de mayor tirada. La tesis central: las instituciones judías no representan a la comunidad sino que traicionando a las bases representan la alianza con la oligarquía. No dice, por supuesto, por qué se prestó a trabajar para semejante lugar.
Estimado Jorge, leí con atención tus últimas publicaciones en Pagina 12 y debo decirte que no comparto muchos de esos criterios. No voy a exponerte mis puntos de vista uno a uno ya que siento que van a ser utilizados para un enfrentamiento o una politización de los planteos.
Como sociólogo supongo que habrás analizado el “no opino igual, sos mi enemigo” y la verdad es que no lo siento del mismo modo.
Compartimos este artículo con el que no acordamos en ninguno de sus términos, pero creemos importante darlo a conocer.
El acto que se desarrolló el miércoles 21 de enero escenificó un posicionamiento que ya es un secreto a voces. La presencia en el acto de la calle Pasteur del variopinto arco opositor puso en evidencia la partidización de las instituciones comunitarias. Tanto la AMIA como la DAIA son organismos no gubernamentales dedicados –según sus estatutos– a las actividades mutuales solidarias, la primera, y a la lucha contra toda forma de discriminación, la segunda. Sin embargo, el ansia de protagonismo, los efectos mediáticos del atentado del año 1994, las características ideológicas de sus dirigentes y la ausencia de los judíos progresistas dispuestos a dar la pelea por sellos a los que consideran no representativos, han permitido la cooptación por parte de la oposición vernácula. Instituciones que tenían misiones relacionadas con la ayuda social o con el combate a la judeofobia terminaron siendo parte del ajedrez político, agrupando a un porcentaje inmensamente minoritario de los argentinos de origen judío residentes en nuestro país.
Ante el hecho ocurrido con el fiscal Nisman, desde el Club Náutico Hacoaj y con el apoyo de instituciones amigas queremos hacerles llegar la invitación para una charla con el Presidente, Vicepresidente y Secretario General de la DAIA en nuestra sede de capital.
La invitación es para este jueves 29/1 a las 19 hs en nuestra sede capital, Av. Estado de Israel 4156, CABA.
“El Holocausto no se creó en el vacío, no emergió de la nada. Fue posible por siglos de ceguera, estupidez, mentiras y odio. Fue precedido por señales que no alertaron la conciencia de la gente. No parecían monstruos; tenían nuestros rostros”. Primo Levy.
Cuando los ejércitos alemanes invadieron la Unión Soviética en 1941 pudieron avanzar, casi sin contratiempos, hasta llegar a sitiar las tres ciudades más importantes de Rusia: Leningrado, Moscú y Stalingrado.
Todo lo que sucede en estos días y conmociona a la mayoría de los argentinos es, en última instancia, consecuencia de la impunidad.
El terrorismo internacional golpea en todo el mundo, no hay rincón de la tierra que quede a salvo de la desquiciada decisión de individuos alienados, puestos al servicio de intereses que ellos mismos desconocen, dispuestos a inmolarse por causas que creen justas.